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Los pediatras exigen ampliar el calendario de vacunas tras el caso del niño con difteria
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los expertos discrepan sobre la obligatoriedad

Los pediatras exigen ampliar el calendario de vacunas tras el caso del niño con difteria

El reciente caso del niño de Olot contagiado por una enfermedad inexistente en España desde 1987 ha reabierto el debate sobre la vacunación infantil. ¿Debería obligarse a los padres por ley?

Foto: Un niño de Olot, en Girona, se contagia de difteria. (Reuters)
Un niño de Olot, en Girona, se contagia de difteria. (Reuters)

El niño de Olot con difteria, una enfermedad sin presencia en España desde los años ochenta, ha reabierto el debate sobre la vacunación infantil, su posible obligatoriedad y la necesidad de ampliar el calendario de vacunas para frenar casos tan preocupantes para la salud pública. El niño de seis años permanece en estado de extrema gravedad y es una máquina llamada ECMO de la UCI del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona la encargada de oxigenar su sangre, cumpliendo la función del corazón y los pulmones a la vez. Pau sobrevive en estos momentos gracias al avanzadísimo aparato. Los ocho niños contagiados y ahora portadores de la bacteria, que no han desarrollado la enfermedad gracias a que fueron vacunados, están siendo tratados con antibióticos y deben permanecer aislados diez días en sus casas.

La situación ha generado una significativa alarma social y la Asociación Española de Pediatría (AEP) aprovecha para recordar la necesidad de ampliar el calendario de vacunas infantiles, al menos, a la de la varicela y el meningococo (bacteria que puede desarrollar la meningitis). Ambas se recomiendan a las familias, pero son estas las que finalmente deciden si las administran a sus hijos pagándolas de su bolsillo. David Moreno, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la AEP, recuerda que la Asociación lleva dos años trabajando insistentemente por incluirlas. Reconocen que son optimistas, ya que la tercera de sus demandas, referida a la vacuna del neumococo, fue aprobada en enero por el Consejo Interterritorial y todas las CCAA españolas la están incluyendo en sus respectivos calendarios.

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En la misma línea se refiere la médico de familia y directora de vacunas.org, María José Álvarez Pasquín, que achaca en parte a la crisis económica los retrasos en la inclusión de algunas de estas vacunas, ya que en estos años la financiación autonómicase ha visto mermada. Además, la doctora Álvarez se refiere a la vacuna del meningococo, sobre la que se han alertado algunos efectos secundarios como altas fiebres,en que "los beneficios superan siempre el riesgo de estos posibles efectos y, sobre todo, el riesgo de la enfermedad".

Lo que ambas asociaciones pretenden dejar claro es la "evidencia científica" de que la vacunación reduce las enfermedades infecciosas, las secuelas que estas pueden dejar y especialmente anulan gran parte los fallecimientos provocados por estas dolencias. Por eso, el colectivo de pediatras adviertedel riesgo que producen losmovimientos 'antivacunas' al sembrardudas sobre la seguridad y la efectividad de las inyecciones infantiles. Precisamente, los padres del niño con difteriareconocieron sentirse "engañados" por un grupo de este tipo, que los convencieron para no inmunizar a su hijo.

Se reabre el debate de la obligatoriedad

Tras el reciente caso del niño de Olot, se ha vuelto a reabrir el debate sobre si debería ser obligatorio por ley la vacunación infantil. En este punto, los expertos consultados por este diario registran ciertas discrepancias. Moreno (AEP), afirma lo "terrible" que es ver cómo "un niño en España en pleno siglo XXI se enferme con una bacteria tan fácil de prevenir con una simple vacuna". El coordinador del Comité de Vacunas reconoce que la postura de su organismo, ideada en conjunto con el Comité de Bioética de la Asociación, mantiene que de momento "la obligatoriedad no está sobre la mesa porque la imposición puede generar el efecto contrario".

Según las cifras que maneja el Ministerio de Sanidad, en estos momentos sólo un 5% de los padres en España no quieren inmunizar a sus hijos voluntariamente. Por eso, Moreno cree que "ahora mismo no hace falta obligar, ya que el 95% de padreslo hacen por decisión propia". Sin embargo, la Asociación Española de Pediatría reconoce que "el miedo" que tienen es que "el porcentaje de antivacunas suba", ya que en los últimos años ha pasado del 3 al 5 por cierto. Y reconoce que "si se agotaran las medidasde información y se registraran los mismos casos, sí habría que pensar en impulsar medidas de obligación desde las instituciones gubernamentales".

La directora de vacunas.org confía en que no se llegue a ese punto. "Vivimos en un país libre en el que la vacuna es recomendada", y en el que"la enorme mayoría de padres vacunan a sus hijos convencidos de que es lo mejor". La doctora Álvarez es contraria a la obligatoriedad porque está segura de que puede "reforzar posturas beligerantes y negativas". Además, recuerda que en España existe un sistema judicial que actúa precisamente en casos extremos, como ocurrió hace años en Granada cuando un magistrado autorizó la vacunación forzosa de 35 niños contra el sarampión.

La Asociación de Pediatras ha lanzado una iniciativa que consiste en animar a los padres que no quieran vacunar a los hijos a firmar un documento en el que asuman la responsabilidad de su decisión. "Lo que pretendemos es que no sea un acto libre y que las familias que lo quieran hacer se digan a sí mismas que no quieren vacunar a sus hijos aun sabiendo todo lo que conlleva", concluye Moreno.

El niño de Olot con difteria, una enfermedad sin presencia en España desde los años ochenta, ha reabierto el debate sobre la vacunación infantil, su posible obligatoriedad y la necesidad de ampliar el calendario de vacunas para frenar casos tan preocupantes para la salud pública. El niño de seis años permanece en estado de extrema gravedad y es una máquina llamada ECMO de la UCI del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona la encargada de oxigenar su sangre, cumpliendo la función del corazón y los pulmones a la vez. Pau sobrevive en estos momentos gracias al avanzadísimo aparato. Los ocho niños contagiados y ahora portadores de la bacteria, que no han desarrollado la enfermedad gracias a que fueron vacunados, están siendo tratados con antibióticos y deben permanecer aislados diez días en sus casas.

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