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Un avión de Swiftair idéntico al accidentado sufrió la explosión de un motor hace un año
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EEUU recomienda no sobrevolar mali

Un avión de Swiftair idéntico al accidentado sufrió la explosión de un motor hace un año

La historia negra de la aviación incorporó este jueves un nuevo capítulo. Un avión de la compañía española Swiftair operado por Air Algerie con 116 personas a bordo se estrelló en el norte de Mali sólo 50 minutos después de despegar del aeropuerto de Uag

Foto: Imagen del avión estrellado en el aeropuerto de Hamburgo (Reuters)
Imagen del avión estrellado en el aeropuerto de Hamburgo (Reuters)

La historia negra de la aviación incorporó este jueves un nuevo capítulo. Un avión de la compañía española Swiftair operado por Air Algerie con 116 personas a bordo se estrelló en el norte de Mali sólo 50 minutos después de despegar del aeropuerto de Uagadugú, capital de Burkina Faso. Salió de allí a las 3.17 horas (1.17 hora local) y debía haber llegado a Argel a las 7.10 horas (5.10 hora local), pero las autoridades argelinas perdieron el contacto con la aeronave antes de que entrara en su territorio.

Las seis personas que componían la tripulación de la aeronave eran de nacionalidad española. Se trata del capitán, A.C., la primera oficial, I.G., y los asistentes de cabina F.C., R.G., M.Á.R. y R.M.. Por otro lado, una séptima persona española que pertenece a la compañía -pero no a la tripulación- se encontraría también en el avión viajando 'en situación'. Asimismo, iban a bordo pasajeros de 15 nacionalidades diferentes: 51 franceses, 27 burkineses, 8 libaneses, 6 argelinos, 5 canadienses, 4 alemanes, 2 luxemburgueses, 1 maliense, 1 belga, 1 camerunés, 1 nigeriano, 1 egipcio, 1 ucranio y 1 suizo.

Vídeo: Imágenes de archivo del avión siniestrado en Mali.

Las causas de la pérdida de contacto con el avión son un misterio, aunque a lo largo de todo el jueves fueron ganando peso las informaciones que daban por hecho que había sufrido un accidente en algún punto de su ruta. Dos cazas Mirage 2000 del Ejército del Aire francés que salieron de la base de Niamey (Níger) para realizar labores de reconocimiento detectaron a unos 70 kilómetros al norte de Gao, en la zona de la pequeña población Tilemsi, restos que podrían ser los de la aeronave desaparecida. Y esta madrugada se confirmó finalmente que los restos habían sido hallados a 80 kilómetros al sudeste de la población maliense de Gossi, muy cerca de la frontera con Burkina Faso.

Las autoridades argelinas explicaron que el avión solicitó un cambio de rumbo para evitar una tormenta de arena que se había cruzado en su camino. Y sólo unos minutos después se cortaron todas las comunicaciones con la aeronave. Las imágenes tomadas por los satélites de la región en la que se habría producido el accidente registraron una elevada inestabilidad meteorológica.

Aterrizaje forzoso en Palma

Esa es la hipótesis que cobra más fuerza para los investigadores. La otra es que sufriera una avería en pleno vuelo. En mayo del pasado año, otro MD-83 de Swiftair, el mismo modelo que el accidentado ahora, tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Palma de Mallorca tras sufrir una avería en uno de sus dos motores sólo unos segundos después de despegar. Los pasajeros aseguraron que la turbina había sufrido una explosión. El estruendo que generó la avería desató el pánico entre los ocupantes. Parte del fuselaje cayó dentro de la cabina y los daños exteriores que sufrió la aeronave fueron notables.

El MD-83 es también el mismo modelo que se estrelló en el aeropuerto de Barajas en el verano 2008, aunque en esa ocasión la aeronave era propiedad de la ya desaparecida Spanair. Se trata de un avión fabricado por la compañía estadounidense McDonnell Douglas, con capacidad para 172 pasajeros, 45,1 metros de longitud y 32,8 metros de envergadura, una autonomía de vuelo de 4.635 kilómetros y una velocidad máxima de crucero de 890 kilómetros por hora.

El ejemplar accidentado fue entregado en 1996, es decir, que apenas llevaba en circulación 18 años, una antigüedad aceptable en el mundo de la aviación. Además, la Dirección General de la Aviación Civil francesa ha confirmado que pasó el martes un control rutinario en el aeropuerto de Marsella. “No se detectó ningún gran problema”, afirmó Patrick Gandil, máximo responsable de ese organismo.

