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Podemos se juega su futuro electoral y pasa del aplauso a Syriza al "Grecia no es España"
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no esconde su temor a un adelanto de las urnas

Podemos se juega su futuro electoral y pasa del aplauso a Syriza al "Grecia no es España"

La formación ha pasado de apoyar sin fisuras la posición de Syriza frente a la troika a remarcar las diferencias económicas entre España y Grecia para evitar analogías con el escenario griego

Foto: Alexis Tsipras y Pablo Iglesias durante el mitin de final de campaña de Syriza el pasado mes de enero en Atenas. (Reuters)
Alexis Tsipras y Pablo Iglesias durante el mitin de final de campaña de Syriza el pasado mes de enero en Atenas. (Reuters)

De “nosotros estamos con el pueblo griego” a “Grecia no es España” en apenas 48 horas. El destino de Podemos en las urnas está ligado en gran medida a la gestión de la crisis helena por parte de sus “hermanos” de Syriza, y siguiendo la estela del ejecutivo de Alexis Tsipras han matizado su discurso pasando de la ofensiva a la defensiva. Ante el fantasma de un Grexit, una salida de Grecia del euro, desde la formación han dejado atrás los aplausos a “la reacción ejemplar del Gobierno griego” para centrarse en salvar distancias: “Basta con mirar el peso económico de uno y otro país o cómo se financian”, respondía a la prensa extranjera el secretario de Política, Íñigo Errejón, ahuyentando así una interesada traslación a España del escenario heleno si tras las generales accedía al gobierno un partido antiausteridad. [Siga en directo la última hora sobre la situación en Grecia]

Si de puertas hacia dentro pocos dudan de los negativos efectos electorales que tendría para Podemos una mala resolución de la situación económica por parte de Syriza, de cara a la galería se afanan en esquivar este tipo de preguntas. “Pretenden asustar a los españoles castigando a los griegos”, apuntaba en un acto de apoyo al Ejecutivo heleno el secretario general de la formación, Pablo Iglesias, quien ha cambiado su foto en el perfil de Twitter por una en la que sale con el presidente Tsipras. Ahora no es el momento de hacer “cálculos electorales” sobre el impacto en Podemos de la evolución de los acontecimientos, zanjaba el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil, Rafa Mayoral.

Más conciso fue el número dos de Podemos, no sin antes contradecir la asociación entre escenarios económicos catastrofistas y Gobiernos antiausteridad de la que tanto gusta el PP: “Ante los intentos de algunos de airear el miedo, nos parece que los ciudadanos van a concurrir a las próximas elecciones generales pensando en las necesidades de España y en las condiciones de España”. Y es que la crisis griega ya está siendo aprovechada electoralmente por el presidente Mariano Rajoy para dinamitar el hipotético pacto PSOE-Podemosen las generales, cuyo principal objetivo esderrocar al partido popular.

Tanto es así que desde Princesa 2 no esconden su temor a un adelanto electoral, posibilidad por la que han justificado la precipitada celebración de primarias para cerrar su lista al Congreso y Senado antes de remate este mes de julio. De momento, el presidente del Gobierno ya ha acelerado su hoja de ruta y estudia adelantar la presentación del proyecto de Presupuestos y garantizar así que las cuentas del Estado estén aprobadas antes de que termine la legislatura a principios de octubre.

Los planes de inversión pública y relajamientode los objetivos de déficit público que Podemos defenderá en su programa económico para las generalesson señas por las que Rajoy seha centrado en un mensaje polarizado: “O el PP o el caos griego de la apuesta por el déficit y la negativa a las reformas, aunque suponga salir del euro”. De ahíel repliegue en defensa del proyecto europeo y la pedagogía para evitar analogías entre la situación económica de ambos países.

"Un problema político, no económico"

La rentabilización de la crisis griega para atacar a Podemos, y a sus posibles socios socialistas, ha obligado a la formación morada a desarrollar un discurso menos ofensivo. “Los españoles conocen la realidad evidente de que la situación de España y Grecia es radicalmente diferente”, se defendía Errejón. En este sentido, el politólogo se aventuraba a especular con que “quizá las élites europeas sean intransigentes y crueles no sólo pensando en Grecia, sino pensando en otros pueblos del sur de Europa donde habrá cambio político y que, por su posición económica, no son tan chantajeables”.

Desviar el conflicto del terreno económico para enmarcarlo en una guerra política es la estrategia que ya ha comenzado a desarrollar Podemos. Una posición en la que se refuerza la tesis del chantaje o ataque exterior, principalmente del BCE, en menosprecio de la soberanía del país. En este mensajePodemos se siente a gusto y le permite devolver el golpe a los Gobiernos en favor de las reformas estructurales impuestas por la troika como causantes de la situación actual.

La campaña electoral ya ha comenzado y la situación por la que atraviesa Grecia se ha colocado en la agenda, no sin perjuicio de las optimistas perspectivas de la formación liderada por Pablo Iglesias. Ante la incertidumbre, Podemos ha decidido jugar con cautela, rebajar su apoyo sin matices al Ejecutivo heleno, establecer distancias entre ambos países, enmarcar la situación en el terreno políticoy prepararse para un posible adelanto electoral. Un contexto en el que se exige una pedagogía extra para explicar, como intenta recalcar Errejón, que “el cambio político no es contra la UE, sino para recuperar lo mejor del proyecto europeo y que la gente pueda decidir las políticas económicas que se aplican”.

De “nosotros estamos con el pueblo griego” a “Grecia no es España” en apenas 48 horas. El destino de Podemos en las urnas está ligado en gran medida a la gestión de la crisis helena por parte de sus “hermanos” de Syriza, y siguiendo la estela del ejecutivo de Alexis Tsipras han matizado su discurso pasando de la ofensiva a la defensiva. Ante el fantasma de un Grexit, una salida de Grecia del euro, desde la formación han dejado atrás los aplausos a “la reacción ejemplar del Gobierno griego” para centrarse en salvar distancias: “Basta con mirar el peso económico de uno y otro país o cómo se financian”, respondía a la prensa extranjera el secretario de Política, Íñigo Errejón, ahuyentando así una interesada traslación a España del escenario heleno si tras las generales accedía al gobierno un partido antiausteridad. [Siga en directo la última hora sobre la situación en Grecia]

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