Rajoy acude a Bruselas con un acuerdo de 'gran coalición' y sin Iglesias

Mariano Rajoy acudirá a la reunión del Consejo Europeo que aborda a partir de mañana la propuesta de continuidad del Reino Unido en la UE con el aval de los mismos partidos políticos a los que propone formar en España un Gobierno constitucionalista (PP, PSOE y Ciudadanos) y frente a la discrepancia del que tiene la clave para organizar un Ejecutivo de izquierdas: Podemos. La primera sesión de una comisión parlamentaria en esta legislatura, la de Asuntos Exteriores, ha servido para constatar que en esa materia se mantiene el acuerdo en la política de Estado entre las dos grandes formaciones y que los de Pablo Iglesias también propugnan la ruptura en las relaciones con la Unión Europea.

El jefe en funciones de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo compareció para dar explicaciones a la Cámara sobre la posición que llevará Rajoy a Bruselas y pedir su “aquiescencia” y margen de maniobra para sumarse al previsible acuerdo entre la UE y el Reino Unido. Después de cuatro horas de debate, incluido algún amago de mitin y disertaciones de portavoces separatistas como el de ERC, el representante del Gobierno ha podido concluir que Rajoy acude al Consejo Europeo con el apoyo de los grupos homologados en la Unión: populares y socialistas.

Margallo defendió que la UE no puede permitirse en términos económicos y políticos que los británicos se vayan, además de recordar sus relaciones con España, que son quintos clientes y proveedores del país y llegan como turistas cada año en una cifra de 15 millones hasta dejarse un 20% del total de los ingresos por turismo.

El ministro vino a decir que era preferible la flexibilidad con el Reino Unido en materia de ayudas y permisos para los inmigrantes que las consecuencias de la ruptura, también para los trabajadores españoles desplazados a ese país. “No se puede perder el tiempo. O se aprueba no se aprueba”, respondió García-Margallo al portavoz del PSOE, Ignacio Sánchez Amor, por sugerir al Gobierno en funciones que se diera un tiempo antes de sumarse a la posición general de ceder a las peticiones del primer ministro británico.

De todas formas, el diputado socialista admitió que lo fundamental en este momento era mantener a Reino Unido en la Unión Europea, “especialmente para los trabajadores españoles, que en ese caso se convertirían en trabajadores extranjeros, entre ellos mi hija”. El ministro le dio la razón hasta en la cuestión familiar, porque su hijo también reside ahora en Inglaterra.

Frente al visto bueno del PSOE, al que también se sumó Ciudadanos, Pablo Iglesias intervino para dar la nota y exigir “patriotismo” al Gobierno español, en vez de ceder, como el resto de los ejecutivos europeos, al “chantaje de David Cameron”. El dirigente de Podemos respondió con un “si se quieren ir, que se vayan”.

En su línea habitual, Iglesias mezcló el radicalismo doctrinario con los detalles de simpatía personal hacia el adversario, al que rio la gracia de haberse declarado “democristiano ilustrado”. El líder de los podemitas se mostró encantado con las citas del ministro (Lenin y Azaña) hasta sostener que no parecía del Partido Popular.