PP y PSOE acercan posiciones en la tribuna y alejan a los 'sanchistas'
"Los Hernandos" son el principal vínculo entre populares y socialistas al margen de la buena sintonía personal alcanzada entre Mariano Rajoy y Javier Fernández
Ni el jarreo continuo, ni el despiste de Albert Rivera entre el escuadrón de honores de la Guardia Real ni el brillante debut del carnero Miura por delante de los gastadores de La Legión. La gran novedad del desfile de la Fiesta Nacional ha estado en las tribunas de los políticos. Los miembros del Gobierno en funciones estaban más separados que nunca para disimular sus tres bajas (Industria, Sanidad y Fomento) y la atención se centraba en las conversaciones de los barones del PSOE con la tarea pendiente del desbloqueo institucional.
Los portavoces parlamentarios del PP y del PSOE, Rafael Hernando y Antonio Hernando (ex de Pedro Sánchez) compartieron paraguas y no pararon de hablar entre ellos salvo en los momentos más solemnes de la parada: himno nacional, izado de bandera y llegada del Rey.
"Los Hernandos" son el principal vínculo entre populares y socialistas al margen de la buena sintonía personal alcanzada entre Mariano Rajoy y Javier Fernández en los últimos días. Los dos portavoces mantienen una buena relación que viene de antiguo, incluso de cuando el socialista tenía de decir las palabras más gruesas y rotundas del "no es no" a facilitar un Gobierno del PP.
Entre los barones socialistas se pudo ver saludos y comentarios antes del arranque del desfile. La confianza y cordialidad entre Susana Díaz (vestida de rojo intenso) Guillermo Fernández Vara, Emiliano García Page y Javier Lambán parecían evidentes. Pero Francina Armengol (presidenta autonómica de Baleares), partidaria de Sánchez y su plan de gobernar con Podemos y los independentistas, se quedaba al margen de sus compañeros.
Cinco contra uno en la tribuna de invitados entre los socialistas partidarios del desbloqueo. El quinto, Javier Fernández, asumía el papel de responsable interino del PSOE. Era el centro de todas las miradas y comentarios por la responsabilidad adquirida al tener que pilotar al PSOE hacia una abstención que evite las terceras elecciones en un año.
Como muestra de esas urgencias estaba la imagen del Gobierno en funciones. Además de llevar oficialmente "cesados" desde el 21 de diciembre de 2015, tienen tres bajas acumuladas: José Manuel Soria, Alfonso Alonso y Ana Pastor. Los organizadores habían tenido que separar las sillas para llenar el espacio reservado al Ejecutivo bajo el techado de la tribuna principal, la única cubierta.
El desfile se de desarrolló bajo una lluvia incesante que no se conocía en Madrid desde el mes de junio. Militares y políticos aguantaron, unos con paraguas y gabardina, y otros sin protección alguna; como Mariano Rajoy que se mojó como nunca.
El temporal obligó a suprimir del desfile aéreo el paso de helicópteros, aviones de transporte y los cazas F-5. De las 59 aeronaves previstas sólo se pudo ver 23: F-18, Eurofighter y los C-101 de la patrulla Águila, que pintó con los colores de la bandera el cielo gris de la capital. Y lo tuvieron que hacer a baja altura para que se les pudiera ver entre las nubes durante unos segundos.
Los legionarios de la Bandera Millán Astray desfilaron más calados que ninguna otra unidad por las particularidades de su uniforme, en mangas de camisa y tocados por el chapiri. Centraron la atención de los asistentes. Con la escuadra de gastadores estaba el carnero "Miura", que se estrenaba en la parada nacional. Lo hizo con soltura, sin atar, y al ritmo de los 160 pasos por minuto propios del Tercio. La Princesa de Asturias y la Infanta doña Sofía intercambiaron comentarios de admiración.
Ni el jarreo continuo, ni el despiste de Albert Rivera entre el escuadrón de honores de la Guardia Real ni el brillante debut del carnero Miura por delante de los gastadores de La Legión. La gran novedad del desfile de la Fiesta Nacional ha estado en las tribunas de los políticos. Los miembros del Gobierno en funciones estaban más separados que nunca para disimular sus tres bajas (Industria, Sanidad y Fomento) y la atención se centraba en las conversaciones de los barones del PSOE con la tarea pendiente del desbloqueo institucional.
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