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Rajoy deja en evidencia a Aguirre y cuestiona el pacto de no agresión
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apoya a la lideresa "si la pregunta se hace hoy"

Rajoy deja en evidencia a Aguirre y cuestiona el pacto de no agresión

El último cruce de mensajes públicos entre Rajoy y Aguirre, a la espera del alcance en Madrid de la Operación Púnica, anuncia tormenta en el PP regional

Foto: El presidente del PP, Mariano Rajoy (2i) y Esperanza Aguirre (2d) charlan en presencia de la secretaria genetal del PP, María Dolores de Cospedal. (EFE)
El presidente del PP, Mariano Rajoy (2i) y Esperanza Aguirre (2d) charlan en presencia de la secretaria genetal del PP, María Dolores de Cospedal. (EFE)

El último cruce de mensajes públicos entre Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre, a la espera del alcance en Madrid de la Operación Púnica, anuncia tormenta en el PP regional. La lideresa elude expresar su respaldo al presidente del Gobierno y el aludido hace lo contrario: para dejarla en evidencia destaca que se ha equivocado con Francisco Granados como él mismo (con Bárcenas) y proclama su apoyo a la expresidenta de la Comunidad… si se le pregunta “hoy”.

En el PP comentan que Rajoy empieza a referirse a Aguirre en los mismos términos que utiliza cuando va a dejar caer a alguien. De entrada, expresa apoyo con matices, luego pasa a eludir su nombre y al final agradece los servicios prestados cuando el interesado se va o dimite, o no dice nada. Los últimos fueron Alberto Ruiz-Gallardón por cuestiones políticas y Rodrigo Rato por las bancarias. El anterior más conocido fue Jaime Mayor Oreja.

En la dirección del PP, los expertos en marianismo interpretan que su jefe ha tomado nota del último escándalo en Madrid y puesto en cuarentena el antiguo pacto de no agresión y autonomía plena del que goza Aguirre en la organización regional desde 2003.

“De momento toca esperar y ver hasta dónde llega la infiltración de la red de Granados en la Comunidad, qué nuevos nombres pueden salir a la luz y si le toca a Ignacio González”, apuntan en medios de Génova ante la decisión del juez Velasco de investigar las consejerías por donde pasó el antiguo número dos de Aguirre.

La presidenta del PP de Madrid fue la primera en pedir perdón por haber colocado a Granados, pero al mismo tiempo dijo que desconocía a los alcaldes detenidos en la Operación Púnica, aunque ella misma los había promocionado. Y lo hizo hasta el punto de llevar a Rajoy a Collado Villalba a la cena de Navidad con el regidor, Agustín Juárez. El desmarque público de Aguirre ha molestado mucho en la sede de Génova, donde crece la oposición a sus aspiraciones a encabezar la candidatura a la alcaldía de Madrid.

Esperanza Aguirre ha abierto otra ofensiva de imagen a raíz del escándalo en la que se presenta como ejemplo a la hora de combatir la corrupción por su reacción en el caso Gürtel (también centrado en Madrid), al mismo tiempo que descarta renunciar a su actual cargo en el PP. Ayer, entrevistada en Onda Cero, insistió en las mismas ideas, pero al ser preguntada por si Rajoy debía repetir el próximo año como cabeza de lista del PP a la presidencia del Gobierno, se saltó la respuesta. “Vamos a ver qué se plantea, no avancemos las cosas”, dijo.

Las palabras de Aguirre provocaron entre los dirigentes del PP un segundo motivo de agravio a las 48 horas del primero, de los alcaldes desconocidos. Rajoy, en su conferencia de prensa con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, iba con la réplica preparada. Al ser preguntado por las responsabilidades y el futuro de la lideresa después del caso Púnica contestó: “Es un activo muy importante de nuestro partido y, desde luego, si me hace hoy esa pregunta, digo que cuenta con mi apoyo”.

Vídeo: Aguirre, en apuros

Ese “hoy” es el mensaje que los marianistas entienden como aviso de su malestar con Aguirre. Con el mañana no se compromete. Luego está la frase sobre las responsabilidades en el ascenso de Francisco Granados. “Se equivocó como yo (por Bárcenas) y todos los que estamos aquí”, y “yo tengo que ser justo y equilibrado”, comentó en aparente defensa de la expresidenta de la Comunidad.

Aguirre, que ha fiado su futuro político “a la divina providencia”, como sentenció en septiembre, sigue pendiente del juez que tiene que decidir si hubo delito o falta en el episodio de su huida de la Policía Municipal y ahora también de un “dedo divino” (Rajoy) que empieza torcerse.

El último cruce de mensajes públicos entre Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre, a la espera del alcance en Madrid de la Operación Púnica, anuncia tormenta en el PP regional. La lideresa elude expresar su respaldo al presidente del Gobierno y el aludido hace lo contrario: para dejarla en evidencia destaca que se ha equivocado con Francisco Granados como él mismo (con Bárcenas) y proclama su apoyo a la expresidenta de la Comunidad… si se le pregunta “hoy”.

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