"¡Feliz 2014, Fran!": Legaz contestaba aún whatsapps a Nicolás... "por educación"

A Jaime García-Legaz y el pequeño Nicolás los unía algo más que su afinidad al Partido Popular. Sin embargo, desde el pasado 14 de octubre, día en el que la Policía Nacional detuvo a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, de 20 años, el secretario de Estado de Comercio ha negado cualquier vinculación con el chico. En declaraciones a este diario, García-Legaz aseguró que no ha mantenido ningún contacto con el joven desde el verano de 2013. Pero esa afirmación queda desmentida por un documento al que ha tenido acceso El Confidencial.

Un whatsapp demuestra que el secretario de Estado de Comercio aprovechó la última Nochevieja para acordarse del joven, ahora acusado de falsedad documental, estafa y usurpación de funciones públicas: “¡Feliz 2014, Fran! Un abrazo, Jaime”, firma el alto cargo del Ministerio de Economía.

Una versión que hace agua

Un portavoz de García-Legaz asegura que esas palabras sólo son su contestación "por educación" a otro whastapp que el pequeño Nicolás le había enviado con anterioridad felicitándole igualmente el Año Nuevo. El dirigente del PP insiste en que, en el momento de su detención, ya no tenía ningún vínculo con el chico. "Desde hace más de año y medio, no ha vuelto a ver a Francisco Nicolás", remacha su portavoz.

Lo cierto es que el político popular ha ido cambiando su versión conforme evolucionaban los acontecimientos y le asediaban las pruebas. Este diario le preguntó por la supuesta amistad que mantenía con el pequeño Nicolás cuando el chico aún estaba en los calabozos de la comisaría de la calle de Rafael Calvo. En aquel momento, García-Legaz prefirió ocultar y negar esa relación. Sólo confesó que había coincidido alguna vez con él en FAES y que le recordaba por su enorme capacidad de convocatoria entre los chicos de su edad. Pese a las fuentes cercanas al propio político y a Francisco Nicolás que aseguraban que entre ambos existía una relación de complicidad, el secretario de Estado rechazó tajantemente esas informaciones.

García-Legaz también quiso dejar bien claro desde el principio que nunca salió de copas con el adolescente, aunque más tarde puso algún matiz. Admitió que una noche fue a saludar al chico a una discoteca. El pequeño Nicolás estaba acompañado por un grupo de afiliados a Nuevas Generaciones. El secretario de Estado de Comercio asegura que sólo estuvo un rato y que ni siquiera llegó a tomarse una consumición. Además, negó tajantemente a este diario haber mantenido cualquier tipo de comunicación telefónica con el acusado. “Nunca nos hemos cruzado ni un solo whatsapp”, afirmó entonces.

Una estrecha relación de amistad

Pero esa teoría se desmorona. Este diario ya ha acreditado en los últimos días que la cobertura de García-Legaz permitió al chico entablar contacto con empresarios e inversores de toda España, a los que propuso diferentes tipos de negocios. Además, fue el dirigente del PP quién le ayudó a introducirse en la élite del poder político y económico de la capital. Sin esa tarjeta de visita, el pequeño Nicolás nunca habría llegado tan lejos.

El whatsapp publicado hoy por El Confidencial, junto a los tres que ya fueron desvelados este jueves, prueban que sí existieron comunicaciones telefónicas entre ambos y que su relación iba más allá de un simple vínculo profesional. El último atestigua que la relación se mantuvo al menos hasta las Navidades pasadas. Y de los otros se desprende la cercanía que el alto cargo de Economía y el pequeño Nicolás llegaron a tener, pese a su diferencia de edad (20 años frente a 46) y su enorme distancia en la pirámide social (un estudiante de Derecho frente a un dirigente del Gobierno).

En uno de esos mensajes, el joven bromea con García-Legaz y le dice que soñó con él. El dirigente del PP responde en el mismo tono que el chico: “¡Eso es que me van a hacer ministro!”. Y le pregunta al joven cuándo volverá a Madrid. En otra de esas comunicaciones, es Francisco Nicolás quien le comenta a García-Legaz que tiene “un montón de cosas” que contarle. El político tira de sarcasmo para preguntarle si hay “modelos” que quieren conocerle. "Lo imaginaba", se responde el propio secretario de Estado. Y en un tercer mensaje, en plena medianoche, el político le indica al pequeño Nicolás dónde se encuentra en ese justo momento respondiendo a una cuestión previa del chico. “En casa, en Boadilla, pero me vuelvo a ir”. Para apenas conocerse, hablaban con frecuencia.