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Gallardón acaricia la idea de dimitir desde julio: la puntilla llegó en Sigüenza
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OLLERO, del tC, YA TIENE REDACTADA SU PONENCIA

Gallardón acaricia la idea de dimitir desde julio: la puntilla llegó en Sigüenza

El ministro se siente "ninguneado" desde julio por Mariano Rajoy. Desde entonces ha dejado oír sus quejas entre su entorno. La puntilla fue Sigüenza

Foto: Alberto Ruiz-Gallardón, en el Ministerio de Justicia. (Pablo López Learte)
Alberto Ruiz-Gallardón, en el Ministerio de Justicia. (Pablo López Learte)

La cita quería ser un foro de respaldo internacional a la reforma del aborto promovida por Alberto Ruiz-Gallardón hace ahora nueve meses. Pero a última hora, y cuando su participación estaba ya confirmada en el programa oficial distribuido por Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida, el ministro tuvo que disculparse y excusar su ausencia. No parecía apropiado que fuera a explicar los detalles del proyecto de ley a tan distinguida audiencia sin que el texto hubiera pasado definitivamente por la mesa del Consejo de Ministros rumbo al Congreso. Ocurrió en la primera semana de julio y, desde entonces, Gallardón ha dejado oír en su entorno más cercano que se siente ninguneado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y que, si su ley no sale adelante, se marcha.

Entonces, la respuesta oficial fue que el anteproyecto se aprobaría antes de que acabase el verano. Gallardón dio incluso un plazo cuya línea roja terminaba el pasado viernes. Pero, una vez más, y en plena respuesta al pulso soberanista de Artur Mas, su reforma ha vuelto a quedarse en un cajón. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, por su parte, se ha limitado a señalar que Gallardón “tiene el mandato de trabajar por el consenso en todos los ámbitos, lo hace desde hace tiempo y desde que se abordó esta cuestión y todos seguiremos trabajando en ello”.

No fue el único movimiento extraño que el ministro detectó entonces, en julio, en torno a uno de sus proyectos estrella. La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que también estaba confirmada en el programa oficial de aquel encuentro como anfitriona de los parlamentarios en una recepción en el Ayuntamiento, también se cayó a última hora de los actos. Otro gesto que no pasó desapercibido a los organizadores de aquella iniciativa, promovida, entre otros, por diputados y senadores del PP comprometidos con la defensa de la vida desde el mismo momento de la concepción. Era una gota más de agua en el vaso de la paciencia de un ministro y de un sector del partido que se ha ido dando cuenta de que hay órdenes de arriba para que ese tema no se toque, para que permanezca “congelado”. Esas mismas voces recuerdan, como ya publicó este diario, que entonces fue complicado, incluso, conseguir a través del PP que el Congreso cediese una sala para acoger el encuentro. La organización y los parlamentarios del PP involucrados tuvieron que recurrir al diputado de UPN, Carlos Salvador, para obtener el plácet de Celia Villalobos.

placeholder Mariano Rajoy. (Efe).

No ha sido un verano fácil para el titular de Justicia. La idea de marcharse -un órdago que ya ha anunciado varias veces a lo largo de su carrera política y que nunca ha efectuado- va cogiendo forma en la cabeza del ministro que, a finales de agosto, lo repite a algunos de sus periodistas de confianza. Una señal que, por primera vez, hace encender las alarmas de que la cosa puede ir, esta vez, en serio. Así al menos lo reconocen personas que han convivido a su lado durante muchos años de su trayectoria política y que consideran “increíble” que ahora pueda poner punto final a la misma de esta manera, dejando oír que se quiere ir y dejando en una posición complicada a su jefe de filas, Mariano Rajoy.

La puntilla, en el parador de Sigüenza

La puntilla, sin embargo, llega en el Parador de Sigüenza, el lugar en el que, oficialmente, la cúpula del PP decide encerrar sine díe en un cajón el anteproyecto de ley de protección del concebido y los derechos de la mujer embarazada.

