Rajoy ignora el referéndum y delega en Soraya las negociaciones con Cataluña
La principal novedad de la visita del nuevo presidente autonómico catalán frente a las de Mas consistió en el aumento de las quejas y en que Rajoy le regaló el 'Quijote'
Mariano Rajoy ha despachado la visita a La Moncloa del nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, con el previsto no a los planes secesionistas en Cataluña. Pero también ha aprovechado la conferencia de prensa para lanzar su "enésima invitación" a Pedro Sánchez para formar un Gobierno constitucionalista, "moderado y que dé confianza fuera y dentro de España".
El jefe del Ejecutivo en funciones ha empezado por recalcar el "carácter institucional" de su reunión con el dirigente independentista para desgranar después las mismas frases con que respondió a Artur Mas en la pasada legislatura: "Cataluña es España, la inmensa mayoría de los españoles queremos seguir juntos, somos la nación más antigua de Europa, el Gobierno cumplirá y hará cumplir la Constitución, la soberanía nacional es de todos, lo que son los españoles lo deciden el conjunto de los españoles y sin ley no hay democracia".
Si Puigdemont se presentó en la sede del Gobierno con más exigencias de detalle que Mas, Rajoy no quiso darle más importancia. Le regaló una edición del 'Quijote' de entrada, le esperó en la puerta de La Moncloa y le dedicó dos horas largas de entrevista.
Como tenía aún más agravios que el anterior presidente de la Generalitat, Rajoy decidió que sea la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, quien despache con el número dos del Gobierno autonómico, Oriol Junqueras, el cúmulo de reclamaciones de los independentistas en materia de competencias e inversiones planteadas por Puigdemont: 45 frente a las 23 que en su día planteó Artur Mas.
El presidente del Gobierno se mostró más preocupado por el cumplimiento de los objetivos de déficit y el crecimiento de la economía y el empleo que por la conocida exigencia de consulta para la secesión en Cataluña. Rajoy recordó que es obligación de todas las administraciones el equilibrio de sus cuentas para acabar de remontar la crisis. "No nos hemos recuperado aún de la pérdida de ingresos", recordó ante el empeño de las autonomías en aumentar el gasto.
Puigdemont se quejó de lo que llama la "judicialización de la política", término con el que protesta por las medidas legales que toma el Gobierno para frenar sus planes para la independencia. En ese punto, Rajoy comentó que había recordado al presidente de la Generalitat que "no se puede hacer política sin cumplir la ley".
Preguntado por su anuncio de llamada a Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno mostró su enojo con la insistencia. "Que sirvan estas palabras como enésima invitación para formar un Ejecutivo moderado, que genere confianza", añadió Rajoy en defensa de su oferta de gran coalición, que repite desde el día 21 de diciembre sin que el dirigente socialista se digne a establecer diálogo alguno con el PP. No aclaró si al final le llamará o no, dado el rechazo previo a cualquier conversación reiterado por Sánchez.
El presidente del PP también aprovechó para elogiar a Cristóbal Montoro, "un gran ministro", responsable de la rebaja del déficit público en España. Y preguntado por José Manuel Soria, lo puso como ejemplo de eficacia al frente de un ministerio tan complicado como Industria, por la reforma eléctrica, y hasta como político que ha sabido dimitir. "Ha establecido un alto nivel de exigencia", remachó Rajoy.
Mariano Rajoy ha despachado la visita a La Moncloa del nuevo presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, con el previsto no a los planes secesionistas en Cataluña. Pero también ha aprovechado la conferencia de prensa para lanzar su "enésima invitación" a Pedro Sánchez para formar un Gobierno constitucionalista, "moderado y que dé confianza fuera y dentro de España".