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Rajoy prepara el final de legislatura: peleas con el PSOE y gran ofensiva de propaganda
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hERNANDO AL CONGRESO Y AYLLÓN A la comunicación

Rajoy prepara el final de legislatura: peleas con el PSOE y gran ofensiva de propaganda

Mariano Rajoy sigue moviendo piezas en su ofensiva de comunicación con el objetivo de reconciliarse con el electorado y de dar pelea en el tramo final de legislatura

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (Reuters)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (Reuters)

Mariano Rajoy sigue moviendo piezas en su ofensiva de comunicación con el objetivo de reconciliarse con el electorado. Después de encargar a Alfonso Alonso que se ocupe de la llamada "agenda social" del Gobierno desde el Ministerio de Sanidad, coloca de portavoz del Grupo Popular del Congreso a un pata negra de Génova, exportavoz del partido de los tiempos de José María Aznar y Javier Arenas: Rafael Hernando. Es un veterano de la cantera y curtido en la Cámara, contundente en la defensa de las posiciones de su partido, que tiene como encargo enfrentarse a la oposición en un final de legislatura a cara de perro.

"Vuelve el PP", que decían los diputados más veteranos del Grupo Popular ante el ascenso de Hernando y después de que otro hombre de partido, Alonso, entrara en el Gobierno. A un trienio de nombramientos de corte tecnocrático y con Rajoy volcado en la política económica, sigue el ciclo de ascensos de gente de la casa que empezó con el relevo de Leopoldo González-Echenique en RTVE y seguirá en los próximos días, según fuentes de la dirección del partido.

Llegan las elecciones, en mayo municipales y autonómicas y dentro de once meses las generales, y Rajoy empieza a reaccionar ante el pánico de sus bases y dirigentes a perder los comicios y el poder. El recurso es poner en marcha la maquinaria del partido, además de reordenar los mecanismos de comunicación y a sus responsables.

El presidente del Gobierno está obsesionado con la idea de que su equipo no vende los logros de la recuperación económica y las reformas, mientras que sus adversarios están en campaña para conseguir lo contrario: transmitir fatalismo a toda la sociedad. Así se lo explicó a sus diputados en la reunión del Grupo Popular antes de hacer la propuesta de que Hernando fuera el nuevo portavoz y ratificara expresamente a José Antonio Bermúdez de Castro como secretario general. Como méritos del primero citó su experiencia en los equipos de dirección del partido y del grupo.

Hernando, el defensor más duro de la posiciones del PP

El historial de Hernando acredita los 'servicios' al partido desde Nuevas Generaciones al final de la década de los noventa hasta esta misma legislatura, al protagonizar los enfrentamientos más duros con los partidos de la oposición y acudir a los foros y medios de comunicación más hostiles al Gobierno. "A donde nadie quería ir, allí estaba Hernando, aunque le fueran a partir la cara", reconocen en fuentes del PP. No es hombre de Sáenz de Santamaría ni de María Dolores de Cospedal, sino de la vieja guardia como el propio Rajoy.

Sin margen para el acuerdo con el PSOE en nada, el presidente del Gobierno ha preferido a uno de sus dirigentes más curtidos y con un discurso más directo para fijar las posiciones del PP en el Congreso.

La continuidad de Bermúdez de Castro como número dos del Grupo es muestra de la apuesta por la continuidad absoluta en clave de partido. Se trata de otro veterano del aparato de Génova con larga carrera previa en la formación y en el grupo parlamentario que no quería asumir más protagonismo público.

En el Gobierno, Rajoy también ha decidido reforzar el área de comunicación de la que es responsable la secretaria de Estado Carmen Martínez Castro. Dependiente de la vicepresidenta, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, asumirá una función de viceportavoz del Ejecutivo en encuentros semanales con los periodistas.

Ayllón, como Rodríguez en tiempos de Aznar

El jefe del Ejecutivo comunicó directamente a Ayllón su nueva función hace dos semanas, según explicaron en fuentes gubernamentales, para que apoyara tanto a Martínez Castro como a la Vicepresidencia del Gobierno. La idea es que recupere el mismo papel que ya ejercía con la prensa cuando el PP estaba en la oposición y él era la mano derecha de la entonces portavoz parlamentaria, Sáenz de Santamaría.

Cada viernes, Ayllón se reunía en el Congreso con un grupo de periodistas habituales de la información parlamentaria para avanzarles y detallarles las principales iniciativas que el grupo parlamentario iba a desarrollar en la semana entrante. Ahora, recuperará ese hábito para vender las actividades del Gobierno. Es la misma función que desempeñó Miguel Gil con Felipe González y Miguel Ángel Rodríguez con José María Aznar.

Rajoy está convencido de que solamente con la rueda de prensa de los viernes, tras el Consejo de Ministros, no es suficiente y que hay que proporcionar más información a los periodistas. Por ello, reforzará la labor de portavoz del Gobierno especialmente de lunes a jueves y una de sus funciones podría ser la de comparecer ante los periodistas tras las reuniones de los presidentes autonómicos con el presidente del Gobierno para informar de su contenido. Lo habitual es que Moncloa informe de esos encuentros a través de una nota de prensa. También, se prevé que pueda celebrar reuniones informativas periódicas con los medios de comunicación para desarrollar una mayor explicación sobre los proyectos del Gobierno que llegan cada viernes a la mesa del Consejo. En esta labor, Ayllón ya se estrenó la semana pasada en un briefing con periodistas en el que explicó el funcionamiento del nuevo Portal de Transparencia antes de que este comenzase a funcionar.

Estos nuevos nombramientos llegan después de que Rajoy arengase a los suyos, en el último Comité Ejecutivo, a que tomen la calle y los medios y pasen a la ofensiva política. “Hay que trabajar para ocupar todos los espacios”, señaló Rajoy ante la plana mayor del PP. Previamente, algunos dirigentes del partido habían expresado en privado la necesidad de recuperar el pulso político y reforzar la imagen de la formación a pocos meses de los comicios de mayo, para los que las encuestas no son nada halagüeñas.

Mariano Rajoy sigue moviendo piezas en su ofensiva de comunicación con el objetivo de reconciliarse con el electorado. Después de encargar a Alfonso Alonso que se ocupe de la llamada "agenda social" del Gobierno desde el Ministerio de Sanidad, coloca de portavoz del Grupo Popular del Congreso a un pata negra de Génova, exportavoz del partido de los tiempos de José María Aznar y Javier Arenas: Rafael Hernando. Es un veterano de la cantera y curtido en la Cámara, contundente en la defensa de las posiciones de su partido, que tiene como encargo enfrentarse a la oposición en un final de legislatura a cara de perro.

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