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El Gobierno quiere que Sánchez renuncie a acuerdos 'griegos' con Podemos
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El Gobierno quiere que Sánchez renuncie a acuerdos 'griegos' con Podemos

El presidente ya pidió al líder de los socialistas que en su política de pactos poselectorales (con toda la izquierda, de ámbito nacional o local) no pusiera en peligro la recuperación económica

Foto: Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. (EFE)
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. (EFE)

La crisis griega preocupa al Gobierno por sus efectos sobre la estabilidad del euro, pero le viene bien en clave interna para denunciar los pactos del PSOE y Podemos para gobernar autonomías y ayuntamientos. Las alianzas de los partidos de izquierda y nacionalistas se basan en la receta de Syriza: cuestionar el pago de las deudas, exigir más fondos, aumentar el gasto público y contratar más funcionarios, una amenaza en toda regla para la estabilidad presupuestaria.

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Mariano Rajoy tiene informado a Pedro Sánchez sobre las negociaciones del Eurogrupo con el ejecutivo de Alexis Tsipras a la espera de que el dirigente socialista, hasta ahora equidistante, se decante por una de las dos posiciones en liza: la de conjunto de los gobiernos europeos (de centro derecha o socialdemócratas) o la de los neocomunistas griegos que cuentan en España con dos partidos hermanos como son Podemos e Izquierda Unida.

Según fuentes gubernamentales, en su entrevista del mes pasado en La Moncloa, el presidente del Gobierno pidió a Sánchez que en su política de pactos poselectorales (con toda la izquierda, de ámbito nacional o local) no pusiera en peligro la recuperación económica. Se refería precisamente a que no cayera en compromisos que fueran contra la estabilidad presupuestaria y el cumplimiento de los objetivos de déficit en las Administraciones que iba a gobernar o entregarse a Podemos y partidos nacionalistas porque sería letal para las inversiones y la imagen exterior de España.

El peligro era y es que cundiera en el exterior la idea de que el modelo de Syriza empezaba a ganar terreno en las instituciones españolas y que podía extenderse al Gobierno central en las elecciones del próximo otoño con todas sus consecuencias.

Aunque el conjunto de los Gobiernos europeos, sin distinción del color político de los mismos, han cerrado filas en el Eurogrupo ante el desafío de Tsipras, Sánchez no tiene posición fijada. Se limita a pedir negociación sin límites aunque admite que el Estado griego debe pagar sus deudas. Pablo Iglesias sí que se ha manifestado desde el primer momento a favor de las maniobras del Ejecutivo heleno para exigir más crédito mientras aumenta su déficit presupuestario y se niega a atajar el gasto público o a acometer reformas.

Al más puro estilo de Syriza, el PSOE acaba de pactar con Podemos y con los nacionalistas de Compromís en la Comunidad Valenciana (la que tiene más déficit de España) aumentar el gasto público sobre la exigencia previa de que la Administración central aumente sus transferencias. Además, el nuevo presidente regional, Ximo Puig, se ha comprometido a reabrir la televisión autonómica que tuvo que cerrar el Gobierno anterior después de acumular una deuda de 1.200 millones de euros.

El peligro era y es que cundiera en el exterior la idea de que el modelo de Syriza empezaba a ganar terreno en las instituciones españolas

Desde la dirección del Partido Popular, su vicesecretario general, Javier Arenas, expresó su preocupación por el problema de Grecia después de los últimos acontecimientos. “Los españoles somos acreedores, hemos sido solidarios y por eso tenemos que demandar soluciones, reformas y, sobre todo, responsabilidad al Gobierno griego”, explicó.

Arenas pidió responsabilidad a Tsipras y aprovechó para resaltar el éxito del Ejecutivo del PP frente a la crisis económica. “Ojalá que otros países, incluido Grecia, hubieran seguido el modelo español, un modelo que impidió el rescate y que a través de las reformas profundas nos ha permitido que, con el esfuerzo de todos los españoles, estemos saliendo de la crisis, liderados por el Gobierno de Rajoy”.

La crisis griega preocupa al Gobierno por sus efectos sobre la estabilidad del euro, pero le viene bien en clave interna para denunciar los pactos del PSOE y Podemos para gobernar autonomías y ayuntamientos. Las alianzas de los partidos de izquierda y nacionalistas se basan en la receta de Syriza: cuestionar el pago de las deudas, exigir más fondos, aumentar el gasto público y contratar más funcionarios, una amenaza en toda regla para la estabilidad presupuestaria.

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