Empresarios, abogados y jubilados pagaban 200 euros por una niña que iba al colegio
Los padres de las 12 menores se enteraron por la Policía de la doble vida que llevaban sus hijas. Una de ellas fue violada la primera vez que la llevaron al piso-prostíbulo
La organización que prostituía mujeres y niñas en Murcia ofrecía un servicio a la carta. Cuando un cliente demandaba, las jefas de la trama le enviaban fotos vía WhatsApp para que eligiera. Algunos solicitaban expresamente a menores y también ese producto lo tenía la organización en catálogo. En concreto, contaba con una docena de niñas de entre 14 y 17 años. Cuatro de ellas, españolas; el resto, de origen boliviano, ecuatoriano o paraguayo.
Todas fueron captadas a través de engaños. Las tres mujeres que lideraban la trama buscaban por internet a jóvenes que necesitaran trabajo de canguro o de camarera y se ponían en contacto con ellas. Les indicaban que tenían algo similar y les invitaban a tomar algo. Poco a poco, iban integrándolas en ambientes latinos y las iban convenciendo para que dieran masajes que podrían terminar en otras cosas.
Una de las niñas, explican fuentes de la investigación, se negó a concluir una relación con un cliente creyendo que se trataba solo de masajes, pero el hombre la obligó y acabó violándola.
Vídeo: Menores prostituidas por WhatsApp
Los padres de las menores no tenían ni idea de la vida paralela que llevaban sus hijas. De hecho, todos ellos se enteraron de la noticia cuando la Policía se la comunicó. Todas ellas dormían en casa de sus progenitores y llevaban vida normal. Sólo una de ellas se había emancipado y vivía con unas amigas. Fueron, de hecho, las sospechas de los padres respecto a esta última las que llevaron a la Policía a abrir la investigación.
Una de las pequeñas, de sólo 15 años, reclutó a otras dos en el colegio. En otra ocasión, una de las jefas se hizo pasar por una madre, utilizando el bebé de un familiar, y se presentó en un centro de salud a una familia que tenía una niña de 15 años. Les dijo que necesitaba una niñera y los padres accedieron. Sin embargo, lo normal es que las tres jefas de la organización hicieran esa labor de captación a través de internet, primero, y mediante el convencimiento gradual de las menores, después.
Las chicas se llevaban 50 euros por ‘servicio’ y esa ganancia las mantenía ligadas a la organización, que por cada visita se llevaba entre 100 y 200 euros. La trama contaba con más de 400 mujeres en el catálogo, la mayoría de ellas personas que estaban pasando necesidades económicas y que acudían a este recurso como modo de obtener dinero fácilmente, según explican las fuentes policiales consultadas.
Una joven de poco más de 20 años, por ejemplo, tenía un hijo pequeño y se prostituía para darle de comer. Cuando necesitaba dinero para comprar pañales, explican las mismas fuentes, llamaba a la ‘agencia’ y esta le buscaba un cliente.
Todas las niñas están ahora bajo la protección de los psicólogos de los servicios sociales, que tratan de reorientar sus vidas. La operación se ha saldado con la detención de 29 personas, por el momento, entre las que se encuentran las tres jefas de la trama, captadoras y chóferes, además de 15 clientes, que son los que solicitaban expresamente servicios con menores. Entre estos últimos, había abogados, empresarios o jubilados (un guardia civil) que iban desde los 40 hasta los 82 años y que tenían distintos niveles de vida.
La organización que prostituía mujeres y niñas en Murcia ofrecía un servicio a la carta. Cuando un cliente demandaba, las jefas de la trama le enviaban fotos vía WhatsApp para que eligiera. Algunos solicitaban expresamente a menores y también ese producto lo tenía la organización en catálogo. En concreto, contaba con una docena de niñas de entre 14 y 17 años. Cuatro de ellas, españolas; el resto, de origen boliviano, ecuatoriano o paraguayo.
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