El hospital Carlos III se prepara para recibir al enfermo de ébola tras el caos inicial

Afirmaciones que se niegan a los cinco minutos, contradicciones entre los responsables de Sanidad, ruedas de prensa que se retrasan, alarma social... Madrid ha vivido una mañana de infarto ante la inminente llegada del religioso Miguel Pajares procedente de Liberia, donde se ha infectado de ébola. España activó anoche el protocolo de repatriación. Un equipo formado por dos médicos, una enfermera y dos técnicos ha despegado de la base aérea de Torrejón de Ardoz en un Airbus 310 medicalizado y propiedad del ministerio de Defensa. Una vez de vuelta a Madrid, el enfermo ingresará en la sexta planta del hospital Carlos III, hasta hace poco centro de referencia en tratamiento de enfermedades tropicales e infecciosas, según ha decidido el comité de catástrofes externas del Hospital la Paz y habría confirmado después Sanidad. Al respecto, la Comunidad de Madrid "expresa toda su colaboración con el Ministerio de Sanidad una vez conocida su decisión de que el misionero español sea trasladado al Carlos III", según ha indicado la propia Consejería de Sanidad.

Según pudo saber El Confidencial, a lo largo de la mañana de este miércoles el Hospital La Paz de Madrid también se preparó para recibir al primer español contagiado de ébola. Habían pensado en aislarlo en la séptima planta, donde tienen ubicada una ‘UVI Vip’, pero finalmente parece que se descartó porque las instalaciones no cuentan con el aislamiento adecuado para tratar a este tipo de pacientes. Esta habitación, individual con dos camas, no tiene la presión negativa que necesita este tipo de pacientes, para evitar que el virus salga al exterior.

En este caos informativo y mientras Madrid se dejaba llevar por la alarma social ante la inminente llegada del primer infectado de la letal enfermedad, el consejero de Asuntos Sociales, Jesús Fermosel, negaba que tuviera constancia de que fuera a ingresar en ningún hospital madrileño, ya que le correspondería a Ministerios de Sanidad, Exteriores y Defensa activar los protocolos sanitarios correspondientes. También se tanteó ingresar al enfermo en una clínica especializada de Barcelona.

Ni Exteriores ni Sanidad confirman si las otras dos religiosas (las hermanas Chantal y Paciencia), que también pidieron la repatriación, viajan con él a Madrid. El mayor riesgo es mantener las medidas de aislamiento y protección para impedir que el virus, muy contagioso, pueda transmitirse en territorio español. De hecho, se cree que únicamente un médico y una enfermera atenderán al paciente una vez que entre en suelo español.

Según ha podido saber este diario, el aparato cuenta con todos los dispositivos médicos adecuados y se ha creado una zona aislada para que viaje el religioso. De hecho, la cabina del conductor está físicamente separada del área de transporte del paciente, tal y como reza el procedimiento de actuación.

El protocolo que se sigue desde el ministerio de Sanidad es el que marca la Organización Mundial de la Salud. Se extreman las medidas de precaución con los materiales utilizados y de control de residuos. El personal de limpieza del hospital y los manipuladores de ropa deben usar el equipo de protección individual adecuado al manipular o limpiar el material o superficies potencialmente contaminadas.

Protocolo a seguir

Las superficies, los objetos o equipos contaminados deben ser desinfectados con un desinfectante de uso hospitalario o con una dilución de 1:100 de hipoclorito sódico (lejía) de uso doméstico. La ropa contaminada debe ser incinerada, tratada en autoclave, o colocada en doble bolsa con cierre hermético en el lugar de lavado y lavada urgentemente en un ciclo normal de agua caliente con lejía.

En el caso de posible contacto con el enfermo, el protocolo diferencia entre contacto estrecho o de alto riesgo, y el contacto casual o de bajo riesgo, que es quien ha coincidido en un mismo espacio con un paciente sintomático pero sin contacto físico directo con él ni con sus fluidos corporales.

Si ha habido contacto físico directo con un paciente sintomático o con su sangre, orina o secreciones, o con sus ropas, ropa de cama o fómites contaminados con sangre, orina o fluidos del paciente, si ha atendido al paciente o manejado sus muestras sin las medidas de protección correctamente utilizadas (contactos familiares, enfermeros, personal de laboratorio, de enfermería, de ambulancia, médicos y otro personal) se pone en marcha una vigilancia activa supervisada durante los 21 días posteriores a la última fecha de exposición posible a la infección.

También se considera de alto riesgo quien ha tenido contacto con cadáver de persona fallecida por ébola o ha tenido contacto con un animal infectado con el virus, su sangre, fluidos corporales o su cadáver. A ellos se les aplica el mismo protocolo.

Ante una sospecha de infección por ébola con ocasión de un viaje en avión se procede a identificar a las personas que durante el vuelo han tenido un contacto de riesgo de acuerdo a las guías del ECDC para la valoración del riesgo de enfermedades transmisibles en aeronaves. A estas personas se les informará de la sospecha, se recogerá la información para establecer contacto individual con ellos y se establece el seguimiento de contactos correspondiente.

Tampoco es posible realizar autopsia a los pacientes sospechosos de ébola, dada la elevada carga viral de los fluidos corporales y el manejo de los cadáveres de personas fallecidas por esta enfermedad por virus debe limitarse a personal entrenado.