Caja Navarra aporta nuevos datos que comprometen la versión de Cervera

La madeja del caso Cervera, el supuesto chantaje al expresidente de Caja Navarra José Antonio Asiáin sigue enrollándose en torno a uno de los embrollos más delirantes y extraños que ha salpicado la política navarra de los últimos años. El último episodio lo ha protagonizado la acusación particular que defiende al expresidente de la CAN, que ha enviado un escrito de acusación al juez del caso en el que pide 14 meses de prisión para el exdiputado del Partido Popular y en el que aporta lo que ellos consideran nuevos indicios contra Cervera. Falsedades, inexactitudes y contradicciones del expolítico del PP que, a su juicio, echan por tierra la teoría de la trampa esgrimida por Cervera en su defensa.

El escrito de acusación, al que El Confidencial ha tenido acceso, enumera una retahíla de indicios contra Cervera que van más allá de los diez que el propio juez instructor del caso, Fermín Otamendi, enumeró en sus conclusiones del pasado 18 de marzo. La principal, a juicio de la acusación, está en el hecho de que el exdiputado tenía instalados en su ordenador aplicaciones de VPN, que es un tipo de conexión de red, configurada en el propio equipo informático, que permite al usuario conectarse a otros sistemas, enviar o recibir datos de redes compartidas o publicar de forma segura al enviar o recibir todo el tráfico cifrado. Es decir, sin que se pueda descifrar la dirección IP desde la que se envía, por ejemplo, un correo electrónico.

Ahí reside, para Asiáin y su entorno, el indicio más concluyente para determinar que fue Cervera quien envió un correo amenazante al expresidente de Caja Navarra en el que se le exigían 25.000 euros a cambio de no dar a conocer determinada información que podría hacer actuar a la justicia. Tanto el correo que recibió Asiáin como el que recibió Cervera y en el que el exdiputado basa su defesa de que cayó en una trampa están enviados desde conexiones VPN que impiden aclarar el punto fundamental de este caso: quién y desde dónde se dirigió a Asiáin en esos términos.

La defensa de Asiáin destaca en su escrito que Cervera declaró ante el juez, el 21 de enero de 2014, que no conocía lo que era una red anonimizadora hasta que se empezaron a sustanciar las diligencias de este caso. En aquel momento, Cervera desconocía –por haber sido declaradas secretas– las conclusiones del informe pericial informático emitido por el Grupo de Delitos de la Guardia Civil. Dicho informe es el que constata que entre las aplicaciones instaladas y utilizadas por Cervera figura la citada como VPN.

“Es decir –concluye el escrito de acusación–, cuando el acusado declaró ante el juez instructor que no conoció lo que era una red anonimizadora hasta que se empezaron a substanciar estas diligencias faltó descaradamente a la verdad pues, para entonces, era ya usuario del servicio de anonimización VPN mediante el que remitió el correo delictivo”.

Pero los indicios aportados ahora por Asiáin y su abogado no se quedan solo ahí y van más allá que el propio juez al evidenciar las contradicciones que Cervera ha ido poniendo de manifiesto en diferentes declaraciones. Sobre todo, en la supuesta teoría de la trampa.

Contradicciones en la teoría de la trampa

Según declaró ante el juez el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa, cuando Cervera fue detenido habló con él por teléfono y este le dijo que había sido víctima de una trampa del PSOE. Más tarde, el exdiputado declaró ante el juez que, en esa misma llamada, no le dijo a Fernández de Mesa nada relacionado con una posible trampa ya que “éste le había llamado solamente para interesarse por su estado de ánimo”. “La declaración testifical del Director de la Guardia Civil vino, pues, a poner de manifiesto la falsedad de lo que el acusado había declarado al juez instructor sobre la referida conversación”, apunta el escrito de Asiáin, que abunda también en el hecho de que, posteriormente, Cervera fue añadiendo otros ingredientes a esa supuesta trampa hasta apuntar, incluso, a Caja Navarra y al Partido Popular de Navarra y a su coordinador, Eloy Villanueva, como posibles autores de esa trampa.

Este estrambótico caso está salpimentado también con otras anécdotas que se entresacan de las diferentes declaraciones aportadas por personas del entorno de Cervera que vienen a aportar más sombras sobre el exdiputado. Por ejemplo, sus llamadas a su círculo más íntimo. Después de ser puesto en libertad, Cervera telefoneó a una amiga, I.M.M, a quien entonces era su mujer, Mónica Ridruejo, y a otra amiga, M.B. A ninguna de ellas les dijo que acababa de ser detenido por la Guardia Civil y puesto a disposición judicial. Todas ellas, incluida su mujer, se enteraron al día siguiente, por los medios de comunicación, de todo lo que había sucedido.

Su situación económica

Por último, el expresidente de Caja Navarra también pone el foco en la situación económica que atravesaba Cervera en el momento del chantaje como posible indicio contra él. “El acusado tenía un déficit patrimonial de 25.000 euros, cantidad ésta que coincide con la reclamación a mi mandante mediante el chantaje formalizado en dicho correo”, explica el escrito. “Este déficit patrimonial era debido a que sus gastos superaban a sus ingresos y a que, por ello, para financiar sus gastos, se había visto obligado en julio de ese mismo año 2012 a endeudarse con un crédito de 40.000 euros”.

Como ya explicó este diario, Cervera ha presentado un recurso de apelación ante la audiencia provincial de Navarra por entender que el auto del juez Otamendi está “lleno de conjeturas y no de indicios” y que el magistrado tiene “unos intentos desmedidos por generar una culpabilidad y un procesamiento a toda costa”. Si la audiencia provincial no estima este recurso, se procederá entonces a la apertura del juicio oral contra Cervera. A lo mucho, todo este embrollo se quedaría en una pena de 14 meses que, de ser confirmada por el magistrado, ni siquiera obligaría al exdiputado a pasar por la cárcel.