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Botella, la alcaldesa que conquistó y abandonó Cibeles sin pasar por las urnas
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HEREDÓ EL PUESTO DE GALLARDÓN EN DICIEMBRE DE 2011

Botella, la alcaldesa que conquistó y abandonó Cibeles sin pasar por las urnas

Es la primera mujer que se convirtió en alcaldesa de Madrid, pero la afinidad que mantiene con sus votantes nunca se midió en unas elecciones.

Foto: Ana Botella anuncia que no se presentará a las elecciones municipales. (EFE)
Ana Botella anuncia que no se presentará a las elecciones municipales. (EFE)

Es la primera mujer que dirige el ayuntamiento más grande de España. Pero su llegada y su marcha de la primera línea de la política no la han decidido los votantes. Ana Botella (Madrid, 1954) accedió al primer puesto del organigrama municipal cuando Mariano Rajoy encargó a Alberto Ruiz-Gallardón la cartera de Justicia en diciembre de 2011. Es decir, sin pasar por las urnas. Ahora, sucede lo mismo. La alcaldesa se marcha sin pasar el examen de los votantes: a nueve meses de las elecciones municipales de 2015, ha decidido renunciar a ser la cabeza de cartel del PP en las próximas elecciones municipales que se celebrarán en mayo.

Botella se estrenó en la política municipal en 2003, cuando Gallardón le encargó la concejalía de Servicios Sociales hasta 2007, cuando se ocupó de Medio Ambiente. Nada más hacerse con los mandos del ayuntamiento con la llegada del PP otra vez al poder, la mujer de José María Aznar se encontró con que era la responsable directa del consistorio más endeudado de España: 7.000 millones de euros de deuda que la dejaban sin margen de maniobra para ejecutar grandes inversiones en toda la legislatura.

Las semanas más trágicas que ha vivido Botella como alcaldesa han sido las que sucedieron a la noche de Halloween de 2012. De hecho, quedó sentenciada desde que el mismo fin de semana del trágico suceso, cuando dos jóvenes todavía agonizaban en un hospital, optara por irse a un spa de lujo a Portugal sin depurar aún responsabilidades políticas. Ella se salvó de aquel incendio, del que no escaparon tres pesos pesados de su equipo municipal: su sucesor en la cartera de Medio Ambiente, Antonio de Guindos; el responsable de Seguridad, Pedro Calvo, y el vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva. Fueron tantas las marchas del Ejecutivo local en un año, desde que Gallardón revalidó su mayoría absoluta en las urnas en las elecciones municipales de 2011, que José Enrique Núñez, un concejal que fue colocado por el ahora ministro en la lista municipal como el número 31, es hoy uno de los dos hombres con más poder en el Ayuntamiento, junto con Diego Sanjuanbenito.

El tsunami del Arena amainó y Botella centró todos sus esfuerzos en convertir a Madrid en sede olímpica. Ese quería que fuese su legado: la primera alcaldesa de la capital que consigue unos juegos olímpicos para Madrid, los segundos para España, el sueño frustrado de su antecesor. Botella se volcó en la candidatura olímpica hasta que su ilusión la frustró el Comité Olímpico Internacional hace esta semana justo un año, cuando anunciaron, desde Buenos Aires, que los Juegos Olímpicos de 2020 los organizaría Tokio. Para la posteridad siempre quedará el “relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor” que utilizó para promocionar la capital.

Un verano nada plácido

La agenda de la alcaldesa de este último año tampoco ha estado exenta de tropiezos. En noviembre de 2013, Madrid se convertía en noticia internacional tras convertirse en la capital de la basura. El Ayuntamiento consiguió apaciguar la huelga del sector de la limpieza, que luchaba por unas condiciones laborales distintas a las que ofrecía el consistorio, tras 13 días de movilizaciones ininterrumpidas.

Tras el fracaso de la capital para ser sede olímpica y la gestión del Madrid Arena, en su partido habían dado por supuesto que no se presentaría a la reelección. Sin embargo, en los últimos meses las personas de su equipo lanzaban el mensaje de que Botella estaba decidida a pelear para ser la candidata del Partido Popular al Ayuntamiento de Madrid, aferrándose a la buena gestión económica que ha conseguido tras el panorama tan desolador que le dejó Gallardón. El votante del PP castigó duramente al partido en las elecciones europeas, pero desde el equipo municipal resaltaban un dato: el Ayuntamiento había amortiguado mejor el golpe que la Comunidad que preside Ignacio González.

El período estival tampoco ha sido mucho más relajado en el equipo municipal. Madrid estrenaba su primer servicio de bicicleta público, que se vendió a bombo y platillo, pero el préstamo estuvo sin funcionar casi dos semanas y el sistema informático fue hackeado. El caos de Bicimad se mezcló con el goteo constante de ramas caídas, en el Retiro y en más parques y calles de Madrid. El 21 de junio moría un hombre que jugaba con sus hijos en este parque. El 8 de septiembre fallecía el segundo. Sin el apoyo de los votantes del Partido Popular y prácticamente sin respaldo desde la dirección general del partido, Botella esperó a volver de vacaciones para anunciar su decisión de que no quería repetir como candidata, una postura que llevaba rumiando desde hace meses pero que no confirmó hasta ayer. La carrera por la Alcaldía está abierta.

Es la primera mujer que dirige el ayuntamiento más grande de España. Pero su llegada y su marcha de la primera línea de la política no la han decidido los votantes. Ana Botella (Madrid, 1954) accedió al primer puesto del organigrama municipal cuando Mariano Rajoy encargó a Alberto Ruiz-Gallardón la cartera de Justicia en diciembre de 2011. Es decir, sin pasar por las urnas. Ahora, sucede lo mismo. La alcaldesa se marcha sin pasar el examen de los votantes: a nueve meses de las elecciones municipales de 2015, ha decidido renunciar a ser la cabeza de cartel del PP en las próximas elecciones municipales que se celebrarán en mayo.

Madrid Ignacio González
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