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Monedero, ¿diputado de Podemos?: “Ya veremos, pero creo que no es mi tarea”
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LIBRO-CONVERSACIÓN DE RAMÓN LOBRO

Monedero, ¿diputado de Podemos?: “Ya veremos, pero creo que no es mi tarea”

El periodista y escritor Ramón Lobo se adentra en la figura del dirigente de Podemos para escarbar en sus luces y sombras, su pensamiento e ideología, en un libro de conversaciones

Foto: Juan Carlos Monedero, secretario de Proceso Constituyente y programa de Podemos. (EFE)
Juan Carlos Monedero, secretario de Proceso Constituyente y programa de Podemos. (EFE)

Profundizar en la figura de Juan Carlos Monedero, el “verso suelto” de Podemos que arrastra tanta filias como fobias dentro y fuera de su propia organización, es una tarea tan compleja como necesaria. El experimentado periodista y escritor Ramón Lobo se ha aventurado en este desafío para escarbar en sus luces y sombras, su pensamiento e ideología, su futuro político y el de Podemos, sin eludir prácticamente ningún asunto, por escabroso que sea para el protagonista. El notable resultado ha quedado plasmado en la obra Conversación con Juan Carlos Monedero (Turpial), un libro-conversación fruto de cuatro charlas de dos o más horas cada una.

Su papel dentro del partido

“Cuando decidimos poner en marcha Podemos tenía claro que mi tarea era pedagógica: me veía como esos maestros anarquistas que iban recorriendo los pueblos ayudando a quitar la maleza. No necesitaba presentarme a ningún cargo. Pablo (Iglesias) insistió muchísimo en que me presentara para ser eurodiputado pero le dije que no quería. Luego insistieron para que me presentara para alcalde y dije: ‘es que no tengo la voluntad de ser alcalde’. Luego dijeron: ‘preséntate a la Comunidad de Madrid’, ‘es que no quiero’; ‘preséntate a diputado’, ‘ya veremos; pero creo que no es mi tarea’. Creo que la libertad y desobediencia que necesito para pensar no las encuentro en el ámbito de la política de partido ni en la representación”.

La Venezuela de Hugo Chávez

“En Venezuela también sufrí un fracaso: tuve una gran discusión con el presidente Hugo Chávez. Solamente dos años después, ya enfermo, me reconoció que había tenido razón, pero mi sensación era que había fracasado porque no había sido capaz de llevar a buen puerto los dos o tres grandes objetivos que me había marcado: crear el Instituto Nacional Bolivariano de Administración Pública, ayudar a montar un Estado más eficaz y capaz de luchar contra la corrupción, que fuera más eficiente, y haber sido capaz de formar cuadros, para que hubiera no un Chávez sino cien o mil Chávez y, a poder ser, más de la mitad mujeres”.

Diferencias con Pablo Iglesias

“Puedo discutir intelectualmente con Pablo (Iglesias) sobre cosas, y de hecho lo hago. Si alguien lee los últimos libros en los que hemos colaborado se va a encontrar con que tenemos concepciones diferentes de la política: él tiene una concepción de la política más vinculada a lo que llamamos nosotros la autonomía de lo político, que viene de Maquiavelo, es decir, que la política tiene unas reglas propias que hay que cumplir, mientras que yo pertenezco a una tradición que entiende que no existe la política al margen de lo social y que, por lo tanto, no puedes analizar la política sacándola de lo social, al igual que hacen los economistas o los juristas, y en el caso de que lo hagas para tu análisis luego tienes que reintegrarla”.

El terremoto de Hacienda

“A mí se me negó la posibilidad de discutir con Hacienda porque desde el comienzo se me dijo: ‘vamos a machacarte’. Se anunció públicamente que me iban a masacrar. (…) Al mismo tiempo presionan a la Universidad Complutense para que me abra un expediente. El presidente de la Comunidad de Madrid presiona al rector de la Complutense. La consejera Lucía Figar presiona al rector, le dice textualmente: ‘sabemos que Monedero es culpable; queremos su cabeza'.

(…)El problema es que el dinero (del informe encargado por el banco del ALBA) nos lo hemos gastado en hacer ‘La Tuerka’. Ahí es donde está realmente la discusión. Con el dinero ganado con el informe y la consultoría hemos mantenido durante más de un año el proyecto de ‘La Tuerka’, que es un proyecto muy hermoso. Me hubiera gustado ganar tanto dinero como Pedro J. Ramírez para abrir un periódico, pero desgraciadamente no he ganado tanto”.

Ruptura con Izquierda Unida

“El grueso de las energías se gastaban en la pelea interna. Pero también faltó coraje en la gestión de Llamazares (de quien fue asesor) para enfrentarse a lo que impedía el vuelo. Muchas de las cosas que después hemos hecho en Podemos intentamos hacerlas en IU.

A mí se me negó la posibilidad de discutir con Hacienda porque desde el comienzo se me dijo: ‘vamos a machacarte’

(…) El viernes por la noche (después de los atentados del 11M), mientras la ciudadanía gritaba a Aznar: ‘¡Queremos la verdad antes de votar! Izquierda Unida era parte de la manifestación convocada unilateralmente por el PP, al lado de Berlusconi, detrás de una pancarta que decía: ‘Por la Constitución’, pese a que estábamos diciendo que había que cambiarla. Al día siguiente, sintiéndonos abandonados por todos los partidos políticos, incluido el mío, algunos amigos convocamos la concentración delante de las sedes del PP que acabaría por demostrar que Aznar había mentido. El conocido ‘pásalo’. Y lo convocamos sin partidos. Ahí ya estaba fuera de Izquierda Unida”.

La Transición

“Mi mayor crítica a la Transición no es a la Transición en sí, sino al relato que se ha construido sobre la Transición… Es un relato muy mentiroso que sostiene que el Rey salvó a la democracia, cuando fue el Rey quien estuvo detrás del golpe de Estado del 23-F. (…) Los hijos de los vencedores critican la memoria histórica y hacen un flaco favor a este país y a ellos mismos, porque en tanto en cuanto esa herida no la abramos y la limpiemos, España no va a poder encontrar un pacto real de construcción democrática como el que necesitamos”.

Ley de medios de comunicación

“Confío mucho en que sean los trabajadores los que tomen las decisiones sobre cuáles son las mejores condiciones para desarrollar su trabajo. Estoy cansado de leer cuerpos de noticia correctos con titulares infectos, en los que queda demostrado que el jefe, el que te paga, pone el titular que le da la gana, y al final tienes que firmar la noticia, una noticia que no tiene nada que ver con el titular. Me gustaría que los periodistas pudieran tener la libertad de hacer el cuerpo de la noticia y poner también su titular sin que nadie les pudiera obligar a mentir.

(…) Es la independencia. Igual que un profesor tiene libertad de cátedra, creo que habría que garantizar que el periodista tuviera también libertad de información, que tuviera garantías de seguridad en el empleo para poder desarrollar su tarea”.

Profundizar en la figura de Juan Carlos Monedero, el “verso suelto” de Podemos que arrastra tanta filias como fobias dentro y fuera de su propia organización, es una tarea tan compleja como necesaria. El experimentado periodista y escritor Ramón Lobo se ha aventurado en este desafío para escarbar en sus luces y sombras, su pensamiento e ideología, su futuro político y el de Podemos, sin eludir prácticamente ningún asunto, por escabroso que sea para el protagonista. El notable resultado ha quedado plasmado en la obra Conversación con Juan Carlos Monedero (Turpial), un libro-conversación fruto de cuatro charlas de dos o más horas cada una.

Juan Carlos Monedero Izquierda Unida
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