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UPyD intenta cerrar mañana su peor crisis entre acusaciones y teorías conspirativas
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“O VAMOS A UN DEBATE DE ALTURA O A POR PACO”

UPyD intenta cerrar mañana su peor crisis entre acusaciones y teorías conspirativas

Una brecha está abierta en UPyD. Acusaciones, sospechas y desconfianzas mutuas condicionan la celebración del Consejo Político extraordinario convocado para este sábado con el fin de “debatir en los órganos del partido lo que está discutiéndose en los me

Foto: La portavoz de UPyD, Rosa Díez (Efe)
La portavoz de UPyD, Rosa Díez (Efe)

Una brecha está abierta en UPyD. Acusaciones, sospechas y desconfianzas mutuas condicionan la celebración del Consejo Político extraordinario convocado para este sábado con el fin de “debatir en los órganos del partido lo que está discutiéndose en los medios”, como quiso resaltar Rosa Díez para zanjar la polémica lanzada por su jefe de filas en Europa. Pues no solo se trata de abordar algún tipo de colaboración o pacto con Ciutadans, partido con el que se disputan el mismo electorado. La acusación de Francisco Sosa Wagner sobre cierto autoritarismo que cercenara ese debate, y las posteriores descalificaciones al europarlamentario plantean serios interrogantes sobre el futuro de UPyD.

Un síntoma de la crisis es la elección del anonimato entre los distintos sectores para decir su opinión. Unos para no perjudicar al partido, dicen, otros, para protegerse a ellos mismos. “O vamos a un debate de altura o se va a por Paco”, expone un descreído hacia la conclusión del Consejo. Plantea que el documento de la dirección para la preparación del cónclave “no va tanto en el sentido de abrir una vía de colaboración (con Ciutadans) como para destacar que no tienen nuestros mismos niveles de transparencia, que tienen algún imputado en listas, etcétera, y ya no sé si es un traje a medida para decir simplemente que no”. Otros admiten que el debate está en el electorado de UPyD, pero temen operaciones interesadas de otras formaciones para debilitarla.

La division se visualiza en caras y nombres. En el propio grupo europeo, Fernando Maura con Sosa Wagner, y de otro lado, Maite Pagazaurtundúa con Beatriz Becerra. Pero UPyD no es sólo la estructura orgánica, mayoritariamente fiel a la dirección. Su influencia ha ido más allá de su representación. Fernando Savater, alma mater del partido, ha mantenido una actitud cautelosa, aunque defendió abiertamente en el último Congreso de UPyD algún tipo de colaboración con el partido catalán. Lo mismo hizo Albert Boadella, mediante un guiño muy teatral, que fue rechazado sin remilgos por la presidenta de la formación. Con el estallido, después, de Sosa y de Maura, el desgarro más sensible se ha librado en blogs y artículos de destacados líderes de opinión que habían respaldado hasta entonces la andadura y las propuestas de UPyD.

El gesto de Pagaza

Maite Pagaza también ha preferido la discreción. Apenas sugirió en los micrófonos de la cadena Cope una crítica a su jefe de filas, pero sin elevar el tono y sin acritud. Dijo no haber sentido presiones del partido en la decisión de votar ‘no’ a la candidatura de Jean Claude Juncker para la presidencia de la Comisión Europea y sí, en cambio, por parte de Sosa Wagner para hacerlo a favor. La renuncia a su independencia partidaria y pedir la afiliación 48 horas antes del conclave es algo más que un gesto. “Quería comprometerme en un momento así”.

El Consejo Político no abordará, previsiblemente, la petición de Sosa Wagner de reprobación del número 2 del partido, Carlos Martínez Gorriarán, por haberle acusado en su cuenta de twitter de “corrupción cien por cien”. Otras similares de opacidad en el uso de fondos como las de la diputada Irene Lozano –que después rectificaría- presagian una difícil sutura en la relación mutua, aunque pocos dudan de que tanto Sosa como Maura continuarán con su escaño.

“Me consta que algunos defenderán a Paco” en la reunión del Consejo, dice Maura, aunque todos los datos apuntan que serán una minoría. En Bruselas la confianza se ha resentido, aunque la crisis había salido del propio país. La joven y prometedora formación no ha podido evitar las pulsiones destructivas que afectan a otros. Los más condescendientes explican que el mérito de UPyD de “aceptar a los más capaces” y “ser más transparente y democrática” le deja más desprotegida que a las grandes formaciones “ante problemas de egocentrismo personal”.

La teoría de la confabulación

En la desconfianza mutua, se difunde una confabulación. Siempre desde el anonimato, unos señalan la maniobra urdida entre Alejo Vidal Quadras (Vox) y Ciudadanos –que hubieran conectado “pronto” con Sosa Wagner en Bruselas- “para desdibujar UPyD y lanzar después una OPA hostil”. Pero los críticos lo explican de otro modo: la dirección de UPyD creyó en una conspiración del Partido Popular para desbancar del liderazgo a Rosa Díez, con el apoyo de Ciutadans, a la que se habrían sumado sus europarlamentarios Sosa y Maura.

Y como el juego político es caprichoso, Rajoy y Rosa Díez se dejaron ver juntos en Moncloa en las vísperas del cónclave de UPyD. En el sofá ofrecieron una imagen más cordial que la que venía siendo habitual… aunque el presidente no saliera a recibirle en las escaleras del palacio.

Una brecha está abierta en UPyD. Acusaciones, sospechas y desconfianzas mutuas condicionan la celebración del Consejo Político extraordinario convocado para este sábado con el fin de “debatir en los órganos del partido lo que está discutiéndose en los medios”, como quiso resaltar Rosa Díez para zanjar la polémica lanzada por su jefe de filas en Europa. Pues no solo se trata de abordar algún tipo de colaboración o pacto con Ciutadans, partido con el que se disputan el mismo electorado. La acusación de Francisco Sosa Wagner sobre cierto autoritarismo que cercenara ese debate, y las posteriores descalificaciones al europarlamentario plantean serios interrogantes sobre el futuro de UPyD.

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