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Los peones en la disputa entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón sobre el futuro de Podemos
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LA HOJA DE RUTA DEL PARTIDO, A DEBATE

Los peones en la disputa entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón sobre el futuro de Podemos

El enfrentamiento público que han mantenido durante los últimos días Iglesias y Errejón es solo la punta del iceberg de una discusión más enconada entre los cuadros medios

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón. (EFE)

Madrid se ha convertido en el epicentro del pulso que mantienen las distintas corrientes de Podemos, en el marco de un proceso para la renovación orgánica y de la hoja de ruta que precederá al congreso extraordinario de partido a nivel estatal. La importancia de este ensayo general recala en el hecho de que la capital es la cuna del partido, de su mayoría de dirigentes, y un termómetro de la organización para predecir su rumbo. En Madrid estalló la primera crisis entre errejonistas y pablistas, que luego se trasladó a la dirección nacional, y marca el paso al resto de territorios que todavía se rigen bajo la batuta de una organización con marcado cariz centralista. Es por ello que Pablo Iglesias e Íñigo Errejón se han implicado de lleno en el debate interno iniciado por sus afines en esta comunidad, a pesar de que Vistalegre dos ni siquiera tiene fijada su fecha, y en el que se han posicionado ya la mayoría de dirigentes.

El dinamismo interno de una organización en continua construcción y con menos de tres años de vida -dos desde su congreso fundacional- no ha estado exento de sorprendentes cambios de bando, reconfiguraciones y una creciente polarización, sobre todo entre los cuadros intermedios. La corriente errejonista es la que más apoyos ha concitado entre las caras más mediáticas del partido, pero también cuenta con una mayor adhesión entre los representantes autonómicos.

La portavoz en el Ayuntamiento de Madrid y dirigente estatal Rita Maestre encabeza la candidatura errejonista (Adelante Podemos) con el presidente del grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid, José Manuel López, y la diputada Tania Sánchez como principales avales. La involucración de esta última fue el movimiento que más llamó la atención, tanto por el distanciamiento que había mostrado hasta ahora con las tesis errejonistas como por la discreción que mantuvo. El propio Pablo Iglesias reprochó este secretismo, al tener que haberse enterado por la prensa de su propuesta de candidatura.

Las diferencias de Sánchez con Errejón alcanzaba incluso al plano personal, después de que el número dos vetase a la exdirigente de IU para ir en las listas de las elecciones autonómicas, cuando todavía estaba siendo investigada por una acusación de prevaricación en el Ayuntamiento de Rivas de la que finalmente fue absuelta. Ahora ambos comparten alianza, lo que, además de aportar “pluralidad” a la candidatura que encabeza Maestre, aporta un buen número de cuadros que ha arrastrado Sánchez hacia este proyecto.

La práctica mayoría de los cargos de IU que dieron el salto a Podemos junto a Tania Sánchez, a través de Convocatoria por Madrid (CxM), organización ya diluida en Podemos, han mostrado su apoyo a este sector y colaboran directamente con la campaña de la candidatura. Entre ellos destacan los diputados Hugo Martínez Abarca o el concejal de Ahora Madrid Jorge Castaño. Además, el diputado nacional Miguel Vila, que era una de las personas de confianza de Pablo Iglesias y que colaboró directamente con Sánchez en la formación de candidaturas de unidad popular para las pasadas elecciones. Vila era también el secretario político del partido en Madrid.

La candidatura de los afines a Íñigo Errejón cuenta con un mayor número de apoyos dentro del grupo parlamentario autonómico. Además de líder autonómico José Manuel López, y del ya mencionado Martínez Abarca, otros de los diputados regionales que forman parte de Adelante Podemos son Emilio Delgado, Pablo Padilla, Clara Serra, Eduardo Fernández Rubiño y Jazmín Beirak. Varios de ellos provocaron la primera crisis interna del partido al tratar de forzar la creación de una gestora mediante una serie de dimisiones en cadena que inició Delgado, quien ostentaba el cargo de secretario de organización. Un golpe en la mesa contra el secretario general Luis Alegre, persona de confianza de Pablo Iglesias en Madrid y que, como muestra de la complejidad interna y el dinamismo que rehúyen de los compartimentos estancos, ahora ha dado el plácet a esta candidatura de la que forman parte quienes trataron de forzar su dimisión.

