Desconcierto en Exteriores: ofrecen las mejores embajadas a un mes del 20-D
Las embajadas de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido o Cuba buscan inquilino. Margallo planea dejarlas todas 'atadas' pese a que se avecinan unas elecciones generales en diciembre
En los pasillos del Ministerio de Asuntos Exteriores nunca ha faltado la salsa, pero estos días están más agitados que nunca. El caso de preocupación es que la última remesa de embajadas, que incluye plazas tan suculentas como Berlín, Roma, Moscú, Tel Aviv, Washington, La Habana o el Vaticano, serán adjudicadas por el nuevo sistema de concurso, según el Reglamento de la Carrera Diplomática aprobado el pasado verano.
El texto sostiene que el Gobierno tiene la obligación de ofertar los puestos que queden vacantes con un plazo suficiente para que postulen los diplomáticos que se consideren con una hoja de servicios a la altura del cargo. Después, un grupo de altos funcionarios criba las candidaturas en un proceso secreto y se las transmite al subsecretario de Asuntos Exteriores, que realiza un último filtro antes de presentar al Consejo de Ministros una terna de posibles embajadores. La propuesta no es vinculante, de modo que el elegido puede perfectamente no salir de esa selección.
El concurso y la proximidad de las elecciones atemorizan a los candidatos a embajador
Si un candidato queda entre los tres finalistas, es informado telefónicamente, pero esa será la última comunicación si no obtiene la plaza. Tampoco se le informa de quiénes son los demás aspirantes: “Hemos estado decenas de años con un sistema de designación que, aunque era injusto y antidemocrático, al menos era previsible. Ibas por los despachos de poder pidiendo y sabías cuándo llegaba -o no- tu turno. Ahora tenemos un concurso que se nos vende como meritocrático y es, en realidad, puro maquillaje para tapar el mismo 'dedazo' de toda la vida”, dicen fuentes diplomáticas a El Confidencial.
Se trata del segundo concurso de jefaturas de misión en la historia del ministerio pero, desde luego, es el más jugoso en cuanto a destinos. Hasta 19 embajadas del Grupo I, las más relevantes, serán entregadas durante el año que viene. Ocupar la residencia del 39 de Chesham, en Londres, o el palacete de Moneo en Foxhall, Washington, pasa por el sueño de casi cualquier diplomático. Sin embargo, más de uno planea guardar sus cartas hasta la próxima mano por temor a ser señalados como favoritos o repudiados del Partido Popular.
Amigos y enemigos del Gobierno
Y es que, pese a que las plazas serán asignadas en 2016, la llegada de los nuevos embajadores se producirá a lo largo de la próxima legislatura, con un Gobierno que no tendría por qué respetar las designaciones del Partido Popular. “Si me dan Malí perfecto, a nadie le va a importar mucho, pero imagínate que me dan Bruselas. ¿Tú crees que el PSOE, si gana, va a dejarme ahí? Ni de broma. Todos sabemos que ciertas plazas son designaciones políticas, como siempre lo han sido, y nadie quiere ser embajador por 10 días... básicamente porque no lo vuelve a ser”, comenta otra voz en Exteriores.
Los diplomáticos tienen la sensación de lanzar sus candidaturas a un pozo negro del que pueden salir marcados; no olvidan que Exteriores se guarda el as de la "libre designación" de cualquier jefe de misión en el extranjero. Así las cosas, el común de los diplomáticos desearía que la convocatoria se hubiese retrasado unos meses, los suficientes para obtener el respaldo del Gobierno entrante.
Existe otra posibilidad: que las ternas queden a disposición del nuevo ministro de Exteriores, el peor escenario para los diplomáticos, ya que el nombrado puede no figurar en ellas, pero sí le pueden servir para identificar a los más cercanos al Gobierno popular.
La convocatoria no es inocente. Margallo aterrizó en Exteriores anunciando el fin de los embajadores políticos y solo en esta línea se comprende la modificación del reglamento. Redactado por Rafael Mendívil, exsubsecretario de Exteriores, sobre la marcha, dicen desde el ministerio, pasa por ser el plan del Gobierno para profesionalizar la carrera diplomática. Así, según sus cuentas, que esta convocatoria salga antes de las elecciones no viene sino a refrendar la idea de que los embajadores deben funcionar con independencia del Ejecutivo.
No obstante, el fantasma del 'dedazo' sigue atemorizando a los diplomáticos. "Dicen que están regenerando el sector, pero... ¿y Wert en la OCDE? ¿Salió su plaza a concurso? ¡Si ni siquiera es diplomático! ¿Y Calvo-Sotelo en Praga, Jiménez-Ugarte en Estocolmo o De la Cámara en Brasil? ¿Acaso eso no es puro amiguismo?", argumentan desde el ministerio. Los funcionarios que se atrevan tienen hasta el próximo 31 de octubre para optar a las mejores embajadas.
En los pasillos del Ministerio de Asuntos Exteriores nunca ha faltado la salsa, pero estos días están más agitados que nunca. El caso de preocupación es que la última remesa de embajadas, que incluye plazas tan suculentas como Berlín, Roma, Moscú, Tel Aviv, Washington, La Habana o el Vaticano, serán adjudicadas por el nuevo sistema de concurso, según el Reglamento de la Carrera Diplomática aprobado el pasado verano.