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Rajoy cambia Afganistán por Alcobendas pero evita hablar de candidatos para Madrid
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CENA DE NAVIDAD DEL PP MADRILEÑO

Rajoy cambia Afganistán por Alcobendas pero evita hablar de candidatos para Madrid

Mariano Rajoy no habló de candidatos. Los casi mil simpatizantes y afiliados del Partido Popular que acudieron anoche a la tradicional cena de Navidad del partido

Foto: Ignacio González, Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre (EFE)
Ignacio González, Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre (EFE)

Mariano Rajoy no habló de candidatos. Los casi mil simpatizantes y afiliados del Partido Popular que acudieron anoche a la tradicional cena de Navidad del partido, que se celebró en Alcobendas, se quedaron sin escuchar por boca del presidente del Gobierno quién los representará en las elecciones municipales y autonómicas que se celebran en menos de seis meses. Rajoy tiró de un discurso mitinero, pidió que la sombra de la corrupción no se extienda a todos los políticos honrados y se comprometió a velar por la unidad de España. No nombró a nadie e Ignacio González, el único que ha dicho públicamente que quiere ser el candidato a la Comunidad, se llevó un abrazo del presidente, pero no su bendición. Al menos, de momento.

Sentados en la mesa presidencial había algunos de los firmes candidatos para los dos puestos más cotizados dentro del partido: el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad: Ignacio González, Esperanza Aguirre, Ana Botella y Cristina Cifuentes, que llegó la última a la cena y se quedó sin aparecer en la foto de familia que se hicieron todos al entrar en el polideportivo municipal que acogió el acto. Hubo quien bromeó y aprovechó su ausencia en la imagen para ‘sacarla’ de las quinielas.

Aguirre, Botella, González y Rajoy, en un tono muy navideño, dejaron constancia, cada uno a su estilo, de que la carrera electoral ha comenzado. Es la tercera vez que el presidente del Gobierno acude al acto del PP de Madrid como jefe del Ejecutivo, y esperó a que hablasen todos primero para hacerlo luego él. Tuvo palabras de agradecimiento para los suyos (“habéis hecho de Madrid una realidad más abierta, integrada e integradora”), aunque no hubo ni una sola mención a quiénes serán las dos personas que encabezarán las listas del PP en Madrid en mayo de 2015. “El año que comienza va a ser electoralmente muy activo. Y vamos a ser clave y llegaremos con mensaje clave: somos el partido con el que España pasó de la crisis a la recuperación”, se limitó a decir.

Vídeo: Rajoy preside la cena de Navidad del PP de Madrid

Rajoy pidió al partido "confianza" porque "nos va a ir bien". Para avalar esta teoría, muy distinta al futuro que auguran las encuestas, tiró de los buenos datos económicos que han despertado en 2014. “Vamos a seguir luchando para que cada mañana las noticias sean mejores. Estamos recuperando la economía”. Además, el presidente asumió que el partido ha cometido errores, “pero somos más de 800.000 militantes. Las cosas que hayan podido hacer algunos no son trasladables a la inmensa mayoría de los militantes de este partido. Hemos pedido disculpas y hemos tomado medidas”. La clave está, según el presidente, en defender "nuestros principios y valores".

Además, aprovechó su discurso para matizar el excesivo optimismo económico que vendió la semana pasada, cuando declaró que estas Navidades serían las de la recuperación. "Soy consciente de que muchos no pueden sumarse al optimismo y para ellos estas Navidades van a ser muy tristes. Nadie en el Gobierno va a descansar hasta que ellos consigan un empleo".

Aguirre alaba la gestión de Botella

La primera en tomar la palabra tras el alcalde de Alcobendas, Ignacio García de Vinuesa, que agradeció la asistencia a las mil personas congregadas en un pabellón municipal (a 25 euros el cubierto), fue Esperanza Aguirre. La expresidenta de la Comunidad de Madrid pidió perdón por haber confiado en personas atrapadas por la corrupción aunque no mencionó a nadie, ni mucho menos a quien fue durante años su mano derecha, Francisco Granados, que permanece en la cárcel por ser uno de los cabecillas de la Operación Púnica, que ha puesto contra las cuerdas el partido que dirige la expresidenta.

