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Desactivar a Artur Mas y reactivar al PP, temas clave de Rajoy para el nuevo curso
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el presidente deberá tomar seis decisiones clave

Desactivar a Artur Mas y reactivar al PP, temas clave de Rajoy para el nuevo curso

Desactivar a Mas y reactivar el PP porque llegan las elecciones municipales y autonómicas, son las principales tareas de Rajoy en el arranque del curso

Foto: Mariano Rajoy en Bruselas (EFE)
Mariano Rajoy en Bruselas (EFE)

Desactivar a Mas y reactivar el PP porque llegan las elecciones municipales y autonómicas son las principales tareas de Mariano Rajoy en el arranque del curso político. Todo lo demás es consecuencia o añadido: el caso Pujol, la reforma electoral para garantizar que los alcaldes salgan de la lista más votada, decidir las candidaturas (primero la retirada de Ana Botella), el debate de la regeneración democrática (los aforados) o la ley del aborto, la reforma pendiente y atascada entre el Consejo de Ministros y Génova.

Desde que llegó al poder, a Rajoy no se le habían juntado tantas decisiones de Gobierno y de partido al mismo tiempo. Formado su equipo en diciembre de 2011, hasta la primavera pasada en que tuvo que prescindir de Miguel Arias Cañete para ponerlo al frente de la candidatura europea del PP, el presidente del Gobierno ha dejado la dirección del partido en un segundo plano, en manos de María Dolores de Cospedal. Hizo lo propio cuando saltó el caso Bárcenas.

El jefe del Ejecutivo ha estado casi tres años consagrado a la labor de gobernar, y muy especialmente a dirigir la política económica de su gabinete. En las próximas semanas tendrá que volcarse en la política de partido.

El aparato de la sede de Génova y el grupo parlamentario esperan instrucciones para reorganizarse, para poner sobre la mesa las reformas anunciadas y negociarlas con los demás partidos y para decidir las candidaturas pendientes para las municipales y autonómicas, sobre todo las de Madrid y la Comunidad Valenciana.

  1. El PLAN DE REACTIVACIÓN INTERNO Y POSIBLES CAMBIOS

Está pendiente el plan de reactivación del partido prometido antes del verano y encargado a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, como respuesta al fiasco de las elecciones europeas. El PP fracasó en su objetivo de movilizar a sus bases electorales: le faltaron dos millones de votos. Antes de las vacaciones pasaron por Génova dirigentes de todas las regiones para analizar resultados y proponer cambios. Ahora toca buscar soluciones y plantear relevos, en el aparato al menos.

  1. LA REFORMA DE ELECCIÓN DE ALCALDES PARA MOVILIZAR AL PP

Los dirigentes del PP también esperan indicaciones para poner sobre la mesa y negociar con los demás partidos las reformas esbozadas por Rajoy: la de la ley electoral para garantizar que los alcaldes salgan de la lista más votada y no de pactos postelectorales, y la reducción del número de aforados.

“Los nuestros lo necesitan”, repiten diputados y responsables locales. No se refieren al efecto sobre los resultados de las urnas, sino a la urgencia de movilizar a los propios con una causa “regeneradora” en la que van a chocar con la izquierda: desde el PSOE a Podemos.

La decisión firme es alargar el debate y la negociación sobre la propuesta de primar con mayoría absoluta a la candidatura que supere el 40 por ciento de los votos si saca más de 5 o 7 puntos al segundo partido. Al PP siempre le quedará el recurso de dejar en evidencia que socialistas, comunistas, grupos nacionalistas de izquierda e incluso Podemos preparan pactos postelectorales para ocupar alcaldías donde los populares ganen los comicios sin mayoría.

“Rajoy se ha mojado mucho para lo que suele”, comentan en los medios del partido donde sí ven a su jefe decidido a sacar la reforma adelante sin el apoyo o la comprensión del PSOE.

  1. RETIRADA DE BOTELLA Y NERVIOS DE GONZÁLEZ Y FABRA

Rajoy se enfrenta a partir de septiembre a decisiones fundamentales para la composición de las listas con la vista puesta en los comicios autonómicos y municipales de mayo. En fuentes de Génova esperan que no repita la jugada de las europeas: dejarlo para el último minuto, que ahora sería Navidad.

