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Fernández Díaz bloquea los nombramientos en la Policía por miedo a su coste político
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no prevé cubrir las vacantes por jubilación

Fernández Díaz bloquea los nombramientos en la Policía por miedo a su coste político

La eterna situación de provisionalidad del Gobierno está provocando un agujero en la cúpula policial por la jubilación de los mandos, pero el ministro no contempla por ahora nombrar sustitutos

Foto: El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, durante un acto en Pamplona. (EFE)
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, durante un acto en Pamplona. (EFE)

La eterna provisionalidad del Gobierno está teniendo consecuencias negativas en la Administración, y en la Policía Nacional parecen concentrarse todas. El ministro del Interior en funciones, el discutido Jorge Fernández Díaz, ha decidido por ahora no realizar ningún nombramiento en la cúpula del cuerpo para evitarse el coste político que implicaría cualquier elección. Al menos, hasta que se clarifiquen las opciones del Partido Popular de conseguir una mayoría en el Parlamento que le permita seguir en Moncloa o, finalmente, se convoquen nuevas elecciones, las terceras en un año.

Fernández Díaz evita así agrandar su desgaste político, que se sitúa en cotas máximas, pero su estrategia está abriendo una vía de agua en la cúpula de la Policía que amenaza con paralizar el trabajo de los agentes y el resultado de sus investigaciones. El principal problema reside en que los mandos del cuerpo fueron nombrados a principios de 2012 por el Ejecutivo del PP pensando en un horizonte de cuatro años, el tiempo que supuestamente debía durar la legislatura. Pero, nueve meses después de terminar su mandato, Rajoy todavía no sabe si entra o sale de Moncloa, y esos altos cargos policiales están empezando a jubilarse.

En otros ámbitos laborales, se podría haber prorrogado su carrera profesional para salvar este paréntesis político. Sin embargo, la normativa de la Policía no contempla seguir en plantilla ni un día después de cumplir los 65 años. El retiro es automático. Y eso es precisamente lo que ha ocurrido en varios puestos clave de la cúpula del cuerpo desde las elecciones generales del pasado 20 de diciembre.

El 23 de junio se retiró Eugenio Pino, director adjunto operativo (DAO), máximo responsable no político del cuerpo durante los cuatro años anteriores. Solo un mes después, se jubiló el comisario general de Policía Judicial, José Santiago Sánchez Aparicio. Y este mes cumple los 65 años el comisario general de Extranjería y Fronteras, Emilio Baos. Otros altos cargos seguirán ese camino en las próximas semanas. En condiciones normales, a estas alturas ya debían llevar casi un año desarrollando labores secundarias. Pero el caos parlamentario los ha mantenido forzosamente en sus puestos.

A esas vacantes hay que sumar las que se han creado desde diciembre por simples cambios de destino en unidades fundamentales para el funcionamiento de la Policía. Por ejemplo, el comisario principal Manuel Vázquez dejó desierta el pasado febrero la dirección de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), encargada de investigar los grandes casos de corrupción, cuando solicitó ocupar el puesto de jefe superior de la Policía Nacional en Galicia. En las jefaturas autonómicas y provinciales, también hay vacantes sin cubrir por ese mismo motivo.

Fernández Díaz ha decidido aplazar los concursos para cubrir las vacantes de la cúspide hasta que se aclaren las opciones del PP de seguir en el Gobierno

La falta de liderazgo no solo está afectando al trabajo ordinario de las jefaturas y unidades por la ausencia de directrices concretas. También impide a la Policía comenzar proyectos e inversiones a más largo plazo, que solo tienen sentido en mandatos superiores a un año. En paralelo al conflicto político, el cuerpo se ha instalado en una situación de eventualidad permanente. Y no parece que el escenario vaya a cambiar en los próximos días.

Fuentes policiales consultadas por El Confidencial revelan que Fernández Díaz ha decidido aplazar los concursos para cubrir las vacantes de la cúspide hasta que se aclaren las opciones del PP de seguir en el Gobierno. El propio ministro puso en marcha el pasado junio el proceso para designar al nuevo DAO, pero abortó los trámites cuando se filtraron los audios de las dos conversaciones que había mantenido en su despacho con el exjefe de la Oficina Antifraude de Catalunya (OAC) Daniel de Alfonso para impulsar investigaciones contra dirigentes catalanes por causas de corrupción.

Desde entonces, Fernández Díaz ha preferido no hacer ningún otro movimiento. Las fuentes consultadas matizan que Interior solo contempla la designación de los cargos intermedios que resulten imprescindibles. Las responsabilidades que ejercían los comisarios jubilados serán asumidas por los siguientes en la cadena de mando. Así, hasta que termine el bloqueo en el Congreso.

La eterna provisionalidad del Gobierno está teniendo consecuencias negativas en la Administración, y en la Policía Nacional parecen concentrarse todas. El ministro del Interior en funciones, el discutido Jorge Fernández Díaz, ha decidido por ahora no realizar ningún nombramiento en la cúpula del cuerpo para evitarse el coste político que implicaría cualquier elección. Al menos, hasta que se clarifiquen las opciones del Partido Popular de conseguir una mayoría en el Parlamento que le permita seguir en Moncloa o, finalmente, se convoquen nuevas elecciones, las terceras en un año.

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