Rajoy equipara las amnistías fiscales del PSOE con la griega para defender la suya

Mariano Rajoy ha encontrado un nuevo argumento para defender la “regularización fiscal” aplicada por su Gobierno de las acusaciones de corrupción que le lanzan los socialistas e IU: la amnistía fiscal auténtica de Yanis Varoufakis en Grecia. El presidente del Gobierno ha destacado que la operación del ministro heleno, como las de los ejecutivos del PSOE en España en 1984 y 1991 en España, se ejecutan gratis total y con perdón por anticipado, mientras que en la regularización de Cristóbal Montoro “paga el contribuyente” (el 3 por ciento) y no ha servido para “limpiar ni borrar delitos”.

Los grupos parlamentarios del PSOE, IU y Rosa Díez han planteado el pleno de control al Gobierno, el último antes de la campaña electoral de los comicios locales y autonómicos de mayo, como una ofensiva total contra el Gobierno con la corrupción como núcleo de sus ataques. De sus principales portavoces, sólo Pedro Sánchez se ha salido del guión mitinero de la sesión para ofrecerse como defensor de los trabajadores y recuperar sus “derechos laborales” con un nuevo estatuto.

La agresividad de Joan Coscubiela, de Izquierda Plural, al calificar a Rajoy de “señor X de la corrupción” por la citada “amnistía” ha dado pie al presidente del Gobierno para recordar los procedimientos del partido comunista hermano en Grecia. Para paliar la salida de depósitos, Varoufakis ofrece la opacidad total y sin cargos a quien repatríe fondos. Lo mismo que hicieron en España los ministros de economía de Felipe González para afrontar las crisis económicas en los años 80 y 90.

"Es una regularización fiscal, que a diferencia de esas dos, paga el contribuyente, sus nombres son conocidos por la Agencia Tributaria y no limpia ni borra ningún delito, cuenta con el aval de la OCDE y ha provocado el mayor aumento de afloramiento de bases tributarias de la historia y por tanto hemos hecho un sistema tributario más justo", respondió Rajoy.

Coscubiela acusó a los dirigentes del PP de “expoliar y saquear el país en beneficio propio”, de estar nutrido de “corruptos confesos” y carcomido del “dinero opaco y criminal”. También confesó que el principal objetivo de su coalición es que Rajoy deje de ser presidente del Gobierno: “en eso estamos”. El jefe del Ejecutivo respondió con ironía la agradecer al portavoz comunista su “ecuánime, equilibrada y democrática intervención” y sentenciar que Coscubiela había dibujado un país (“la pocilga en la que estamos”) que era el del diputado de Izquierda Plural, no la realidad de España.

Los portavoces socialistas, con la cómoda excepción de Pedro Sánchez, intentaron rivalizar después con la agresividad de Coscubiela pero se quedaron en la enésima repetición de ataques a Cristóbal Montoro por la regularización fiscal y la consabida réplica del ministro de Hacienda: que su fórmula no borra delitos y que se meten con él porque el Gobierno logra sacar a España de la situación de quiebra en la que dejó el PSOE en 2011.

Rajoy marcó la línea de defensa: “no admito lecciones de ustedes, que destruyeron 3,4 millones de puestos de trabajo”. El jefe del Ejecutivo reiteró las comparaciones al insistir en que la economía española ha salido de la recesión en que la sumió la etapa de Zapatero y ahora crece al 2,9 por ciento.