Rajoy y Rubalcaba coordinarán su respuesta en el Congreso a la consulta de Mas
Rajoy y Rubalcaba mantienen sus vías de entendimiento ante la gravedad del desafío de Mas y "coordinarán" su respuesta en el Congreso
Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba mantienen sus vías de entendimiento ante la gravedad del desafío separatista de Artur Mas. Después de pactar la fecha para que el Congreso despache la petición del parlamento catalán para convocar la consulta independentista (8 de abril), el Gobierno y el principal partido de la oposición esperan ahora a ver cómo ordena la Cámara el debate para coordinar el “nivel” de los portavoces que intervendrán y los parámetros del tono de la respuesta.
En el Ejecutivo estudian si en ese debate debe intervenir Mariano Rajoy o la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, además del portavoz parlamentario, Alfonso Alonso. En el PSOE, Rubalcaba medita si es él como jefe de la oposición quien toma la palabra o la réplica se limita al discurso de Soraya Rodríguez.
El Congreso, por acuerdo de populares y socialistas al que se sumó encantado Josep Antoni Duran, ha decidido agrupar las distintas iniciativas acumuladas en la Cámara por el frente de los independentistas catalanes: la Cámara autonómica, las de CiU, ERC e ICV y la individual de todos los diputados de esos mismos grupos. El texto es el mismo del parlamento autonómico en todos los casos y se basa en solicitar la cesión de la competencia para convocar consultas. Al unirse en un mismo debate, el portavoz de CiU se libra de ser el primero en lidiar con el bloque constitucionalista.
Como ya estaba anunciado, Artur Mas no acudirá al Congreso a dar la cara y defender una exigencia ilegal de entrada porque el objetivo es un referéndum de autodeterminación. Sabe que la petición será rechazada por el 85 por ciento de la Cámara y no quiere seguir la estela que dejó Juan José Ibarretxe con su plan, que también buscaba la ruptura de España y del marco constitucional. El socio de Mas en el reto de la secesión, el republicano Oriol Junqueras, tampoco está dispuesto a presentarse en la sede de la soberanía nacional.
El Parlamento catalán enviará para defender su iniciativa a los portavoces parlamentarios de los partidos proponentes, con Jordi Turull (CiU) y Marta Rovira (ERC) al frente. El Congreso tiene que decidir cómo agrupa las demás intervenciones, el encaje de los discursos de los representantes de todos los partidos independentistas catalanes en la Cámara Baja.
En fuentes parlamentarias reconocen que, visto el nivel de los enviados de la Cámara catalana, el Gobierno y el principal partido de la oposición tienen que esperar a ver cómo se organiza el debate para decidir qué portavoces movilizan. En el caso del Ejecutivo ser reservan la decisión final sobre si tomará la palabra Mariano Rajoy o acude Soraya Sáenz de Santamaría.
Rubalcaba, al estar en la oposición, no tiene término medio: o el PSOE da al debate la máxima solemnidad con Rubalcaba al frente o deja la misión para la portavoz, Soraya Rodríguez. En 2005, frente al plan de Ibarretxe no hubo dudas: el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el jefe de la oposición de esa época, Mariano Rajoy, hicieron los discursos principales.
En medios del PP dan por hecho que Rajoy y Rubalcaba se “coordinarán” ante ese tipo de decisiones, igual que han hecho para acordar el adelanto y la agrupación de las iniciativas sobre la consulta para el pleno del día 8 de abril. Se trata de dejar las cosas claras (la consulta es ilegal y no se celebrará) y al tiempo complicar a los nacionalistas su habitual cultivo de la imagen de agravio hacia Cataluña. Al menos ante el desafío separatista en Cataluña, el presidente del Gobierno y el secretario general del PSOE mantienen un diálogo permanente y fluido.
Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba mantienen sus vías de entendimiento ante la gravedad del desafío separatista de Artur Mas. Después de pactar la fecha para que el Congreso despache la petición del parlamento catalán para convocar la consulta independentista (8 de abril), el Gobierno y el principal partido de la oposición esperan ahora a ver cómo ordena la Cámara el debate para coordinar el “nivel” de los portavoces que intervendrán y los parámetros del tono de la respuesta.