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Matas afronta el final de su primer paso por la cárcel... sin salir de la enfermería
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Se ha sometido a dos operaciones de oído

Matas afronta el final de su primer paso por la cárcel... sin salir de la enfermería

El exministro Jaume Matas está a sólo tres meses de quedar en libertad pero saldrá a la calle sin haber experimentado la verdadera realidad de la cárcel

Foto: Matas abandona la cárcel con un permiso de fin de semana. (EFE)
Matas abandona la cárcel con un permiso de fin de semana. (EFE)

Jaume Matas recorre ya el tramo final de la pena de nueve meses de prisión que le impuso la Justicia por tráfico de influencias, pero va camino de salir a la calle sin experimentar la verdadera realidad de la cárcel. Desde que ingresó en el centro penitenciario de Segovia el pasado 28 de julio, el expresidente del Ejecutivo de las Islas Baleares ha conseguido permanecer en el módulo de enfermería de la prisión, una zona reservada en exclusiva a los presos con algún tipo de dolencia. Allí regresó también el pasado 10 de diciembre después de que la Justicia anulara su acceso al tercer grado, y, si nada lo impide, terminará de cumplir en esa sección las semanas que le quedan en prisión.

Instituciones Penitenciarias permitió en un primer momento al exdirigente popular que durmiera en ese módulo de la cárcel para permitirle que se recuperara de una operación de oído a la que se había sometido sólo unos días antes de convertirse en recluso. El postoperatorio requería curas diarias y la defensa del exministro de Medio Ambiente solicitó a las autoridades dependientes del Ministerio del Interior que autorizaran un trato diferenciado para su cliente.

Un módulo más cómodo

Tras el visto bueno de Interior, Matas ingresó directamente en el módulo de enfermería, mucho más confortable que el resto de secciones de la prisión. No sólo logró disfrutar de una celda más amplia, con capacidad para cuatro personas en lugar de las dos que caben en las celdas de los módulos comunes. También se expuso a menos conflictos. La enfermería es el lugar más tranquilo de la ya de por sí pacífica cárcel de Segovia, reservada para los reclusos sin delitos de sangre o violentos. Además, esa parte de la prisión apenas está a la mitad de su capacidad: alberga a 15 presos de los 30 que podría llegar a alojar.

Matas pasó sus primeras semanas en la cárcel acompañado de un recluso sombra –un interno de confianza designado por la propia dirección del centro para facilitar su adaptación a la vida penitenciaria– y el exauditor de Gowex, José Antonio Díaz Villanueva. La cuarta cama de su celda permaneció libre. Para ocupar su tiempo, el exministro jugó al ping-pong y al ajedrez y se apuntó a un torneo de frontenis. Sus problemas de oído los solventó con la ayuda de un audífono especial con micrófono incorporado.

La suerte le sonrió el pasado 31 de octubre cuando Instituciones Penitenciarias decidió concederle el tercer grado en contra de la propia dirección del centro, permitiéndole así salir de prisión durante el día y pasar en libertad los fines de semana. Sin embargo, la Fiscalía recurrió la decisión del organismo dependiente del Ministerio del Interior y la Audiencia Provincial de Palma decidió revocar el tercer grado de Matas.

Curas por otra operación

El exministro popular no tuvo más remedio que regresar a la prisión de Segovia el pasado 10 de diciembre, pero los 40 días que disfrutó en régimen de semilibertad computarán para el cumplimiento de la pena. Además, Matas volvió al módulo de enfermería alegando otra vez problemas de audición. Sólo unos días después de su retorno a la cárcel, Matas aprovechó para ser intervenido nuevamente en el oído. Instituciones Penitenciarias le permitió alojarse en el módulo especial para que pueda ser sometido a las curas diarias que necesita.

Fuentes penitenciarias aseguran que Matas disfruta ahora de una celda con cuatro camas para él solo. Aunque por un oído no escucha nada y por el otro sólo un 10%, hace vida normal gracias al audífono que lleva todo el tiempo. Participa en actividades deportivas junto a otros presos de la enfermería y su trato con los funcionarios es correcto, señalan las fuentes consultadas. El exdirigente popular habrá saldado su deuda con la Justicia en sólo tres meses, aunque su nombre figura en otra veintena de procesos judiciales relacionados con su última etapa al frente del Ejecutivo balear, entre 2003 y 2007. Su paso por la enfermería de la prisión de Segovia puede ser el primero de una larga serie.

Jaume Matas recorre ya el tramo final de la pena de nueve meses de prisión que le impuso la Justicia por tráfico de influencias, pero va camino de salir a la calle sin experimentar la verdadera realidad de la cárcel. Desde que ingresó en el centro penitenciario de Segovia el pasado 28 de julio, el expresidente del Ejecutivo de las Islas Baleares ha conseguido permanecer en el módulo de enfermería de la prisión, una zona reservada en exclusiva a los presos con algún tipo de dolencia. Allí regresó también el pasado 10 de diciembre después de que la Justicia anulara su acceso al tercer grado, y, si nada lo impide, terminará de cumplir en esa sección las semanas que le quedan en prisión.

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