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Gallardón desencadena la crisis que Rajoy se negó a hacer cuando se lo pedía el partido
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con el rey en eeuu, él en china y mas al acecho

Gallardón desencadena la crisis que Rajoy se negó a hacer cuando se lo pedía el partido

Gallardón ha desencadenado la crisis de Gobierno que Rajoy se negó a afrontar cuando lo pedía su propio partido... y ahora llega en el peor momento posible

Alberto Ruiz-Gallardón ha provocado la crisis de Gobierno que Mariano Rajoy no ha querido hacer para afrontar la segunda parte de la legislatura, que era lo que esperaban en su partido ante el año electoral que se avecina. En vez de prescindir de los ministros más quemados, es uno de ellos el que le dimite horas antes de partir para un viaje de cuatro días a China, y con el Rey fuera de España. El ministro de Justicia recibió el primer aviso de Rajoy para que cambiara su anteproyecto sobre el aborto en el comité ejecutivo del PP del 8 de enero de este año. Gallardón cumple esta vez su amenaza de irse en el arranque del curso más complicado para el Ejecutivo y para el PP.

“Minimizar la crisis de la dimisión, considerarlo asunto menor y personal de Ruiz-Gallardón y tener en cuenta que en estos momentos nos jugamos la unidad de España”. Esa es la primera consigna trasmitida a los parlamentarios del PP por sus superiores al confirmarse la noticia de que el ministro de Justicia (departamento de Estado) dejaba el cargo por discrepancia abierta con el presidente del Gobierno.

Ruiz-Gallardón lo hacía en otra semana clave para la respuesta del Estado al desafío independentista en Cataluña y sin que pueda ser relevado por las ausencias previstas e inevitables del jefe del Ejecutivo y de Su Majestad el Rey, uno camino de China y el otro en Nueva York, en la ONU y pendiente de entrevistarse con Barack Obama. Una salida del Gobierno en el peor momento, sobre todo si se tiene en cuenta la obsesión de Rajoy por el respeto a los procedimientos y los plazos.

Ahora se confirma que hace meses que el presidente del Gobierno y el ministro no se entendían y que en el PP estaban disgustados con la gestión del titular de Justicia, tanto por estar enfrentado a todo cuerpo y asociación del ámbito de la judicatura y los tribunales, conocido por su “falta de autoridad” en esos ámbitos. Era el segundo ministro peor valorado en las encuestas del CIS (por la anunciada reforma del aborto), pero también por el resto de sus proyectos que sí había llevado al Congreso, como el de las tasas judiciales.

Vídeo: Villalobos, satisfecha con la paralización de la reforma del aborto

Un texto demasiado moderno y sin apoyos en el partido

Según dicen en el PP, a Ruiz-Gallardón se le fue la mano en el anteproyecto sobre la interrupción voluntaria del embarazo con un texto tan innovador y moderno que facilitó la previsible campaña de reacción en contra de la izquierda y de algunas dirigentes del PP (como Celia Villalobos), más partidarias de dejar las cosas como están. Rajoy le había encargado el texto para volver al sistema de supuestos en vez de plazos, pero a sus barones no les gustó el resultado ni quisieron lidiar con el debate frente a la izquierda a que se veían abocados en sus respectivos ámbitos.

Alberto Núñez Feijóo, Pedro Sanz, Alberto Fabra, Juan Antonio Monago, Juan Vicente Herrera y Villalobos (entre otros) tomaron la palabra en el comité ejecutivo que el PP celebró el 8 de enero de este año (poco después de que el Consejo de Ministros viera el texto de Gallardón) para discutir sobre los principios y oportunidad de la reforma. Rajoy tuvo que intervenir, tomar nota e invitar a su ministro a que cambiara el texto. Incluso a que recibiera a los dirigentes regionales para que “buscara un consenso” que seis meses después se demostró imposible de alcanzar. Tampoco con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, la encargada de guardar en el congelador de La Moncloa el anteproyecto.

Unos pedían que la malformación del feto sin más sirviera para admitir el aborto, otros volver a la ley anterior (la de Felipe González) y la mayoría postulaba lo que ahora va a hacer Rajoy: limitarse a suprimir la posibilidad de que las menores interrumpan sus embarazos sin el consentimiento de los padres. El Gobierno fue aplazando el trámite final del texto y fue Ruiz-Gallardón quien puso el tope del final del verano, el 23 de septiembre.

El aviso del verano: todo el PP sabía que el proyecto estaba condenado

Antes de irse de vacaciones, el jefe del Ejecutivo le avisó de que tenía que buscar una salida al anteproyecto y renunciar a los principios del texto y cambiarlo por meros retoques de la ley vigente. Por entonces, tanto en el Ejecutivo como en la dirección del PP reconocían que Rajoy renunciaba a dar la batalla por el texto de Gallardón. El ministro era el único que no se daba por enterado. “Ahora no se puede permitir mantener un debate interno sobre algo que nos divide y al tiempo abrir otro frente ante la oposición cuando tiene por delante la tarea de garantizar la unidad de España, consolidar la recuperación económica y no perder las elecciones municipales, las autonómicas y en otoño las generales”, insisten en los medios de su partido más marianistas.

Sin embargo, en otras fuentes de la dirección reconocen que nada de esto (la crisis de Ruiz-Gallardón) estaría pasando si Rajoy hubiera hecho lo que destacados dirigentes regionales y nacionales de su partido pedían y esperaban: una remodelación del gabinete este otoño, visto el fiasco de las elecciones europeas, para ir a todo el proceso electoral que queda por delante en 2015 con un nuevo impulso político, sin los ministros más quemados (sobre todo el de Justicia y el de Cultura) y con caras nuevas de dirigentes de peso en el partido. Es lógico y previsible que el ministro de Justicia dimita si le congelan su principal proyecto, apuntan en los citados medios sin entender cómo le ha podido sorprender a Rajoy esa decisión.

El nombre del sustituto de Ruiz-Gallardón, el tecnócrata Rafael Catalá, confirmó que Rajoy no está por la labor de dar más protagonismo en el gabinete a dirigentes del PP y que prefiere cambiar un ministro díscolo por un alto funcionario disciplinado: Catalá ya estuvo a sus órdenes en 1996, en el Ministerio de Administraciones Públicas.

Alberto Ruiz-Gallardón ha provocado la crisis de Gobierno que Mariano Rajoy no ha querido hacer para afrontar la segunda parte de la legislatura, que era lo que esperaban en su partido ante el año electoral que se avecina. En vez de prescindir de los ministros más quemados, es uno de ellos el que le dimite horas antes de partir para un viaje de cuatro días a China, y con el Rey fuera de España. El ministro de Justicia recibió el primer aviso de Rajoy para que cambiara su anteproyecto sobre el aborto en el comité ejecutivo del PP del 8 de enero de este año. Gallardón cumple esta vez su amenaza de irse en el arranque del curso más complicado para el Ejecutivo y para el PP.

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