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Rajoy toma el control de Génova y su mano derecha, la campaña de las generales
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Casado, maíllo, maroto y levy, nuevos nombramientos

Rajoy toma el control de Génova y su mano derecha, la campaña de las generales

Tras varios días de incertidumbre, el presidente Rajoy ha reunido a la dirección del PP para valorar el 24M, plantear la hoja de ruta hasta las generales y anunciarles los cambios

Foto: El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy (c), presidió la reunión del Comité Ejecutivo Nacional en la sede nacional del partido hoy en Madrid. (EFE)
El presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy (c), presidió la reunión del Comité Ejecutivo Nacional en la sede nacional del partido hoy en Madrid. (EFE)

El principal ajuste en la dirección del Partido Popular que ha decidido Mariano Rajoy consiste en ponerse él otra vez al frente del aparato, como cuando estaba en la oposición, y de una forma tan directa y personal que el jefe de campaña no será el secretario de organización, sino su jefe de gabinete en La Moncloa: Jorge Moragas. “Presidiré el comité de dirección como el Consejo de Ministros”, proclamó ante el comité ejecutivo (aparato más barones) para anunciar que a partir de ahora su principal reto es plantar cara al reto separatista en Cataluña y ganar las próximas elecciones generales.

Rajoy dio la salida de la carrera para las dos convocatorias de comicios con la advertencia de que el PP se enfrenta a un desafío añadido como es sostener la España constitucional una vez que el PSOE ha hecho después de las elecciones locales y autonómicas su apuesta por la alianza con todos los demás partidos, de izquierda populista, independentistas o nacionalistas, frente a los populares. Y el jefe del Ejecutivo sostiene que el frente anti-PP para el reparto del poder regional y municipal es un ensayo general de lo que sus miembros preparan para entrar en el Gobierno el próximo otoño.

Para la misión de ganar las elecciones generales, Rajoy no se ha limitado a hacer cambios “por adicción” en la sede de Génova. Sigue María Dolores de Cospedal de secretaria general, pero el presidente vuelve a dirigir el comité dirección en su lugar todos los lunes mientras que el número tres y responsable directo de las últimas campañas (europeas y municipales), Carlos Floriano, sale de ese comité con destino al Grupo Parlamentario en el Congreso. El jefe del Ejecutivo también se queda con la supervisión directa de la acción electoral del PP, como hizo entre 2003 y 2011, y pone al frente del día a día y la coordinación de esa área a su mano derecha en La Moncloa, Moragas.

De los tres vicesecretarios elegidos en el último congreso, sólo el incombustible y consejero permanente de Rajoy Javier Arenas, sigue en el cargo. Si Floriano se va al Congreso, Esteban González Pons deja definitivamente el aparato de Génova para centrarse en su responsabilidad de portavoz del Grupo Popular en el Parlamento.

La renovación es casi total en Génova, por nombres y por la edad de sus nuevos vicesecretarios, con una media de menos de 35 años. Pablo Casado entra en el comité de dirección como portavoz y responsable de comunicación. En el puesto de Pons para elaborar programas llega de Cataluña Andrea Levy, de 30 años de edad. Del PP Castilla y León procede el sustituto de Floriano, Fernando Martínez Maíllo. El ex alcalde de Vitoria, Javier Maroto, que acaba de ser expulsado del cargo por los pactos de Bildu con el PNV más la abstención de los socialistas, se integrará en Génova como vicesecretario “de sectorial”.

Mariano Rajoy ha manejado los tiempos como siempre, a su manera, y ha hecho esperar a quienes solicitaban un cambio en la estructura y en las caras de Génova para paliar los eternos "problemas de comunicación" de los populares. "No sabemos vender nuestros logros ni nos hemos hecho entender por nuestros votantes", era la queja eterna en los pasillos del Congreso entre los diputados populares. Con los cambios anunciados hoy, el presidente del Gobierno pretende engrasar la máquina del PP de cara a las generales.


 El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (c), junto a Jorge Moragas (d) y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo (i). (EFE)

"No quedaba otro remedio, pero el remedio era muy duro"

Otro mensaje que ha querido dejar claro que el voto "se ha perdido por el centro y por la abstención". ¿Por qué? Es obvio que muchos se sienten defraudados: hemos pedido muchos esfuerzos a los españoles y sólo ahora se ven los resultados. No quedaba otro remedio, pero el remedio era muy duro: pérdidas de empleo, de ahorros, impuestos..." ha añadido Rajoy. "Hemos hecho lo importante, pero no es suficiente".

Después, el presidente del Gobierno ha pasado a describir lo que considera la segunda causa de la desafección de los votantes del PP: la corrupción, que ha circunscrito a "algunas personas que creíamos compañeros" y que han terminado por "hacer mucho daño al partido".

Como mensaje de optimismo a su dirección, Rajoy les ha recordado que el PP sigue siendo el primer partido en número de votos y de concejales, y que en la lucha por la recuperación económica, "somos los artífices del cambio, aunque eso no es suficiente y hay que llegar a los 20 millones de personas trabajando, algo que se puede conseguir. La recuperación económica es un activo del Partido Popular", ha concluido Rajoy.

El cambio en el Gobierno, a la espera

Finalmente, el presidente del Gobierno ha decidio aplazar la decisión de la remodelación en el Gobierno a la espera de los cambios en el partido. Una noticia que llevaba esperándose semanas y que en las últimas 48 horas había supuesto una auténtica 'persecución' de la agenda y los movimientos de Mariano Rajoy.

Desde la mañana del miércoles, la expectación había sido máxima por lo que se suponía iba a ser el cuarto cambio en los ministros de Mariano Rajoy, tras los obligados por la candidatura de Miguel Arias Cañete a las elecciones europeas del pasado año (le sustituyó Isabel García Tejerina); la de Ana Mato tras su implicación en Gürtel como partícipe a título lucrativo de los negocios de su marido (le sustituyó Alfonso Alonso al frente de la cartera de Sanidad) y, finalmente, el último cambio hasta hoy que fue la sustitución de un decepcionado Alberto Ruiz-Gallardón, harto de que no saliera adelante ninguna de sus medidas estrella y de que el Gobierno tumbara su ley del aborto (fue sustiuido por Rafael Catalá en Justicia).

Al mediodía, el presidente del Gobierno había acudido al Palacio de la Zarzuela a la Fundación Carolina. Allí, el presidente del Gobierno fue interrogado sobre sus intenciones de comunicar a Felipe VI algún cambio, Rajoy respondió tajantemente: "No sé de dónde se ha sacado eso". Horas antes, en la sesión de control del Congreso de los Diputados, fue el propio presidente quien ironizó con el líder de IU, Cayo Lara, quien en la pregunta daba por seguro que la remodelación iba a tener lugar. Hoy, 24 horas después, el cambio no se ha producido en el Ejecutivo y Wert sigue en su puesto.

El principal ajuste en la dirección del Partido Popular que ha decidido Mariano Rajoy consiste en ponerse él otra vez al frente del aparato, como cuando estaba en la oposición, y de una forma tan directa y personal que el jefe de campaña no será el secretario de organización, sino su jefe de gabinete en La Moncloa: Jorge Moragas. “Presidiré el comité de dirección como el Consejo de Ministros”, proclamó ante el comité ejecutivo (aparato más barones) para anunciar que a partir de ahora su principal reto es plantar cara al reto separatista en Cataluña y ganar las próximas elecciones generales.

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