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Pedro Sánchez, de joven ligón al 20-D: así es el "tipo normal" que quiere ser presidente
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el líder del psoe repasa su juventud

Pedro Sánchez, de joven ligón al 20-D: así es el "tipo normal" que quiere ser presidente

Sánchez aprovechó su entrevista en TVE para hablar de los amores de su vida: Begoña y sus dos hijas. De joven era un 'bala perdida'. La última vez que lloró fue al morir su abuelo hace unos meses

Foto: Pedro Sánchez juega un partido de ping-pong en el programa de Bertín Osborne 'En la tuya o en la mía'.
Pedro Sánchez juega un partido de ping-pong en el programa de Bertín Osborne 'En la tuya o en la mía'.

El secretario general del PSOE llegó a la mansión de Bertín Osborne sonriente y relajado, en su gesto habitual. Camisa blanca arremangada y vaqueros, sin salirse un ápice de su estilismo, encaró la entrevista del programa 'En la tuya o en la mía' de TVE mientras Rajoy se convertía en un comentarista más de la Champions en la Cadena Cope, con un claro objetivo: demostrar a la sociedad española que es un tipo de lo más normal. Y lo consiguió sin gran esfuerzo gracias al escaso margen para los eslóganes políticos.

Pedro Sánchez nació un 29 de febrero y por eso, cumple años de cuatro en cuatro. Tiene una rosa en el puño y a Begoña -su mujer- en el corazón. Empieza la jornada en cuanto sus hijas Ainhoa y Carlota se suben a la ruta para ir al colegio. Antes de eso, el líder de los socialistas desayuna con ellas cada mañana en uno de los pocos momentos que tiene para disfrutar de su compañía. La pequeña ya le ha preguntado si dejará de ir a clase en caso de que haya mudanza a La Moncloa tras el 20-D... pero su padre, que espera ganar las generales y ve a Soraya (no a Rajoy) como futura líder de la oposición, ya le ha informado de que no se librará de ir al colegio ni un día.

Aunque asegura no gustarle demasiado hablar de sí mismo, cree que proyecta una imagen de un "tipo de izquierdas, con talante, cercano, que dirige un gran partido y que puede ser presidente del Gobierno". No está mal. No le da muchas vueltas a eso de que "los medios" lo rebautizaran como 'Pedro, el guapo' porque cree haber llegado donde está "por currante". A pesar de eso, su atractivo lo convirtió en un auténtico ligón en la juventud y hasta que sentó la cabeza a los 31 años, cuando conoció en el cumpleaños de un amigo a la que hoy es su mujer, fue "un poco bala perdida". Dedicó sus mejores años a estudiar Empresariales, flirteó una época con el 'break-dance' en las plazas cercanas a su casa de Madrid cuando todavía vestía con chándal y zapatillas de deporte anchas y aprovechó sus veranos en Irlanda para aprender más ping-pong que inglés.

Sánchez es de la generación de la EGB con Felipe González como presidente, en la mili no aprendió nada y después de dar clases durante ocho años en la universidad, se metió de lleno en política de la mano de Trinidad Jiménez. Hasta el verano del año pasado era "un diputado desconocido" y en solo unos meses se fue convirtiendo en la cara visible -con macropóster en Ferraz incluido- del Partido Socialista en Madrid... y en el resto de España. Cuando fue elegido secretario general de la formación y apareció al poco tiempo en Mojácar, donde veranea desde hace años, "se montó la mundial".

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Sus refentes familiares son muy importantes y aprovechó alguna ocasión para lanzar -por fin- un mensaje con fondo político: "Soy hijo y padre de clase media", repitió. Mientras él estudiaba en la universidad, su madre, socialista hasta la médula, se sacó la carrera de Derecho. La última vez que lloró fue hace unos meses al fallecer su abuelo, que era pastor. De quien no evita hablar una y otra vez es de su mujer. Begoña, "constructiva y positiva", suele criticar con dureza las cosas que hace su marido: "Desde una entrevista a cómo defiendo una propuesta o si no me he puesto corbata y debería". Aunque es "un tipo de izquierdas", resultó ser bastante tradicional: "Por supuesto le pedí yo matrimonio", afirmó al entrevistador.

Si una de sus hijas confesara ser del PP, "no pasaría nada". De hecho, si Sánchez tuviera que elegir una persona de Génova para tomarse unas cervezas... se decantaría por Esperanza Aguirre, quien por cierto afirmó ante 'Pedro, el guapo' que tenía "unas piernas muy bonitas". Y hablando del bipartidismo, solo hubo dos claves políticas que consiguió colarle el socialista a Bertín Osborne en su conversación, aunque no hubo primicias. La primera, un recado a los emergentes: "Ahora está de moda decir que es mejor lo nuevo frente a lo viejo; lo mejor en política es lo bueno frente a lo malo". Y la segunda, a los votantes: "No hay partidos corruptos, sino personas corruptas", aseguró restando importancia a los casos que salpican a su partido como los ERE de Andalucía. Eso sí, esbozó una cara de satisfacción al saber que Rajoy acudiría como él a casa de Osborne. Ya que no asiste a los debates... debió pensar.

Si Pedro Sánchez llega a La Moncloa, le gustaría que fuera más abierta, al estilo de la Casa Blanca, que puede ser visitada por los ciudadanos. Conoció la noticia de los atentados terroristas de París del pasado 13 de noviembre al recibir la llamada del primer ministro francés, Manuel Valls, aunque asegura que como el resto de españoles, se quedó 'enganchado' al programa de 24 horas -el único que informó de la matanza aquella noche- hasta que terminó a las dos de la mañana. Un tipo muy normal.

El secretario general del PSOE llegó a la mansión de Bertín Osborne sonriente y relajado, en su gesto habitual. Camisa blanca arremangada y vaqueros, sin salirse un ápice de su estilismo, encaró la entrevista del programa 'En la tuya o en la mía' de TVE mientras Rajoy se convertía en un comentarista más de la Champions en la Cadena Cope, con un claro objetivo: demostrar a la sociedad española que es un tipo de lo más normal. Y lo consiguió sin gran esfuerzo gracias al escaso margen para los eslóganes políticos.

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