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Madrid Arena, dos años después: cinco muertes, sin culpables y pendientes de juicio
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LA FISCALÍA PIDE 4 AÑOS PARA EL PROMOTOR

Madrid Arena, dos años después: cinco muertes, sin culpables y pendientes de juicio

En la madrugada de Halloween de 2012, cinco adolescentes murieron aplastadas en un edificio municipal. La tragedia sigue sin tener culpables

Foto: Vigilia en el segundo aniversario de la tragedia del Madrid Arena. (Efe)
Vigilia en el segundo aniversario de la tragedia del Madrid Arena. (Efe)

La maldición de la noche de Halloween todavía sobrevuela el Madrid Arena dos años después de una de las peores noches que se recuerdan en la capital.La madrugada del 1 de noviembre de 2012,cinco jóvenes -una, menor de edad- murieron aplastadas por una avalancha humana en el único vomitorio de salida que se había adaptado para la fiesta Thriller Music Park en ese recinto, propiedad del Ayuntamiento de Madrid. Qué pasó realmente en los minutos previos a que se desencadenara la tragedia para que la fiesta acabara en desdicha todavía está pendiente de que se resuelva en un juicio.

La Fiscalía pide cuatro años de prisión para el empresario Miguel Ángel Flores, el promotor de la fiesta, el principal acusado en la causa; tres años de cárcel para los once procesados responsables de la organización y la seguridad del evento, y dos años y medio para los doctores Simón y Carlos Viñals, encargados de la enfermería del Madrid Arena y cuya mala praxis quedó más que en evidencia. Los abogados de las víctimas están en desacuerdo con el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, por considerar que las penas solicitadas no responden a la gravedad de los hechos.

Las acusaciones populares, que ejercen el PSOE y Manos Limpias, elevan a 10 y 20 años, respectivamente, su petición de pena de prisión para el promotor de la fiesta. Mientras tanto, Miguel Ángel Flores tendrá la oportunidad de declarar de nuevo ante el instructor del caso, tras admitir la Audiencia Provincial de Madrid la solicitud del empresario. Su intención es declarar sobre el contenido de la pieza de su situación patrimonial y sobre el informe de la Brigada Provincial de Policía Científica relativo al contenido informático de los ordenadores respecto a las entradas emitidas y vendidas.

Las primeras investigaciones sobre la fiesta de Halloweenorganizada por la empresaDiviertt S.L. indican que la avalancha humana la pudo producir un exceso de aforo. Pero todos los implicados señalan a otros como culpables: el organizador(Miguel Ángel Flores, propietario de la empresa Diviertt), el dueño del local (el Ayuntamiento de Madrid) y las empresas de seguridad contratadas (Seguriber–que dependía del consistorio– y Kontrol 34 –contratada por Diviertt–). A medida que se deshace la maraña de lo que ocurrió aquella noche en la Casa de Campo, se evidencia que todos los implicados encadenaron fallos que desembocaron en la tragedia.

Tras dos años de investigación judicial, el juez López-Palop concluye que lo sucedido en el Madrid Arena fue “un proceso de integración y concurrencia de codicias, negligencias, dejación de funciones y actuaciones irracionales y temerarias”, que dieron como resultado el fallecimiento de cinco jóvenes, que pudo y debió haberse evitado.

La seguridad desplegadaen las inmediaciones del recinto dejó mucho que desear. Seguriber, la empresa que dirige la presidenta del Círculo de Empresarios,Mónica de Oriol,era la encargada del control externo del recinto: que no entraran botellas de alcohol en el edificio ni permitieran la entrada a menores de edad. La compañía, en cambio, acusó ante el juez a la Policía Municipal como la culpable de no haber controlado los macrobotellones que se celebraron en las inmediaciones de las instalaciones.

Dos años después de la tragedia, tampoco se sabe todavía cuántos jóvenes pagaron por disfrutar de la actuación del DJ invitado aquella noche, Steve Aoki.Flores mantiene que él no vendió ni una entrada másde las quereconoció al exvicealcalde Miguel Ángel Villanuevavía SMS el día de autos: 9.650. Culpa a la muchedumbre que hacía botellón en el exterior (dijo unas 4.000 personas).Nadie sabe si esa avalancha humana entró con entrada o se coló.Sin contar reventas y entradas falsas, se sabe que entraron más de 17.000 personas,pero es prácticamente imposible averiguar el dato exacto. Durante toda la noche, ni Kontrol 34 ni Madridec, la empresa municipal dueña del recinto,ni la Policía Municipal fiscalizaron el exceso de aforo.Cada uno le echa la culpa al otro. Lo único que parece claro es que esa “muchedumbre” coincidió con los jóvenes que ya estaban en el interior del recinto, y a esa hora bajaron de los niveles superiores a la pista central, provocando el caos en el pasillo donde sucedió la desgracia mientras unos salían y otros intentaban entrar.

Fallos de seguridad

Pero el desastre no se produjo sólo por el exceso de aforo. En el edificio municipal también fallaba la normativa de seguridad. De hecho, los técnicos de Urbanismo del consistorio encontraron hasta 18 deficiencias en el recinto dos años antes y todavía no se habían resuelto cuando se consumó la tragedia. Entre las irregularidades que presentaron en la documentación técnica destaca que el número de los pasillos para salir del recinto a la calle era insuficienteyque el pabellón era inaccesible para bomberosen el caso de que hubiera habido fuego dentro del recinto.

