El yihadista detenido en Estambul iba a volver a España tras ser herido en combate

Mohamed Amine Aissaoui llevaba un año combatiendo en las filas del Daesh en Siria. Era uno de los soldados más activos de los que se incorporaban procedentes de la civilización europea. Sin embargo, y quizá por ese compromiso, el nuevo soldado fue herido en combate. La metralla de una bomba se le incrustó en el brazo y el costado. Las lesiones le impidieron seguir luchando por la causa yihadista y no tuvo más remedio que retirarse. De Siria pasó a Turquía, pero no consiguió dar el siguiente paso.

Las fuentes policiales consultadas aseguran que Amine Aissaoui estaba preparando su regreso a Madrid, donde residía antes de ser reclutado por el Estado Islámico, justocuando fuedetenido en la mañana de este juevesen Estambul por las autoridades policiales turcas. La Audiencia Nacional, a instancias de la Policía, había emitido hace meses una orden internacional de detención por terrorismo que ha servido para ejecutar el arresto. Ha sido encerrado en los calabozos de una comisaría turca, donde permanecerá hasta que Interpol realice los trámites pertinentes para lograr su traslado a España.

La Policía lo considera muy peligroso y no descarta que pudiera cometer un atentado en España incluso a pesar de las lesiones que había sufrido en el combate. No en vano los servicios secretos europeos, además, consideran un riesgo cada retornado, ya que, tras el análisis de los comunicados y los vídeos elaborados por el Estado Islámico, los departamentos de inteligencia concluyen que existen instruccionesde la cúpula de los yihadistas de Siria e Irak para que los combatientes que regresan atenten en sus países de origen.

Francia también estaba muy preocupada con Amine Aissaoui, pues era ciudadano galo. Nació en Argelia, aunque emigró de niño junto a sus padres a Francia. De hecho, es francófono, aunque también habla español y árabe. El detenido estaba también incluido en los sistemas de información de Schengen tanto de España como de Francia. Antes de partir hacia Siria hace un año, el supuesto yihadista había residido casi dos años en Madrid.

Actualmente hay aproximadamente un centenar de ciudadanos de origen español combatiendo en Siria o Irak junto a los yihadistas del Estado Islámico, estiman fuentes policiales consultadas. España es, sin embargo, uno de los países que menos luchadores tiene engrosando las filas terroristas. Según datos oficiosos de Interpol a los que ha accedido El Confidencial, hay alrededor de 500 británicos, 200 belgas, 120 procedentes de los Países Bajos, 50 italianos, 1.700 franceses,casi 600 alemanes y unos 1.500 marroquíes.

Los retornados son considerados extremadamente peligrosos por las fuerzas de seguridad europeas, que losconsideran como gente muy comprometidacon la causa yihadista que haaprendido a utilizar armas y a cometer atentados y que regresaal mismo ambiente en el que estaban convertida enotras personas completamente distintas. Fuentes policiales, de hecho, han reclamado al Gobierno reformas legislativas urgentes que el Ejecutivo no termina de concretar y que permitan detener o impedir la entrada a los retornados.