Los números dos y tres de la anterior dirección, por tanto, forman parte de este proyecto, y el que era número uno les ha brindado su apoyo, aunque no colabora directamente. Muchos de estos dirigentes mantienen también responsabilidades en el aparato estatal, por lo que se hace inevitable que la disputa por el control de partido se circunscriba solo al ámbito madrileño, extendiéndose así a la ejecutiva nacional. Otros de los dirigentes estatales que están trabajando en el plano discursivo y estratégico a favor de este sector son Jorge Lago, director del 'think tank' de Podemos, Germán Cano, responsable del área de cultura en el consejo ciudadano estatal, o Jorge Moruno, responsable de discurso y consejero estatal. Una sobredimensión de apoyos entre los dirigentes que ha ocasionado reproches desde la candidatura opuesta, acusándola de tratarse de “un proyecto solo de caras”.

​La punta del iceberg

En la candidatura pablista, el apoyo de cargos públicos autonómicos se limita a cuatro de los 27 diputados de Podemos en la Asamblea de Madrid: Ramón Espinar, que encabeza el proyecto y es también portavoz en el Senado, María Espinar, Elena Sevillano y Marco Candela. Una menor presencia de cuadros que se suple con una clara apuesta por las bases. De hecho, este proyecto hace suya la mayor parte de las reivindicaciones del sector más activo de la militancia, apelando a “un Podemos más abierto, que incluya a los círculos” y “a las personas que voluntariamente nutrimos y construimos día a día este proyecto desde nuestro pueblo o barrio”. Con un lenguaje que recupera también la esencia de Podemos como una “herramienta”, y frente al “Podemos amable” del sector errejonista.

A nivel estatal, los máximos exponentes de esta corriente son los diputados Irene Montero, jefa de gabinete de Pablo Iglesias, Rafa Mayoral, Juanma del Olmo, así como el secretario de organización y líder territorial en Aragón, Pablo Echenique, y Juan Carlos Monedero, sin cargos orgánicos pero con un fuerte predicamento entre las bases. Sin embargo, esta corriente tampoco es inmóvil en lo que a alianzas con otros sectores se refiere. En Madrid, la candidatura pablista Podemos Escucha ha abierto negociaciones con los anticapitalistas, cuyo principal representante es el eurodiputado Miguel Urbán. Los documentos que están surgiendo de las asambleas celebradas durante los últimos días en diferentes círculos y consejos municipales del territorio reflejan“posicionamientos cercanos”, según aseguran fuentes de ambas candidaturas, que los llevan a destacar su “optimismo” de cara a confluir en un mismo proyecto.

El enfrentamiento público que han mantenido durante los últimos días Pablo Iglesias e Íñigo Errejón a cuenta de la estrategia que defiende uno y otro sector es solo la punta del iceberg de una discusión más enconada entre los cuadros medios. El último ejemplo de ello ha sido la confrontación respecto a la feminización de la organización que han mantenido a través de un cruce de artículos de opinión en el periódico Diagonal, y que sigue la estela de otros muchos publicados por miembros de las distintas corrientes en diversos medios de comunicación replicándose mutuamente los argumentos vertidos.

Madrid se ha convertido en el epicentro del pulso que mantienen las distintas corrientes de Podemos, en el marco de un proceso para la renovación orgánica y de la hoja de ruta que precederá al congreso extraordinario de partido a nivel estatal. La importancia de este ensayo general recala en el hecho de que la capital es la cuna del partido, de su mayoría de dirigentes, y un termómetro de la organización para predecir su rumbo. En Madrid estalló la primera crisis entre errejonistas y pablistas, que luego se trasladó a la dirección nacional, y marca el paso al resto de territorios que todavía se rigen bajo la batuta de una organización con marcado cariz centralista. Es por ello que Pablo Iglesias e Íñigo Errejón se han implicado de lleno en el debate interno iniciado por sus afines en esta comunidad, a pesar de que Vistalegre dos ni siquiera tiene fijada su fecha, y en el que se han posicionado ya la mayoría de dirigentes.

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