Las farmacéuticas urgen a la Administración "más transparencia" en el sistema de salud

El entorno sanitario actual está obligado a adaptarse a los conductores del cambio que tanto afectan al resto de sectores de la sociedad: tecnología y uso del 'big data' como principales herramientas para enfrentar los retos más inmediatos en innovación. La industria de la salud debe adaptar su estrategia y modelo de negocio al cambio de paradigma en un sector muy influido por el impacto de las grandes tendencias globales. Y esta es una de las principales conclusiones compartidas por los distintos laboratorios -como Johnson&Johnson, Sandoz o NephroCare- que participaron en el debate-coloquioorganizado por El Confidencial y EY en Madrid.

Entre estas tendencias, los cambios demográficos -en 2050 habrá 1.500 millones de personas mayores de 65 años-; el estilo de vida social, teniendo en cuenta que las enfermedades crónicas representan ya el 70% del gasto sanitario; un contexto político en el que los gobiernos de turno han ido impulsando distintas reformas en los últimos años sobre procesos sanitarios y financiación, y el nuevo rol de los pacientes que, a diferencia del sistema tradicional en el que el médico era la figura principal,se han convertido en agentes informados y responsables con acceso a mucha información. Y todo ello en base a un dato macroeconómico clave: el gasto sanitario en todo el mundo alcanza los 6,5 trillones de dólares, lo que supone el 10,4% del PIB mundial.

Ante este revelador panorama, la industria farmaceútica se encuentra con la necesidad de replantear su modelo de negocio que, como explica Silvia Ondategui, licenciada en Medicina y Cirugía, experta en salud pública y socia de EY desde 2011, se está enfocandohacia los resultados en salud. "Los resultados lo son todo", insiste Ondategui, al recordar que serán ese rendimiento y la capacidad de las compañías para aportar un valor añadido los que determinen el acceso de las compañías a la financiación pública. Y en este contexto parece evidente un marco regulatorio bien definido, basado en una colaboración público-privada, que según la socia de EY, "es un modelo que se implementa bien en España y hay que seguir por ese camino".

Precisamente, se hace aún más necesario un sistema sanitario público-privado en momentos difíciles en tanto a la restricción presupuestaria y más teniendo en cuenta que en España la industria ha ido sufriendo mesuras de contención directa en gasto sanitario durante los últimos años. Lo que parece claro es que la Administración y el sector privado son aliados obligados y ese trabajo conjunto tiene, según la socia de EY, beneficios evidentes como el aumento de la eficiencia y la mejora de los indicadores de salud. Aunque tradicionalmente existían conciertos que regulaban esa relación, este sistema ha ido desapareciendo por culpa de la crisis económica.

Ondategui es una firme defensora del denominado modelo de riesgo compartido basado en resultados

De ahí, la necesaria búsqueda de modelos nuevos en línea con las estrategias emergentes de negocio. Ondategui es una firme defensora del denominado modelo de riesgo compartido basado en resultados. En el que, por un lado, las farmacéuticas ya no solo ofrecen un producto determinado (sea un fármaco o un tratamiento específico) y un servicio que preste valor añadido -por ejemplo una apppara móviles que a través de un test refleja la gestión de la patología por parte del paciente-, sino que además durante unos años asumen el riesgo y si no salen los resultados esperados, es el laboratorio quien asume los costes. Obviamente, el modelo pasa por una mayor sensabilidad de la Administración a la hora de valorar este sistema y adquirir compromisos. Y, pese a todo, muchas farmacéuticas se muestran todavía reticentes a este modelo, ante el temor de que sea un concepto "oportunista" y una manera que puede tener el pagador de limitar el impacto presupuestario.

Otro de los conceptos clave en este sistema sanitario de colaboración público-privada es la necesidad de que existan bases de datos de salud compartidas a nivel nacional. Este es sin duda un clamor por parte de las sociedades científicas, que demandan urgentemente una mayor transparencia a la Administración, más teniendo en cuenta que a partir de enero de 2016 se harán públicas las relaciones entre laboratorios, profesionales y organizaciones sanitarias, según prevé la aplicación del código de buenas prácticas de las compañías adscritas a Farmaindustria, asumiendo los nuevos compromisosadquiridos en materia de transparencia.

Por eso, parece fundamental para mejorar la eficiencia del sector, tal y como explica Ondategui, un intercambio real de datos entre las 17 comunidades autónomas y el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), para asegurar que los sistemas informáticos que existen en los hospitales españoles con datos de pacientes sanos, enfermos, historias clínicas, recetas, patologías fecuentes... pongan a disposición un recopilatorio global en el que haya un intercambio de información. Desde EY insisten en que lo que "no puede ser es que haya 17 sistemas de datos, uno por cada región, que no son interoperables entre sí", mientras las compañías exigen al Ministerio de Sanidad que promueva de una vez por todas la innovación tecnológica, porque conseguirá maximizar la eficiencia en el sector y, por ende, permitiría un importante ahorro en beneficio de la sostenibilidad del sistema.