Podemos aplaza su Vistalegre II hasta que el PSOE celebre su congreso extraordinario

El debate estratégico sobre el futuro de Podemos lleva varias semanas en marcha, al igual que la toma de posiciones de los diferentes sectores de cara a la batalla interna para la renovación de la dirección, mientras que la promesa de celebrar el congreso extraordinario en el que se consumaría este proceso la lanzó el secretario general, Pablo Iglesias, hace ya tres meses. “Sin prisas” para llevarlo a cabo, resaltó entonces, su intención pasaba por fijarlo entre finales de este año y principios de 2017. Sin embargo, los planes han cambiado tras la precipitación de la crisis del PSOE, y las prisas son sin cabe menores.

La fecha que se barajaba para el congreso extraordinario, hasta el momento de la implosión del socialismo, era el mes de febrero. De este modo, se daba así un margen de casi tres meses, como suele ser habitual, para su organización y la preparación de los diferentes equipos desde el remate de las asambleas autonómicas en Madrid, Andalucía y Extremadura y las municipales en otros 12 grandes municipios. La intención ahora pasa por celebrar dicha asamblea estatal después de que haga lo propio el PSOE en un congreso que los críticos con Pedro Sánchez denominaron de “refundación”.

El camino que inicie el PSOE en clave de refundación influirá en la hoja de ruta de Podemos o, al menos, dotará de más elementos a las diferentes corrientes

Los cálculos de la dirección de Podemos son que los socialistas celebrarán su congreso en los meses de febrero o marzo, por lo que el de la formación de Pablo Iglesias tendría lugar alrededor del mes de mayo. El propio PSOE ha dejado las fechas en el aire, como ha corroborado el presidente de la gestora, Javier Fernández, mientras que quienes precipitaron la dimisión de Pedro Sánchez tampoco tienen prisa en fijar calendarios, al menos hasta que se calme la situación interna. Lo único claro, pues, es que Podemos no celebrará su esperada asamblea estatal hasta que antes el PSOE celebre el suyo.

Los estatutos de la formación fijan que los congresos ordinarios deben celebrarse cada tres años. Un tiempo que se cumpliría en otoño de 2017. Si finalmente se celebrase en el mes de mayo, la etiqueta de 'extraordinario' se difuminaría, descargando así a dicho proceso de la excepcionalidad que implica, además de dejar de asociar su convocatoria a las conflictividad interna entre diferentes sectores. Con todo, esta no es la principal razón por la que la dirección hace esta apuesta.

Mano tendida o impugnación

El tipo de relación a mantener con el PSOE centra la mayor parte del debate, y de ello se desprenden las diferentes estrategias asociadas a los principales sectores: amabilidad o rupturismo, mano tendida o impugnación y, en definitiva, buscar coaliciones con el PSOE o evitar ejecutivos mixtos con esta formación, una opción que defienden desde Anticapitalistas en sus propuestas para la asamblea madrileña y con la que Pablo Iglesias deslizó su sintonía con esta vía durante la presentación del último libro del escritor argentino Jorge Alemán, en la que participó el pasado miércoles.

El camino que inicie el PSOE en clave de refundación influirá por tanto en la hoja de ruta que adopte Podemos o, al menos, dotará de más elementos a las diferentes corrientes a la hora de argumentar sus posturas. El futuro de la izquierda está en juego y, más concretamente, el espacio sociológico que aspiran a ocupar las dos grandes fuerzas parlamentarias del arco progresista y su política de alianzas.