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El Iglesias más rupturista se distancia de los errejonistas: planta al Rey por política
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el líder de podemos pasa a los hechos

El Iglesias más rupturista se distancia de los errejonistas: planta al Rey por política

El giro de Pablo Iglesias camina acorde con las posiciones de la IU de Alberto Garzón y del sector Anticapitalistas frente a los errejonistas, con el congreso extraordinario de telón de fondo

Foto: El Rey recibe al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE)
El Rey recibe al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE)

Desde que la hipótesis Podemos se puso en marcha, en la práctica tras las elecciones europeas y sobre el papel en la asamblea fundacional de Vistalegre, la formación rehuyó los debates menos transversales y enterró el discurso y la estética asociados a la “vieja izquierda”. Una estrategia populista, aderezada con toques de “responsabilidad de Estado”, por los que se pudo ver a Pablo Iglesias saludando al rey Felipe VI en su visita al Parlamento Europeo, mientras se ausentaban los europarlamentarios de IU e incluso su compañero de filas del sector anticapitalista, Miguel Urbán; aplaudiendo al Papa desde su escaño en Bruselas, o acudiendo a la recepción del día de la Constitución.

Gestos todos ellos que en un contexto de cambio estratégico y discursivo, en el que Iglesias apuesta por el rupturismo y la vuelta a los orígenes frente a la 'amabilidad' de los errejonistas, comienzan a quedarse atrás. El secretario general, en coherencia con el mensaje de impugnación que defiende para el futuro de Podemos, cuya hoja de ruta se definirá en su próxima asamblea estatal, ha pasado de las palabras a los hechos. En pocos días e impulsándose en la crisis socialista, que vincula a una crisis del 'régimen del 78'. El primero de ellos ha sido declinar la invitación a la entrega de los premios Princesa de Asturias porque “lo que toca es trabajo político coherente y responsable”, mientras que todo apunta a que el segundo será su ausencia en el desfile militar del 12 de octubre.

Desde el entorno del secretario general, explican que la decisión todavía no está cerrada, pero reconocen que su ausencia se justificaría por una cuestión política e ideológica, en ningún caso de agenda. Más allá de las dudas expresadas por el secretario general, quien hasta ahora siempre había subrayado su “respeto” hacia el Rey, está confirmada ya la presencia de otra dirigente del partido y cabeza visible del sector errejonista en Madrid, la portavoz en el Ayuntamiento, Rita Maestre. El pasado año se produjo un malentendido en el envío al líder de Podemos de la invitación para la recepción en Casa Real, aunque tras subsanarse declinó acudir justificando que su presencia era “más útil en la defensa de los derechos y la justicia social” en el país que “en ese tipo de actos”.

El salto hacia adelante de Pablo Iglesias, en un contexto de debate interno sobre el futuro de Podemos, quedó explicitado en su intervención el paso miércoles durante la presentación del último libro del psicoanalista argentino Jorge Alemán. Frente al Podemos más institucional asociado al errejonismo, defendió un Podemos que tenga "una pata en las instituciones y la otra pata, los dos brazos y la cabeza fuera”, en la calle. Asimismo, y sin mencionar directamente a Errejón, afirmó que hay quien dice que “tenemos que intentar parecernos un poquito más a España”, Un planteamiento perfectamente legítimo, agregó, pero con el que dijo no estar de acuerdo. Más aún, planteó que “nos toca defender un Podemos que esté más lejos de la sociedad”.

La posición del secretario general en el debate sobre si Podemos debe dar o no miedo, que marcó el inicio de la confrontación pública entre Iglesias y Errejón, es una muestra más del giro hacia los postulados más rupturistas. “El problema no es que nos imiten, sino que nuestra gente les imite a ellos", explicó en referencia a las mayorías sociales a las que apela la estrategia transversal. Frente a ella, planteó que "no queremos ser el reflejo de la sociedad sino un instrumento para cambiarla", lo que ejemplifica el giro estratégico que Iglesias desea imprimir al 'nuevo' Podemos y cuyo mejor reflejo son sus pretendidas ausencias en los premios Príncipe de Asturias o en los actos del 12 de octubre.

Más IU y más Anticapitalistas

Iglesias pretende recuperar la esencia rupturista con la que nació el partido, su carácter impugnatorio, prescindiendo así de los mensajes timoratos o adaptativos. El 'enfant terrible' que Iglesias siempre reconoció ser, aunque trató de domesticar como secretario general, vuelve a mostrarse tal y cómo es. Por si quedasen dudas de su apuesta por volver a convertir la formación en movimiento-partido, sin caer en las contradicciones ideológicas que implica apelar a las mayorías sociales, explicó: “Debemos defender un Podemos que esté más lejos de la sociedad, que no se sitúe en la media de la sociedad. ¿Es más difícil atraer a los que faltan? Quizá, pero es más fácil que no se vayan los que se fueron".

A los que faltan, dijo refiriéndose a la clásica apelación del número dos del partido que justifica una mayor moderación del partido, hay que convencerlos pero de que “se parezcan más a ti porque tienes razón”. Esto es, cambiar la conciencia de la sociedad en lugar de parecerse a ella, remachó, poniendo como ejemplo a los obreros sindicados frente a los que no lo son.

El giro de Pablo Iglesias camina acorde con las posiciones de la Izquierda Unida de Alberto Garzón, aglutinada en Unidos Podemos, y del sector Anticapitalistas, cuyas caras visibles son el eurodiputado Miguel Urbán y la secretaria general andaluza, Teresa Rodríguez. De hecho, los proyectos del sector pablista y el anticapitalista de cara a la asamblea autonómica en Madrid coinciden en lo esencial y negocian cerrar una lista conjunta para las primarias en oposición a la liderada por Rita Maestre. En Andalucía, donde también se celebrarán primarias autonómicas, se repite esta alianza. Una toma de posiciones, la de pablistas y anticapitalistas frente a los errejonistas, que supone un ensayo general de cara al congreso extraordinario estatal que se celebrará el próximo año.

Desde que la hipótesis Podemos se puso en marcha, en la práctica tras las elecciones europeas y sobre el papel en la asamblea fundacional de Vistalegre, la formación rehuyó los debates menos transversales y enterró el discurso y la estética asociados a la “vieja izquierda”. Una estrategia populista, aderezada con toques de “responsabilidad de Estado”, por los que se pudo ver a Pablo Iglesias saludando al rey Felipe VI en su visita al Parlamento Europeo, mientras se ausentaban los europarlamentarios de IU e incluso su compañero de filas del sector anticapitalista, Miguel Urbán; aplaudiendo al Papa desde su escaño en Bruselas, o acudiendo a la recepción del día de la Constitución.

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