El fin de semana del 6 y el 7 de septiembre, Rajoy se encierra con su equipo en este Parador para preparar el curso político que está por comenzar. Asisten María Dolores de Cospedal; los tres vicesecretarios (Carlos Floriano, Javier Arenas y Esteban González Pons), los portavoces en el Congreso y en el Senado, Alfonso Alonso y José Manuel Barrero, y el asesor áulico de Rajoy, el experto en encuestas, Pedro Arriola.

En el encuentro, Arriola lleva a cabo una intervención muy razonada sobre los efectos adversos para las encuestas que conllevaría seguir adelante con la reforma del aborto y aporta tantos datos que convence a todos sus interlocutores, a los que tranquiliza también señalando que la reacción de los sectores más conservadores del partido no tendrá apenas repercusión. Son los mismos argumentos que el sociólogo, por otro lado, viene manteniendo desde febrero. Según su análisis, la bajada del PP en las encuestas y en los resultados de las elecciones europeas (obtuvieron el 26% de los votos) se debe, precisamente, a la ley del aborto.

Desde entonces, el futuro de la ley Gallardón está sentenciando por más que, oficialmente, se diga que “no hay novedades” al respecto. El anteproyecto, que fue aprobado en el último Consejo de Ministros de diciembre, presidido por la vicepresidenta, ha recibido una treintena de informes preceptivos, entre ellos el del Consejo General del Poder Judicial, y está ya listo, con las correcciones realizadas, según el Ministerio, para su aprobación definitiva. Fuentes del PP reconocen que después de diciembre ya poco margen podrá quedar para la tramitación al entrar en la precampaña de las municipales y de las generales.

Ollero ya tiene redactada su ponencia al recurso

Sea como fuere, fuentes del PP reconocen ahora cierta “preocupación” por la reacción que ha suscitado la más que probable congelación del proyecto entre los sectores más conservadores y cristianos del partido. En los últimos días, la Conferencia Episcopal ya se ha pronunciado a favor del deber de proteger la vida desde el mismo momento de la concepción y, por su parte, el Foro de la Familia ha llamado a no votar al PP si no cumple con este punto de su programa electoral. La Plataforma Derecho a Vivir y la organización Hazteoir.org han convocado, por su parte, concentraciones en toda España para reclamar al Gobierno que derogue la Ley de plazos de Bibiana Aído.

En este escenario, una de las posibilidades sería la de reactivar el recurso de inconstitucionalidad presentado en 2010 contra esa ley por 50 diputados del Partido Popular encabezados por el propio Rajoy, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

El recurso lleva cuatro años congelado también en el Constitucional, que no quiere interferir en el debate político mientras haya otra norma que pueda reemplazar a la anterior, que continua vigente en todos sus términos. Fuentes del PP confirman a El Confidencial que el magistrado conservador Andrés Ollero, ‘antiabortista’, ya tiene redactada su ponencia sobre este recurso y dicha ponencia ya se conoce en Moncloa. El Alto Tribunal, sin embargo, quiere consenso absoluto a la hora de resolver este asunto por lo que, también allí, permanece paralizado. Fuentes oficiales de la institución aseguran a este diario, sin embargo, que las ponencias no se empiezan a preparar hasta que no se incluyen en el orden del día del Tribunal.

Centrado estos días en Cataluña y en la respuesta a la convocatoria del referéndum del 9 de noviembre, Gallardón ha asegurado que será la próxima semana cuando resuelva su futuro. Por el momento, sigue acariciando la dimisión aunque juega con ambigüedad. “Es muy difícil saber dónde estaremos hoy, mañana o dentro de un año”, afirmó el pasado miércoles en el Congreso. El tiempo, sin embargo, se le acaba.

La cita quería ser un foro de respaldo internacional a la reforma del aborto promovida por Alberto Ruiz-Gallardón hace ahora nueve meses. Pero a última hora, y cuando su participación estaba ya confirmada en el programa oficial distribuido por Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida, el ministro tuvo que disculparse y excusar su ausencia. No parecía apropiado que fuera a explicar los detalles del proyecto de ley a tan distinguida audiencia sin que el texto hubiera pasado definitivamente por la mesa del Consejo de Ministros rumbo al Congreso. Ocurrió en la primera semana de julio y, desde entonces, Gallardón ha dejado oír en su entorno más cercano que se siente ninguneado por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y que, si su ley no sale adelante, se marcha.

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