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Ni PP ni PSOE se creen a Gallardón y su nuevo amago de dimisión: "Está encantado"
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LLEVA SEMANAS DICIENDO QUE PODRÍA IRSE

Ni PP ni PSOE se creen a Gallardón y su nuevo amago de dimisión: "Está encantado"

Tantas veces ha jugado Gallardón la baza de su posible y nunca materializado adiós que ya nadie o casi nadie le cree. Ni dentro ni fuera del PP

Foto: Gallardón, ayer, en la sesión de control al Gobierno del Congreso (EFE)
Gallardón, ayer, en la sesión de control al Gobierno del Congreso (EFE)

Tantas veces ha jugado Alberto Ruiz-Gallardón la baza de su posible y nunca materializado adiós de la política que ya nadie o casi nadie le cree de verdad. Ni dentro ni fuera de su partido. Fuentes relevantes del grupo parlamentario ‘popular’ no le dan mayor crédito al último órdago del ministerio de Justicia. Y en el PSOE, más de lo mismo. “Él está encantado con todo esto”, asegura una diputada que le conoce desde hace años.

Sea como fuere, Gallardón se mostró ayer pretendidamente ambiguo para, sin despejar las dudas que se ciernen sobre su futuro, seguir alimentando los rumores que le sitúan como el impulsor de un órdago al propio presidente del Gobierno para forzar que el proyecto de ley sobre el aborto llegue al Congreso y no duerma el sueño de los justos. “Es muy difícil saber dónde estaremos hoy, mañana o dentro de un año”, le respondió ayer a su oponente socialista, la diputada Carmen Montón, durante la sesión de control al Gobierno. “No sé dónde nos vamos a encontrar pero allí donde nos encontremos tenga por seguro que a mí me encontrará defendiendo los derechos de las mujeres y del concebido”. Algo que, añadió, no hacía por cálculos electorales, sino movido por “profundas convicciones”.

Precisamente, este último argumento tampoco convence a los compañeros que le han conocido de cerca durante años y que recuerdan cómo, en 2004, con él como alcalde, el Ayuntamiento de Madrid se convirtió en el primero de España en dispensar de forma gratuita la píldora del día después a adolescentes que lo solicitaran y no se lo pudieran permitir. Presionado por sectores de su partido y asociaciones provida, en mayo de 2005 decidió cambiar el criterio y obligó a los médicos a pedir un permiso de los padres a las menores de 16 años que la solicitasen, trámite que hasta entonces no se requería pues se consideraba que, de hacerlo, muchas adolescentes no se atreverían a pedir la píldora.

Según fuentes consultadas por este diario, Gallardón llevaría varias semanas –al menos desde finales de agosto– hablando abiertamente de la posibilidad de abandonar el Gobierno si su proyecto sobre el aborto no sale adelante. Una posibilidad para la que, según fuentes parlamentarias, se agota el tiempo de la legislatura, pues debería llegar a la Cámara antes de diciembre porque, tras el parón parlamentario de enero, los partidos entrarán en plena precampaña de las elecciones municipales y no se quiere llegar a este momento con este tema en la primera línea del debate político.

Vídeo: Gallardón sobre su futuro: "Es difícil saber dónde estaremos mañana"

Ayer, ni Rajoy ni la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, se quedaron a escuchar las interpelaciones a Gallardón, protagonista de la jornada en los medios y que, tras su cara a cara con Montón, recibió una ovación de su bancada. Aplausos a los que él respondió con un “gracias, hay días en los que uno necesita ese apoyo”.

Fuentes socialistas advierten, por su parte, que la estrategia del Gobierno podría pasar por congelar el proyecto de Gallardón y reactivar el recurso de inconstitucionalidad presentado en 2010 por el PP contra la Ley Aído, cuyo ponente es el conservador Andrés Ollero.

Las fuentes más críticas reprochan que Gallardón juegue, una vez más, con la posibilidad de irse, como ya ha hecho en varias ocasiones a lo largo de su carrera política sin comprender que dicha pataleta podía ser comprensible cuando era alcalde o presidente autonómico y no tenía a nadie por encima, pero es insostenible siendo ministro. “Gallardón no dimitirá, pero dentro de unos meses Rajoy debería echarlo por plantear este pulso”, advierte otra fuente socialista.

"Parece un niño pequeño"

Hay que recordar que las salidas de tono de Gallardón amagando con irse de la política han sido constantes a lo largo de su carrera política. “Yo tengo un máster de gallardonismo. Ahora pondrá los ojos vidriosos, amargara con irse y dentro de unos días dirá que el partido le ha pedido que lo reconsidere o cualquier otra excusa”, señalan otras fuentes del PP. Para otros sectores del partido “es inconcebible que un hombre tan inteligente, que lo ha sido todo, que ha hecho una excelente carrera política como portavoz en el Senado, como oposición a Leguina, como presidente autonómico y como alcalde, pueda acabar su carrera política de esta manera”, explican. “Parece un niño pequeño”.

Las hemerotecas guardan abundantes ejemplos del recurso de Gallardón al pataleo. El primero de ellos, de 1988, cuando una fallida moción de censura contra Joaquín Leguina con apoyo del CDS no llegó a materializarse y el hoy ministró sintió que se había maniobrado a sus espaldas. Sin embargo, el órdago más serio lo protagonizó en enero de 2008 en la famosa escena del ascensor de Génova, 13, cuando Rajoy le negó a él y a Esperanza Aguirre la posibilidad de formar parte de la lista electoral del PP al Congreso de los Diputados. “No me podéis hacer esto, Mariano, tú has tomado tu decisión y no la mía. Tras el 9 de marzo dejaré la política”, llegó a asegurar. En público dijo que abriría un “periodo de reflexión”, aunque siguió al frente del Ayuntamiento y vio recompensados sus anhelos tras las elecciones del 2011. Eso sí, en los meses anteriores a esos comicios, Gallardón ya advertía, a quien le quisiera escuchar, que no se conformaría “con cualquier ministerio”.

El anterior amago de irse se remonta a octubre de 2004, cuando su entonces delfín, Manuel Cobo, trató de plantear batalla a Esperanza Aguirre para optar a la presidencia del PP de Madrid. Gallardón, en clara minoría, propició, finalmente, la retirada de Cobo aunque advirtiendo que podría no continuar al frente del Ayuntamiento tras las elecciones de 2007. “Yo tengo un compromiso con los madrileños hasta mayo de 2007. Después, no lo sé”.

En julio de 2013, Gallardón anunció que el Ministerio de Justicia sería su última responsabilidad pública. “Ya no seré en la vida pública cosa distinta que ministro de Justicia. Este es mi último puesto de responsabilidad”, dijo entonces. El tiempo dirá si esta vez va en serio o si se trata de otro farol.

Tantas veces ha jugado Alberto Ruiz-Gallardón la baza de su posible y nunca materializado adiós de la política que ya nadie o casi nadie le cree de verdad. Ni dentro ni fuera de su partido. Fuentes relevantes del grupo parlamentario ‘popular’ no le dan mayor crédito al último órdago del ministerio de Justicia. Y en el PSOE, más de lo mismo. “Él está encantado con todo esto”, asegura una diputada que le conoce desde hace años.

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