El primer paso es esperar la decisión de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, sobre su futuro. En la dirección nacional esperan que renuncie a presentarse este mismo mes (lo diga o no en público) para activar después el proceso de selección de la futura aspirante al cargo, primero con encuestas. Los recambios son los conocidos, con Cristiana Cifuentes en primer lugar o Esperanza Aguirre si garantiza el triunfo y Rajoy se resigna a nombrarla.

Para las elecciones autonómicas, Ignacio González en Madrid y Alberto Fabra en la Comunidad Valenciana dan signos de nerviosismo porque no saben si contarán con el visto bueno de Rajoy para repetir. Esteban González Pons se vuelca ya como portavoz en la Eurocámara no sea que se acuerden de él como recurso en lugar de Fabra. Son las principales dudas; en las demás candidaturas todo será continuidad.

  1. LA CARRERA DE LOS AFORADOS COMO PRUEBA DE REGENERACIÓN

Reducir el número de aforados es un asunto menor en comparación con el estatuto del alto cargo o el régimen financiero a la hora de ganar en transparencia y luchar contra la corrupción. Pero como es de venta fácil, el PP se propone echar carreras con los demás partidos a ver quién va más lejos. Es el capítulo que encabezará las negociaciones con las demás agrupaciones políticas dentro de la propuesta de la llamada regeneración democrática sobre las otras dos reformas más de fondo: revisar la financiación de los partidos y nueva regulación de control, acceso y salida de las instituciones de los políticos.

  1. LA REFORMA DE LA REFORMA DE LA LEY DEL ABORTO DE GALLARDÓN

El Gobierno arrastra la promesa de reformar la ley del aborto vigente desde la primavera de 2013. El ministro de Justicia esbozó este año un anteproyecto tan elaborado que, además de contar con el rechazo de la oposición, tampoco convenció a buena parte de su partido, a la dirección del mismo de Rajoy para abajo y a un sector del Ejecutivo con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, al frente.

En el PP sostienen que bastaba con volver al modelo anterior, el de Felipe González, el de los supuestos de despenalización incluido el de malformación del feto y suprimir la actual posibilidad de que las menores puedan abortar sin conocimiento de sus padres, como dejó establecido el Gobierno de Zapatero. El ministro está empeñado en ir más allá en el detalle de la protección del no nacido. Rajoy tiene que decidir de qué lado se decanta, y el tiempo se acaba.

  1. DESACTIVAR EL SEPARATISMO, DEJAR LA MANO TENDIDA A CIU

Es el principal reto de la política de Estado, más allá de la de partido, que tiene Rajoy para este curso: frenar el separatismo catalán. Los nacionalistas empiezan a darse cuenta de que la respuesta del presidente del Gobierno a su anuncio de consulta independentista va en serio: cumplirá y hará cumplir la Constitución y la ley.

Recursos previstos al TC aparte, el Ejecutivo procura la división del frente de los secesionistas, se dispone a aprovechar la denuncia del caso Pujol y deja la mano tendida a CiU, al menos a una parte de la coalición. Es sintomática la actitud del grupo parlamentario en el Congreso: como si no pasara nada pacta medidas económicas con el Ejecutivo (el último macrodecreto de medidas de la reactivación) y admite que les gusta la idea de elección directa de alcaldes. UDC y un sector de CiU se preparan para recomponer filas e intereses en cuanto Mas se descalabre.

Desactivar a Mas y reactivar el PP porque llegan las elecciones municipales y autonómicas son las principales tareas de Mariano Rajoy en el arranque del curso político. Todo lo demás es consecuencia o añadido: el caso Pujol, la reforma electoral para garantizar que los alcaldes salgan de la lista más votada, decidir las candidaturas (primero la retirada de Ana Botella), el debate de la regeneración democrática (los aforados) o la ley del aborto, la reforma pendiente y atascada entre el Consejo de Ministros y Génova.

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