La presidenta del PP de Madrid felicitó y sacó pecho ante la multitud de cargos públicos que son “honrados”, y cuyo trabajo ha quedado manchado por la corrupción que corroe al partido que dirige la propia Esperanza, que ha visto cómo el juez ha mandado a prisión al que fue su mano derecha, Francisco Granados. “Este año ha sido duro para el PP de Madrid. Desgraciadamente, nos hemos levantado con terribles noticias de casos de corrupción que afectaban a nuestro partido. Esos casos no pueden hacernos olvidar el trabajo serio de la inmensa mayoría de los cargos públicos del PP en este año difícil”.

VÍdeo: "Lo que han podido hacer algunos no es trasladable a la mayoría"

Antes de atacar al PSOE, quiso personificar su felicitación en tres personas: Ana Botella, “que merece el reconocimiento unánime y el aplauso de todos”; Ignacio González, “que ha conseguido que Madrid sea la economía que está sacando a España de la crisis” y Mariano Rajoy, a quien se dirigía como “don Mariano”, la única persona que tiene potestad para decidir si finalmente será Aguirre quien sustituya a Botella en el Palacio de Cibeles.

Ignacio González y los Picapiedra

Botella, que en septiembre anunció que no quería repetir como candidata, aprovechó su último discurso navideño como máxima dirigente de Madrid para hacer un repaso a su gestión, donde “hemos mantenido el presupuesto con más necesidad, hemos eliminado burocracia y creemos en objetivos comunes para nuestro país”. Además, apeló a la unidad del PP como un activo “imprescindible, y ponerla en entredicho es atacar su historia y conlleva muchos riesgos. No podemos llamar a la unidad de España y dar la imagen o la sensación de que estamos divididos. Los españoles no lo entenderían”.

En la misma línea se dirigió a sus compañeros Ignacio González, que tiró de los buenos datos económicos para convencer a Rajoy de que él es el mejor candidato para la Comunidad. “Crecemos desde hace más de un año, creamos empleo de manera sostenida, bajamos los impuestos y tenemos las mejores perspectivas de crecimiento para 2015, tenemos la mejor educación y tenemos la mejor sanidad de toda España”. Sin mencionar a su exconsejero de Sanidad, Javier Rodríguez –al que tuvo que sacrificar por las acusaciones que hizo sobre la auxiliar de enfermería que sobrevivió al ébola–, Teresa Romero, González presumió de su gestión ante la crisis de la enfermedad que convirtió a España en el país donde se contagió por primera vez una persona sin haber pisado África.

Además, alertó del peligro que constituyen los pactos entre los partidos de izquierda con el único fin de derribar al PP. “Todos quieren ir en contra de nosotros, y están dispuestos a unirse. Pedro no descarta unirse con Pablo, aunque sea para llevarnos a la Edad de Piedra, al pozo de Zapatero o al comunismo rancio del chavismo. Y con la nueva lideresa de IU a modo de Vilma, llamando a la puerta”, señaló, haciendo alusión a la famosa serie de dibujos infantil Los Picapiedra.

Mariano Rajoy no habló de candidatos. Los casi mil simpatizantes y afiliados del Partido Popular que acudieron anoche a la tradicional cena de Navidad del partido, que se celebró en Alcobendas, se quedaron sin escuchar por boca del presidente del Gobierno quién los representará en las elecciones municipales y autonómicas que se celebran en menos de seis meses. Rajoy tiró de un discurso mitinero, pidió que la sombra de la corrupción no se extienda a todos los políticos honrados y se comprometió a velar por la unidad de España. No nombró a nadie e Ignacio González, el único que ha dicho públicamente que quiere ser el candidato a la Comunidad, se llevó un abrazo del presidente, pero no su bendición. Al menos, de momento.

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