12 años de cárcel para los anarquistas que pusieron una bomba en la Basílica del Pilar

La sección cuarta de la Audiencia Nacional ha condenado a 12 años de cárcel a Francisco Javier Solar y Mónica Andrea Caballero, los dos anarquistas que pusieron una bomba casera en la Basílica del Pilar, en Zaragoza, el 2 de octubre de 2013, causando lesiones a una mujer y numerosos daños, algunos en elementos de gran valor artístico, en el templo. El tribunal los sentencia por los delitos de lesiones terroristas y daños terroristas, pero los absuelve de pertenencia a organización terrorista al no quedar acreditado que formaran parte del grupo terrorista FAI/FRI.

Los dos condenados, de nacionalidad chilena, eligieron la basílica como objetivo al considerarlo un símbolo del Estado. El 2 de octubre de 2013 viajaron desde Barcelona, donde residían, a Zaragoza, para colocar la bomba, montada con una bombona de butano, dos kilos de pólvora y un reloj activador. El artefacto lo colocaron en la nave central del templo, entre el altar y el coro y explotó exactamente a las dos menos cuarto de la tarde. Los dos terroristas avisaron por teléfono de su colocación a un centro de estética, pero su propietaria no consideró creíble la noticia, por lo que no dio aviso a las fuerzas de seguridad.

La onda expansiva afectó a una mujer que había acudido a rezar a la iglesia. La explosión le perforó el tímpano y numerosas contracturas musculares, lo que le dejó una minusvalía del 25% por las secuelas de déficit auditivo, dolor de articulaciones y estrés postramumático. La bomba causó grandes daños materiales, alguno de los cuales afectaron al patrimonio histórico artístico, "tanto en los bancos situados en el altar mayor como en los ángeles esculpidos enla zona del coro, sillería, órganos de tubos", desperfectos que, según la sentencia fueron tasados en 182.601 euros.

La Audiencia los absuelve de los delitos de pertenencia a organización terrorista de los que estaban acusados al considerar que el grupo FAI/FRI, de implantación mundial e ideología anarquista insurreccionista "que persigue a toda costa atacar al Estado y, por ello, a cualquier símbolo que lo represente", no tiene los requisitos de estructura y mando que establece el Código Penal para ese delito. "Si se considerase a la FAI/FRI organizaciones terroristas, serían tan defectuosas, incapaces y objetivamente disfuncionales que ni siquiera tendrían relevancia penal", mantiene el tribunal, que añade: "Una organización de estructura horizontal no es organización".

La sección cuarta también descarta el delito de estragos terroristas del que les acusaba el fiscal. Los magistrados recuerdan que el artefacto era casero y simple, y "carecía de potencia destructiva", por lo que no causó daños en la estructura del edificio que pudiera causar su destrucción. Y lo mismo con el de conspiración para cometer estragos terroristas. Los condenados fueron grabados por las cámaras de seguridad del monasterio de Montserrat un mes después del atentado en una actitud sospechosa, pero el tribunal considera que no hay pruebas para condenarlos, a pesar de que en su domicilio se encontró numeroso material informativo sobre ese monumento. Los acusados aseguraron durante el juicio que esa visita al monasterio tenía únicamente una finalidad cultural.