Exteriores pide a Portugal y Marruecos que veten la venta de rocas de relleno a Gibraltar

El Ministerio de Asuntos Exteriores está haciendo gestiones para evitar que Gibraltar siga ampliando sus dominios territoriales. El departamento que dirige José Manuel García-Margallo ha empezado a hacer gestiones diplomáticas para evitar que “países amigos” proporcionen a la colonia británica las rocas que necesita para construir un nuevo dique en aguas de soberanía española reclamadas por las autoridades del Peñón. Según fuentes de Exteriores consultadas por este diario, las conversaciones se centran principalmente en Marruecos y Portugal.

El Gobierno ya había tomado medidas para evitar que el ministro principal de la Roca, Fabian Picardo, lleve adelante sus planes expansionistas, que pasan por ampliar la superficie terrestre del istmo y materializar su reivindicaciones marítimas con nuevas infraestructuras. Tras el lanzamiento de bloques de hormigón al fondo marino con el supuesto objetivo de crear un arrecife artificial, Gibraltar acaba de iniciar los trámites para adquirir 55.000 toneladas de roca que utilizará para crear una barrera de protección de la playa de Sandy Bay.

Exteriores decidió dificultar esos planes prohibiendo la entrada por la aduana de La Línea de la Concepción de rocas, arena y cualquier otro material que pudiera ser utilizado para rellenos. Además, el Gobierno también ha prohibido a las empresas españolas que suministren ese tipo de materiales. Sólo los envíos de productos de construcción pueden ser suministrados por compañías nacionales y tienen permiso para cruzar la verja.

Las medidas no han surtido demasiado efecto. Gibraltar ha burlado hasta ahora esa prohibición adquiriendo en el extranjero los materiales que necesita para continuar creciendo y los ha introducido por mar para sortear los controles aduaneros impuestos por Exteriores. Eso es precisamente lo que pretende con la nueva partida de rocas que comprará. Pretende adquirir las 55.000 toneladas de rocas, suficiente para cubrir una superficie de 19.500 metros cuadrados, equivalente a tres campos de fútbol, en Marruecos o Portugal, los otros dos países más cercanos a la colonia. Adquirirlos en esos mercados abarataría los costes de transporte, que en el sector de la construcción pueden llegar a superar el precio de los mismos materiales.

Gestiones con "países amigos"

Pero Exteriores ha comenzado a hacer gestiones para impedir que empresas de esas nacionalidades suministren a Gibraltar las rocas que necesita. Según un portavoz oficial del departamento de García-Margallo, se han iniciado gestiones diplomáticas al mál alto nivel con las autoridades de Marruecos y Portugal para que se comprometan a no vender a la colonia británica cualquier elemento constructivo susceptible de que sea utilizado por Picardo para ampliar sus dominios territoriales, un objetivo que Exteriores considera "inadminisible".

La misma fuente precisa que las conversaciones se fundamentan en que tanto Marruecos como Portugal son “países amigos”, y que se espera que las gestiones den resultado. De ser así, el bloqueo a los planes de Gibraltar no sería definitivo pero obligaría al Gobierno de la colonia a comprar el nuevo lote de 55.000 toneladas de roca en otros mercados más alejados, con el consiguiente incremento de costes. Según fuentes del sector, esa partida tiene un precio aproximado de 300.000 euros, sin tener en cuenta el precio de transporte.