Es noticia
Nicolás se escondió durante cinco semanas en casa de un tío en pleno centro de Madrid
  1. España
ahora disfruta de la fama regalando 'selfies'

Nicolás se escondió durante cinco semanas en casa de un tío en pleno centro de Madrid

No se fue a Málaga ni a la Sierra de Madrid. Cuando fue puesto en libertad, el 'pequeño Nicolás' se refugió en una vivienda hasta ahora desconocida

Tras pasar casi 72 horas en un calabozo, el ‘pequeño Nicolás’ desapareció del mapa durante cinco semanas, el tiempo que necesitó para dejarse convencer de que lo mejor que podía hacer para defenderse era atacar a sus antiguos amigos desde los medios de comunicación. En el momento de su detención, vivía con su abuela en la madrileña calle Maudes, al lado de la histórica plaza de Cuatro Caminos. La puerta del edificio se llenó de cámaras cuando el juez dejó al chaval en libertad sin cargos el 17 de octubre, pero ningún flash consiguió captar la imagen más buscada del momento. ¿Desde dónde siguió el presunto impostor sus propias andanzas que se fueron conociendo desde que El Confidencial anunciara en primicia su detención?

Mucho se ha especulado sobre el escondite donde Francisco Nicolás se refugió cuando se aireó su trayectoria. Sin embargo, el chaval de clase media-baja con ínfulas de millonario no permaneció ni un día en casa de sus padres, en el barrio de Prosperidad. Hubo quien aseguró que fueron sus progenitores quienes lo mandaron a una casa familiar en Málaga, mientras otras voces lo situaban en la Sierra de Madrid. Sin embargo, el acusado de estafa, falsedad documental y usurpación de funciones públicas permanecía oculto a muy pocos metros de la casa donde vivió los últimos años con su abuela, en la madrileña calle de Santa Engracia.

La familia de Francisco Nicolás optó por camuflarle en un piso de su tío José Manuel Iglesias Catalán, según han confirmado a este diario fuentes cercanas a la investigación. Según consta en el registro de la propiedad, esta vivienda tiene una superficie de 200 metros cuadrados y en realidad pertenece al Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (INVIFAS), el organismo del Ministerio de Defensa que se encarga de gestionar las viviendas de militares en activo, ya jubilados o de familiares directos. Casualmente, esta dirección coincide con la que el estudiante facilitó a CUNEF, el centro universitario de élite donde está matriculado desde hace tres años.

Este diario intentó contactar con el dueño de este piso cuando Francisco Nicolás todavía permanecía retenido allí. Sin embargo, la persona que respondió a la llamada de este periódico se limitó a decir que “allí no vivía nadie”, antes incluso de que se mencionara el nombre del adolescente que más quebraderos de cabeza está dando al Ejecutivo de Mariano Rajoy por sus supuestas andanzas con miembros del actual Gobierno.

Tres entradas distintas a la vivienda

Solo un grupo muy reducido de personas subió hasta aquella vivienda para verse con el presunto estafador durante el tiempo que permaneció escondido. Entre ellos sus abogados y sus padres, que todavía no se han repuesto de descubrir a qué se dedicaba en realidad su hijo. Las escasas visitas que recibió el ‘pequeño Nicolás’ no accedieron al inmueble por la puerta principal, sino por un acceso ocutlo en la calle de atrás, en la madrileña calle de Alenza, o por otra tercera vía trasera que desembocaba en el mismo edificio. Era la manera más segura de evitar que algún vecino avispado diera la voz de alarma de que entre aquellas paredes se refugiaba el chaval más buscado de toda España.

Desde el escondite que le facilitó el hermano de su madre, que no ha sido descubierto hasta hoy, Francisco Nicolás seguía con atención todas las noticias que se fueron conociendo de aquel chico que se hacía pasar por asesor de Vicepresidencia, colaborador del CNI y hasta mediador de Casa Real. El pacto de silencio lo rompió cinco semanas después de su detención y sin el permiso de sus abogados, que le aconsejaron seguir callado para no perjudicar su delicada situación procesal.

El joven recibió suculentas ofertas para contar su vida en directo. Al final se decantó por contar sus batallas en el diario El Mundo y Telecinco, donde apareció simultáneamente el sábado 22 de noviembre. Ese día, el chico oficializó un cambio radical de estrategia. En lugar de salir a la calle con una imagen desaliñada para no ser reconocido, el ‘pequeño Nicolás’ decidió emborracharse de fama. Según fuentes cercanas al chico, desde su paso por la televisión se hace selfies con todo aquel que se lo pide, firma autógrafos por la calle y disfruta dejándose ver en público. Pero el álbum fotográfico de su nueva vida difiere mucho del que acumuló cuando se reunía en el chalet de El Viso con empresarios y políticos. Sus amigos de antes no quieren saber nada del joven, por muy conocido que sea ahora.

Tras pasar casi 72 horas en un calabozo, el ‘pequeño Nicolás’ desapareció del mapa durante cinco semanas, el tiempo que necesitó para dejarse convencer de que lo mejor que podía hacer para defenderse era atacar a sus antiguos amigos desde los medios de comunicación. En el momento de su detención, vivía con su abuela en la madrileña calle Maudes, al lado de la histórica plaza de Cuatro Caminos. La puerta del edificio se llenó de cámaras cuando el juez dejó al chaval en libertad sin cargos el 17 de octubre, pero ningún flash consiguió captar la imagen más buscada del momento. ¿Desde dónde siguió el presunto impostor sus propias andanzas que se fueron conociendo desde que El Confidencial anunciara en primicia su detención?

El redactor recomienda