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Pablo Iglesias elige un modelo de votación para la asamblea que impedirá la integración
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DOS GRANDES CORRIENTES EN COMPETICIÓN

Pablo Iglesias elige un modelo de votación para la asamblea que impedirá la integración

El que gane se lo lleva todo. El modelo de votación elegido por el equipo técnico de Podemos elimina el elemento de proporcionalidad, vital para la pluralidad

El que gane se lo lleva todo. El modelo de votación elegido por el equipo técnico encargado de preparar la asamblea fundacional de Podemos elimina el elemento de proporcionalidad, como habían pedido las corrientes alternativas a la de Pablo Iglesias para que el resultado fuese más integrador. Después de que la promotora desoyera la llamada a la confluencia realizada por los representantes de las principales tendencias de opinión dentro de la formación, la última esperanza de estos últimos era la implantación del voto único transferible (VUT). Es decir, ofrecer a los afiliados la posibilidad de elegir, por orden de preferencia, distintas propuestas.

La promotora aún no ha aclarado a sus afiliados el método de votación elegido, pero según han asegurado fuentes del equipo técnico a este diario, los más de 130.000 militantes llamados a las urnas durante la próxima semana tendrán que decantarse por una única opción. El escenario que se dibuja ahora pasa por una disputa entre dos modelos: el defendido por el equipo de Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero, Carolina Bescansa y Luis Alegre, denominado Claro que Podemos, y el que ha surgido de la puesta en común de las principales corrientes internas, entre las que se incluyen Izquierda Anticapitalista y sector quincemayista.

La opción de las bases más activas y críticas se ha aglutinado en torno al documento Sumando Podemos. Una propuesta que surge de la puesta en común de los borradores encabezados por Pablo Echenique (Es la hora de la gente, que también apoya la eurodiputada de Izquierda Anticapitalista Teresa Rodríguez), Víctor García (Profundización democrática) y Daniel Ripa (Podemos participar más, que cuenta con la adhesión de la europarlamentaria Tania González). La europarlamentaria Lola Sánchez también manifestó a última hora de la mañana su apoyo a esta corriente. Con su adhesión, todos los cargos electos de la formación estarían representados en esta tendencia, a excepción de Iglesias.

Finalmente, la competición será a dos bandas, por lo que será inevitable que la asamblea se salde con vencedores y vencidos, un extremo que las bases trataron de evitar buscando el diálogo con la cúpula hasta el último momento. Sin embargo, lo máximo que ha conseguido la “comisión negociadora” a escasas horas de cerrarse el proceso para presentar las propuestas para la asamblea (a las 00:00 horas de este martes) es que “Claro que Podemos ha expresado telefónicamente su disposición a cierta negociación”. Como sintetizaba el cabeza visible de Profundización democrática: “No es el escenario que queríamos pero es el que tenemos”.

El primer gran desafío de Podemos

El argumento más repetido por el equipo promotor es que los militantes “deben estar a la altura del momento histórico”, priorizando la estrategia electoral sobre la organizativa. Es decir, no perder la oportunidad de “desalojar a la casta del poder” por disiparse en discusiones internas sobre la distribución del poder y los canales de participación. Por tanto, no parece que el esquema organizativo que salga de la asamblea vaya a integrar las distintas tendencias. Máxime cuando Pablo Iglesias ya ha manifestado que en caso de no ganar daría un paso atrás en la organización.

Lo que durante el arranca de la maratoniana asamblea fundacional de Podemos, que no finalizará hasta el próximo 15 de noviembre, se definía como pluralidad de ideas, heterogeneidad ideológica y deliberación entre distintas formas de ver el proyecto, ahora se ha tornado en enfrentamiento. Una situación que se ha ido haciendo patente a medida que avanzaba el proceso, llegando a su punto álgido la pasada semana, cuando el equipo de Iglesias decidió introducir una enmienda en su borrador para que los militantes afiliados a otros partidos no pudiesen ocupar cargos orgánicos en Podemos. Un cambio a última hora que los militantes de Izquierda Anticapitalista (IA), organización que contribuyó activamente a la fundación de Podemos, interpretaron como un ataque directo.

La propia Teresa Rodríguez advirtió que “si esta medida saliera adelante, yo tendría que representar en el Parlamento Europeo posiciones políticas en las que no podría participar”. Asimismo, recordó que “yo firmé el manifiesto fundacional de Podemos, participé en la rueda de prensa que presentó por primera vez la iniciativa y fui elegida número dos de la candidatura europea en unas primarias abiertas y ciudadanas porque me votaron algo más de 8.000 personas y me avalaron más de 20 círculos. Entonces nadie cuestionó mi lealtad al proyecto de Podemos por mis otras pertenencias políticas, sociopolíticas y sindicales”.

A grandes rasgos, las principales diferencias que han provocado que el debate se encone tienen que ver con la disyuntiva de generar una estructura al uso de los actuales partidos, monolíderes, y otra más dinámica y asamblearia. Jerarquía contra horizontalidad o, si se prefiere, viejas formas contra nuevas. Los preborradores propuestos desde la promotora se inclinan más por organizar el partido de forma cupular, siendo pilotado por un núcleo de entre 10 y 15 personas (consejo de coordinación) y un único portavoz, que en última instancia sería el máximo líder de la formación. Una cuestión en consonancia con los distintos niveles de “radicalidad democrática” defendida por unos y otros.

La propuesta de máximos es la defendida por la corriente más quincemayista y de base, que como apuntan los propios nombres de sus borradores buscan una mayor “profundización democrática” y “participación” con respecto al modelo defendido por la promotora. Para ello, han diseñado diferentes métodos de democracia directa y asamblearia, como el Voto Único Transferible (VUT), la rotación de cargos asumidos por sorteo de miembros que se presentasen previamente como voluntarios, mecanismos para integrar a la sociedad civil en la toma de decisiones o referéndums populares. En un punto intermedio entre esta corriente de base y la liderada por Iglesias se encuentra la de IA, integrada ahora en la corriente unitaria Sumando Podemos.

El que gane se lo lleva todo. El modelo de votación elegido por el equipo técnico encargado de preparar la asamblea fundacional de Podemos elimina el elemento de proporcionalidad, como habían pedido las corrientes alternativas a la de Pablo Iglesias para que el resultado fuese más integrador. Después de que la promotora desoyera la llamada a la confluencia realizada por los representantes de las principales tendencias de opinión dentro de la formación, la última esperanza de estos últimos era la implantación del voto único transferible (VUT). Es decir, ofrecer a los afiliados la posibilidad de elegir, por orden de preferencia, distintas propuestas.

Juan Carlos Monedero Parlamento Europeo Movimiento 15M
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