Rajoy exhibe la dimisión de Mato ante la falta de autoridad de Sánchez en Andalucía
Rajoy quería evitar el choque con nombres propios en el debate, pero el rechazo de Sánchez al acuerdo sobre la corrupción, le ha hecho entrar en el “y tú más”
Mariano Rajoy quería evitar el choque con nombres propios en el debate sobre sus medidas contra la corrupción, pero el rechazo de Pedro Sánchez al acuerdo y la acusación dirigida al PP de ser “estructuralmente” corrupto le ha hecho entrar en el “y tú más”. “Ni puede ni quiere, o Susana Díaz no le deja, tomar medidas” y “su lucha contra la corrupción acaba en Despeñaperros”, ha soltado el presidente del Gobierno al jefe del principal partido de la oposición para cerrar un debate parlamentario que parecía hasta ese momento de guante blanco.
A los diputados socialistas les había sabido a poco el primer discurso de su secretario general y, por si se había quedado corto marcando distancias con el Gobierno, Sánchez ha elevado el tono comprometiéndose a no alcanzar un pacto global con el PP sobre la corrupción. El nuevo líder del PSOE considera al partido en el Gobierno su máximo exponente y a Rajoy incapacitado para encabezar la regeneración del sistema.
El jefe del Ejecutivo ha recurrido a la baza que le daba la dimisión de Ana Mato para cargar contra Sánchez. Primero, ha leído el auto del juez en el que queda claro que la exministra no está imputada por delito alguno y, luego, ha insistido en la conveniencia de buscar un acuerdo entre los partidos sobre las medidas legislativas presentadas. Como Sánchez le ha negado el pan y la sal, Rajoy ha replicado con la falta de autoridad de su oponente: “El límite claro está en Despeñaperros”.
Vídeo: Rajoy defiende a Mato
El presidente del Gobierno ha recordado el caso de los ERE, el de los cursos de formación, a los 50 cargos socialistas imputados, y el de diputados (Manuel Chaves) y senadores (José Antonio Griñán) que son investigados por el Tribunal Supremo por casos de corrupción. “En el PP se asumen responsabilidades (por Mato), pero no en su partido”, ha reiterado Rajoy además de preguntar si es que Sánchez no puede, no quiere o la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no le deja tomar medidas con los expresidentes de esa autonomía y del propio PSOE.
Aluvión de medidas contra la corrupción
El presidente del Gobierno ha presentado en el Congreso un aluvión de medidas para prevenir y combatir mejor la corrupción política, las que llevan paradas en la Cámara desde marzo y otras nuevas, como la propuesta de cancelar la actividad de los partidos que no cumplan dos nuevas obligaciones: presentar cuentas anuales ante el Tribunal de Cuentas y renovar cada cuatro años sus órganos de dirección con consulta a la militancia. Además, los cargos públicos necesitarán que la Agencia Tributaria les certifique que están en paz con Hacienda (Vea las medidas del PP).
Mariano Rajoy ha desgranado ante el pleno de la Cámara Baja las líneas generales de dos proyectos de ley aprobados por su Gobierno el pasado mes de febrero y que estaban paralizadas por la falta de acuerdo entre los grandes partidos para su tramitación. La gran novedad, muy aplaudida por los diputados del PP, es que el jefe del Ejecutivo se ha comprometido a que sean aprobados, pactados o no con el PSOE, antes de que acabe la legislatura. Tiene mayoría absoluta y puede hacerlo, por lo que las medidas serán ley en el primer trimestre del próximo año
El Congreso aprobará la ley orgánica de control de la actividad económica-financiera de los partidos políticos y la nueva ley reguladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado en los términos ya conocidos, como ha recalcado Rajoy al explicar su contenido como grandes recetas contra la corrupción.
A la prohibición de las donaciones de empresas a los partidos (vicio del PP) o el veto a que los bancos a perdonen deudas a las formaciones (práctica del PSOE), se añaden enmiendas para endurecer el régimen de financiación: límite de donación de particulares en 50.000 euros y obligación para los partidos de hacer públicas en su web todas las ayudas de ciudadanos que superen los 25.000 euros.
En el ámbito de la organización interna de los partidos, destaca la propuesta de que queden obligados a renovar sus órganos de dirección cada cuatro años, “coincidiendo con el ciclo electoral natural”. Además, en ese proceso tienen que participar todos los militantes “mediante congresos, asambleas, u otras formas de participación siempre que sean democráticas”.
Otras novedades son la suspensión automática de militancia en el caso de que se abra juicio oral “por delitos relacionados con la corrupción que comporten pena de inhabilitación” y la obligatoriedad para todos los partidos de incluir en sus estatutos el procedimiento de expulsión para los afiliados condenados “por la comisión de cualquier delito doloso”.
Incumplir esas normas o no someter a fiscalización del Tribunal de Cuentas sus cuentas anuales supondrá para las formaciones (hay 4.200) ser dadas de baja en el registro de partidos, con lo que quedaría paralizada su actividad y no podrían concurrir a las elecciones.
Otras novedades legislativas serán la exigencia de certificado de antecedentes penales y de Hacienda para acceder a un cargo público, la supresión de las tarjetas de crédito para que esos altos cargos abonen sus gastos de representación, el control semestral del régimen de incompatibilidades, o la publicidad de las declaraciones de bienes. Todo político que vaya a ocupar un puesto de responsabilidad en cualquier ámbito de la Administración central tendrá que declarar con detalle al inicio y al final del desempeño de ese cargo “sus actividades, bienes y derechos”.
Mariano Rajoy quería evitar el choque con nombres propios en el debate sobre sus medidas contra la corrupción, pero el rechazo de Pedro Sánchez al acuerdo y la acusación dirigida al PP de ser “estructuralmente” corrupto le ha hecho entrar en el “y tú más”. “Ni puede ni quiere, o Susana Díaz no le deja, tomar medidas” y “su lucha contra la corrupción acaba en Despeñaperros”, ha soltado el presidente del Gobierno al jefe del principal partido de la oposición para cerrar un debate parlamentario que parecía hasta ese momento de guante blanco.