El PP intenta que Pons sea vicepresidente del Grupo Popular con Cañete de comisario

El Gobierno y el PP han empezado las negociaciones para el reparto de cargos en la Eurocámara y la Comisión sobre los acuerdos previos de apoyo a los candidatos de Angela Merkel. El primer objetivo es lograr una vicepresidencia para Esteban González Pons en el Grupo Parlamentario Popular Europeo, donde el candidato a mandar es el socialcristiano alemán Manfred Weber. La vicepresidencia del Parlamento a que aspiraba Ramón Luis Valcárcel está prácticamente descartada: los 16 escaños obtenidos el 25 de mayo dan pocas opciones; numéricas, ninguna.

En fuentes populares insisten en dar por hecho que Miguel Arias Cañete será comisario, porque es la oferta que Mariano Rajoy le hizo con la obligación añadida de pasar por las urnas y porque también es el nombre que el presidente del Gobierno dio a la canciller alemana para representar a su Ejecutivo en la próxima Comisión Europea. Pero en el Parlamento Europeo las cosas no están tan claras. Aunque haya un pacto global de reparto de cargos entre el centro-derecha y los socialistas europeos, queda por ver si los muy diferentes grupos minoritarios y el PSOE no aprovecharán el desliz de la campaña (la declaración machista) para ir contra el aspirante español en la fase del examen previo a comisario y si los alemanes están dispuestos a aceptar ese pulso.

De momento, en las primeras negociaciones, el PP parte de la base de que el exministro de Agricultura pasará a la Comisión después del verano, que correrá por tanto la lista y que podrá recuperar para la delegación española a Carlos Iturgaiz, que iba en el puesto 17. De hecho, para el órgano de dirección del Grupo Popular Europeo los populares españoles reclaman una vicepresidencia para Esteban González Pons, llamado a ser el portavoz cuando Arias Cañete se convierta en comisario. A cambio, los 16 eurodiputados del PP apoyarán la candidatura para la presidencia del mismo de Manfred Weber, jefe de la delegación alemana (34 eurodiputados).

A partir de esa batalla, que se tiene que cerrar en menos de una semana, las demás se complican mucho. Para mantener una vicepresidencia en la Eurocámara, el PP tiene en contra haber perdido 8 escaños y quedarse por detrás en número de eurodiputados, además de los alemanes, de franceses, italianos y polacos. Se aplica la ley D’Hont y las cifras no salen salvo renuncia de otros partidos a cambio de ceder presencia en las comisiones.

En la anterior legislatura, los populares, con 24 escaños, colocaron en una de las vicepresidencias del Parlamento a Alejo Vidal-Quadras. El expresidente del PP catalán se metió primero a crítico interno y luego, al ver que no iba a figurar en las listas, montó su propio partido (VOX) para aspirar a eurodiputado por su cuenta. El resultado es el conocido: no sacó representación parlamentaria, pero quitó a su antiguo partido un cuarto de millón de votos que le habrían servido a Arias Cañete para sumar un escaño más.

Los populares juegan en todas las negociaciones la baza de ser “socios preferentes” del partido de Angela Merkel, pacto suscrito en el congreso del Partido Popular Europeo cuando Rajoy decidió a apoyar al candidato de la canciller alemana a la presidencia de la Comisión: el luxemburgués Jean-Claude Juncker. Una vez que Juncker logre una mayoría parlamentaria para ser votado en la Eurocámara, será el momento en el que el presidente del Gobierno tendrá que hacer valer ese antiguo compromiso con Merkel para que Arias Cañete sea comisario.