El suceso puso en el punto de mirala gestión y la responsabilidad municipalen la muerte de estas jóvenes. Ana Botella presentó su reconstrucción de los hechos el día 15, dos semanas después del suceso, en una comparecencia en la quese negó a responder preguntas. El ayuntamiento culpa a la organización, que precintó al menos dos salidas y no respetó el aforo por planta, y ha evitado a toda costa asumir ninguna responsabilidad. El equipo municipal puso en marcha entonces una comisión de investigación en la que, gracias a su mayoría, prohibió la comparecenciade la propia alcaldesa; de Concepción Dancausa,la segunda teniente de alcalde que diseñó el informe municipal;la de los funcionarios y la detodos políticos que no se ceñíanal ámbito municipal.Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno, defendió la labor de la Policía Nacional que puso en duda Botella. Vigilar aquella noche el edificio del Madrid Arena no era su labor, según la versión que aún mantiene la Delegación.

Vídeo:Decenas de linternas de aire en memoria de las víctimas

El equipo de Gobierno de Ana Botella se hizo añicos tras el suceso. La alcaldesa empezó fulminando a la cúpula de Madridec el mismo día en que se aireó que el ayuntamiento tenía firmado un contrato de exclusividad con el promotor Flores. El caos que durante todo el mes de noviembre se instaló en el Palacio de Cibeles fue el culpable de laerrónea sentencia que dictóBotella, ya que la dirección de Madridec entregó nueve días antes dela destitución deJosé Ángel RiveroyJorge Rodrigoeste contrato, junto con otros 117 archivos más, en el que los directivos de la empresa públicadetallaban punto por punto la relación entre Flores y el Ayuntamiento de Madrid. Botella nunca rectificó y se limitó a justificar su decisión afirmando que los responsables debían haber marcado ese contrato como “algo importante”. Más tarde fueron destituidos los responsables de Operaciones (María Cabeza Quirós), Nuevas Tecnologías (Victor Iriberri), la responsable del Departamento Jurídico (Paula Cisneros) y la de Infraestructuras (Elena Rodríguez).

Tres cambios de gobierno tras el huracán

ElhuracánArena se llevó por delante a tres de los hombres más cercanos a la alcaldesa de Madrid, sentenciada desde el mismo fin de semana de autos, cuando continuó con los planes previstos para el puente de Todos los Santos y se fue a un spa a Portugal con toda su familia. Tres concejales se descolgaron del organigrama municipal en las semanas posteriores. El primero en caer fuePedro Calvo, responsable del área económica y presidente de Madridec en el momento de la tragedia, todavía en nómina del ayuntamiento como concejal raso. Dimitió apenas dos semanas después de los trágicos sucesos, el día que fue imputado.

Elsiguiente en salir del organigramamunicipal fue el exvicealcalde de Madrid, en el punto de mira desde la mañana del 1 de noviembre. Miguel Ángel Villanueva fue el portavoz municipal en hacer las primeras declaraciones públicas defendiendo la actuación de Diviertt. También negó cualquier amistad con su regente antes de que aparecieran informaciones y fotografías que evidenciaban todo lo contrario. Tres meses después, en abril, ya estaba en nómina de una empresa privada, Cofely, en el ojo del huracán por la Operación Púnica y que lo fichó por sus “contactos” con la Administración.

El hermano del ministro de Economía,Antonio de Guindos, responsable de Seguridad y de la Policía, se comprometió en la comisión de investigación a dimitir el día en que fuera imputado.Lo hizo el 4 de febrero. Ana Botella dijo de él que era la persona “más importante” de todo su gabinete, y se negó a destituirlo hasta que él mismo cumplió su palabra. Sobrevivieron a la quema la concejala de Seguridad, actual edil de Carabanchel, Fátima Núñez, y el jefe de Policía Municipal,Emilio Monteagudo.

El servicio médico, manifiestamente mejorable

Ninguna ley establece cuál es el equipamiento médico mínimo necesario para una fiesta de estas dimensiones. El equipo que contrató Diviertt estaba compuesto porSimónViñals, unmédico de 72 años, y su hijo, un funcionario del Departamento de Salud del Ayuntamiento de Madrid que todavía continúa en su puesto. No había contrato. El acuerdo fue “verbal”, según manifestó el propio Viñals en la comisión de investigación. Hubo adolescentes que fueron atendidos que han asegurado ante el juez que la enfermería estaba cerrada cuando llegaron. El médico lo niega. El habitáculo, que sólo disponía de una camilla, no tenía desfibrilador.Las ambulancias eran de la empresa de otro hijo de Simón Viñals.

A pesar de que la oposición reclamó su dimisión inmediata, Ana Botella ha reiterado en diversas ocasiones que nunca se lo ha planteado. Pesos pesados del partido consultados por este medio creen que la mala gestión de aquella crisis, sobre todo por la escapada aun spa portugués el mismo fin de semana de autos,pasó factura a la alcaldesa de Madrid, que ya ha anunciado que renuncia a ser la candidata popular a la alcaldía en las próximas elecciones.

La maldición de la noche de Halloween todavía sobrevuela el Madrid Arena dos años después de una de las peores noches que se recuerdan en la capital.La madrugada del 1 de noviembre de 2012,cinco jóvenes -una, menor de edad- murieron aplastadas por una avalancha humana en el único vomitorio de salida que se había adaptado para la fiesta Thriller Music Park en ese recinto, propiedad del Ayuntamiento de Madrid. Qué pasó realmente en los minutos previos a que se desencadenara la tragedia para que la fiesta acabara en desdicha todavía está pendiente de que se resuelva en un juicio.

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