Hipótesis de un atentado

Además de la posibilidad de un accidente por una avería o por las condiciones meteorológicas adversas, también hay otras opciones sobre la mesa. Fuentes del Ministerio del Interior consultadas por El Confidencial admiten que, con las primeras noticias, se contempló la posibilidad de que se tratara de un atentado terrorista, una hipótesis que aún no puede descartarse por completo aunque ha ido perdiendo fuerza con el paso de las horas.

Las autoridades españolas manejan desde hace tiempo datos de Inteligencia que apuntan a que el argelino Mokhtar Belmokhtar, líder del grupo Al-Morabitum –fruto de la unión el pasado verano de las organizaciones Mujao y Brigada Enmascarada–, asentado en el norte de Mali y Níger, está tratando de realizar un ataque contra intereses occidentales que le permita conseguir la máxima resonancia posible. El secuestro de un avión con al menos 50 franceses a bordo cumpliría sin duda esos requisitos.

La zona en la que se produjo la pérdida de contacto abona esa hipótesis. Antes de convertirse en yihadista, Belmokhtar se ganaba la vida como traficante de armas, drogas y tabaco. Conoce especialmente bien las regiones del norte de Mali, donde existen rudimentarios aeródromos de tierra que son utilizados por las mafias para introducir por vía aérea africana los cargamentos de droga que llegan previamente por mar a la zona de Guinea-Bissau desde América del Sur.

Recomendaciones de Estados Unidos

Tampoco puede descartarse que la caída del avión se produjera como resultado de un ataque desde tierra, aunque El Elíseo ha rechazado ya esta otra explicación. La Agencia Federal de Aviación (FAA, en inglés) de Estados Unidos recomienda a las aeronaves y operadores de su nacionalidad que no sobrevuelen Mali por debajo de 7.300 metros de altitud (nivel FL240) por la “actividad insurgente”.

La nota de aviso especifica que, como resultado de la reciente guerra en el norte del país, existen grupos terroristas que tienen en su poder “cohetes, morteros, fuego antiaéreo” e incluso sistema de lanzamiento guiado. La advertencia está en vigor hasta el próximo 31 de agosto, momento en el que será reevaluada. Esta otra vía tiene menos fuerza, pero también está sobre la mesa como posible causa de la pérdida de contacto con el avión, más aún después del ataque contra el avión de Malaysia Airlines que cubría la ruta Amsterdam-Kuala Lumpur, derribado al este de Ucrania por el impacto de un misil Buk.

Será necesario analizar con detalle los restos del avión y las cajas negras para descartar por completo la hipótesis del secuestro y de que el accidente fuera el resultado del intento fallido de aproximación a uno de esos aeropuertos clandestinos. También habrá que esperar para rechazar que la aeronave fuera alcanzada por algún tipo de artefacto. Los únicos datos que probablemente podrán conseguir los investigadores se encontrarán en la zona de impacto. En esa región de África, las medidas de seguridad y vigilancia brillan por su ausencia.

Una empresa española

El avión accidentado ahora era propiedad de Swiftair, una compañía española con sede en Madrid que comenzó a operar en 1986. Cuenta con 400 empleados y 30 aeronaves, y vuela tanto con pasajeros como con carga, aunque siempre para otras compañías. Su negocio está enfocado a clientes corporativos y turoperadores. En este caso, el avión de Swiftair realizaba la ruta AH 5017 de la compañía Air Algerie entre Uagadugú y Argel. Pero sus aviones también han volado al servicio de otras empresas, como Vueling y Air Europa. Uno de sus aparatos voló también con ayuda humanitaria a Filipinas tras el tifón que asoló a ese país en noviembre del pasado año.

La historia negra de la aviación incorporó este jueves un nuevo capítulo. Un avión de la compañía española Swiftair operado por Air Algerie con 116 personas a bordo se estrelló en el norte de Mali sólo 50 minutos después de despegar del aeropuerto de Uagadugú, capital de Burkina Faso. Salió de allí a las 3.17 horas (1.17 hora local) y debía haber llegado a Argel a las 7.10 horas (5.10 hora local), pero las autoridades argelinas perdieron el contacto con la aeronave antes de que entrara en su territorio.

Ministerio del Interior Inteligencia Ucrania
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