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Una fuga de información sensible sobre corrupción abre otro frente en la Policía
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desaparecen archivos de la unidad de inteligencia

Una fuga de información sensible sobre corrupción abre otro frente en la Policía

El Ministerio del Interior ha detectado la desaparición de documentos secretos que fueron obtenidos por la Unidad de Inteligencia que creó en 2012 para destapar casos de corrupción

Foto: El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, este miércoles en El Escorial. (EFE)
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, este miércoles en El Escorial. (EFE)

El Ministerio del Interior ha detectado la desaparición de documentos secretos de carácter sensible que fueron obtenidos en su día por la Brigada de Inteligencia de la Policía Nacional, un grupo creado por el exdirector adjunto operativo (DAO) del cuerpo Eugenio Pino, cuando llegó al cargo en enero de 2012, para que destapara nuevos casos de corrupción y proporcionara pistas a otras unidades. Entre la información que se habría esfumado, se encuentran archivos relacionados con procedimientos que ya están en los tribunales, pero también documentos que aún no habían sido remitidos a los juzgados o que se desecharon en su momento al concluir que carecían de la relevancia necesaria para iniciar una causa penal, según fuentes de la cartera que dirige en funciones Jorge Fernández Díaz.

La posible difusión descontrolada de esos archivos amenaza ahora al Partido Popular con dinamitar sus negociaciones para la formación de Gobierno. Interior ya ha comprobado que han desaparecido informaciones que sirvieron para arrancar las causas contra la familia Pujol, que se instruyen en estos momentos en los juzgados números 1 y 5 de la Audiencia Nacional, y también otras pruebas que habrían permitido a los expertos en delitos económicos de la UDEF encargados de esos casos profundizar en sus averiguaciones, como publicó 'El Español' este jueves.

Pero lo que realmente inquieta en la cartera de Fernández Díaz es la fuga de archivos relacionados con otras gestiones que fueron ejecutadas por la Brigada de Inteligencia en la más estricta confidencialidad. Los agentes de ese grupo se encuadraron dentro de la estructura de la Unidad de Asuntos Internos (UAI) y estuvieron comandados directamente entre enero de 2012 y abril de 2015 por el entonces máximo responsable de la unidad, el comisario Marcelino Martín Blas-Aranda, que fue elegido por su lealtad inquebrantable al PP. Sin embargo, la Dirección General de la Policía lo destituyó por pérdida de confianza a los tres años de nombrarlo, y ahora se dedica en exclusiva a instruir la investigación judicial sobre el pequeño Nicolás.

Según las fuentes consultadas por El Confidencial, todos los archivos ilocalizables pertenecen a la época de Martín Blas-Aranda. Además de la información sobre los Pujol, también habrían desaparecido datos de la investigación sobre la agencia de detectives Método 3 -que se especializó en el espionaje a cargos políticos y grandes empresarios- y testimonios y documentos aportados por colaboradores y confidentes policiales que afectaban a otras causas. También se sospecha que la Brigada de Inteligencia pudo tener acceso a grabaciones como las que conmocionaron la recta final de la campaña y han dejado en el aire el futuro de Fernández Díaz.

Asuntos Internos confirma que falta información

Con todo, la Policía aún no ha sido capaz de determinar el contenido exacto y la trascendencia de la información que se ha evaporado. Solo lo saben las personas que se movilizaron para obtenerla, aunque los actuales responsables de Asuntos Internos han corrobarado que también han echado en falta archivos concretos generados por la Brigada de Inteligencia.

La fuga se descubrió hace solo unos días, cuando la Audiencia Nacional solicitó a la Comisaría General de Policía Judicial que aclarara el origen de una pista sobre el patrimonio oculto de los Pujol. Los datos habían sido aportados a la UDEF hacía meses por la Brigada de Inteligencia pero, a la hora de reconstruir su trazabilidad, los investigadores se toparon con que no había rastro del archivo original. Fuentes de Policía Judicial han rechazado comentar el dato concreto reclamado por la Audiencia Nacional, al tratarse de una investigación bajo secreto. No obstante, estas fuentes aclaran que en ningún caso están en riesgo los procedimientos que se instruyen contra el clan del expresidente de la Generalitat de Catalunya, y aseguran que las averiguaciones que se están realizando para llegar hasta el archivo inicial afectan únicamente a un aspecto secundario de la trama.

Todavía no hay denuncia

El hallazgo es tan reciente que aún no se ha abierto una investigación formal sobre la fuga de documentos ni tampoco se ha presentado denuncia. De hecho, según las fuentes consultadas, ni siquiera hay constancia de en qué soporte informático estaban almacenados los datos perdidos, aunque, por su volumen, apuntan a varios discos duros. Las preguntas circulan por la Policía y el ministerio pero todavía no hay ninguna respuesta.

El episodio llega además en medio de un vacío de poder cada vez menos latente. Fernández Díaz tiene escasas opciones de continuar en el cargo, aunque Mariano Rajoy logre la mayoría necesaria para formar Gobierno. Asimismo, el antiguo DAO, Eugenio Pino, se jubiló el pasado 23 de junio y está siendo sustituido de forma provisional por el subdirector general de Recursos Humanos de la Policía, Antonio Rodríguez, que también está cerca de retirarse. El proceso para designar un nuevo DAO se paralizó justo antes del 26-J tras difundirse las grabaciones en las que el ministro abordaba con el exdirector de la Oficina Antifraude de Catalunya Daniel de Alfonso presuntos casos de corrupción que afectaban a rivales políticos. A esa sensación de provisionalidad se une el enfrentamiento que mantienen los comisarios Martín Blas-Aranda y José Manuel Villarejo, que ya trasciende el ámbito de los tribunales y tiene en convulsión permanente a la cúspide de la Policía.

El Ministerio del Interior ha detectado la desaparición de documentos secretos de carácter sensible que fueron obtenidos en su día por la Brigada de Inteligencia de la Policía Nacional, un grupo creado por el exdirector adjunto operativo (DAO) del cuerpo Eugenio Pino, cuando llegó al cargo en enero de 2012, para que destapara nuevos casos de corrupción y proporcionara pistas a otras unidades. Entre la información que se habría esfumado, se encuentran archivos relacionados con procedimientos que ya están en los tribunales, pero también documentos que aún no habían sido remitidos a los juzgados o que se desecharon en su momento al concluir que carecían de la relevancia necesaria para iniciar una causa penal, según fuentes de la cartera que dirige en funciones Jorge Fernández Díaz.

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