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El otro cara a cara: Rajoy y Duran hacen un canto al diálogo sin chantajes sobre Cataluña
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sin partir de una "hoja de adhesión"

El otro cara a cara: Rajoy y Duran hacen un canto al diálogo sin chantajes sobre Cataluña

El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, ha pedido al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy que reaccione ya y que apueste por el diálogo

Foto:  El líder de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. (EFE)
El líder de CiU, Josep Antoni Duran Lleida. (EFE)

Algo se ha movido en la pétrea posición de Moncloa sobre el problema catalán. Al menos, algo se ha avanzado en la dirección de una salida dialogada al camino de no retorno iniciado por Artur Mas con su propuesta de consulta independentista. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció este lunes que está dispuesto a entablar un “diálogo sin fecha de caducidad” con el president de la Generalitat. Eso sí, sin partir de una premisa unilateral previa o una “hoja de adhesión” innegociable, que es lo que hasta ahora ha recibido, se quejó. “Yo he querido hablar y dialogar, pero se me ha puesto encima de la mesa un contrato de adhesión que, como presidente, no puedo aceptar de ninguna de las maneras”, resumió el jefe del Ejecutivo.

Rajoy y el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, entonaron un cara a cara de guante blanco –incluso se dieron afectuosamente la mano al final de la intervención– en torno al desafío catalán. Un debate que, de hecho, sólo se tensionó ligeramente al final del bloque, cuando ambos se echaron en cara los resultados electorales del PP y de Unió Democràtica en Cataluña. Salvo ese escollo, Duran y Rajoy parecieron estar más cerca de lo que parece en torno a la necesidad de hacer algo, de dialogar para ofrecer una salida a este escollo, “el mayor problema político” de España, según Duran.

Así se lo volvió a pedir, en su primera intervención, el líder de CIU, que reclamó a Rajoy que reaccione y presente alguna propuesta al respecto, pues volvió a alertar del riesgo de que se pueda producir una declaración unilateral de independencia en Cataluña si no se hace nada. “Corresponde al Gobierno de España plantear también su posición”, explicó. “Ustedes han liderado la quiebra de un acuerdo entre Cataluña y España y, por tanto, como Gobierno y como líderes de este proceso de quiebra les corresponde plantear su propuesta de marco en el cual la ciudadanía de Cataluña pueda volver a confiar, para dejar a continuación que la ciudadanía se pronuncie. No es suficiente con decir no a lo que se propone. La pregunta es qué propone usted ante el principal problema político de España”.

Al igual que hiciera por la mañana en su primera intervención, Rajoy volvió a argumentar por la tarde que una consulta como la planteada por Mas no cabe dentro de la legalidad porque “ningún Gobierno puede disponer de la soberanía a su antojo”, pues esta reside, únicamente, en todos los españoles. Dicho ello, aceptó dialogar con el presidente catalán dentro del marco legal, lo que supone un avance a la tesis planteada por él mismo a finales de año, cuando se ufanaba en señalar que no había nada que hablar con Mas después de que él hubiera anunciado por su cuenta y riesgo la fecha de la consulta y las preguntas de la misma.

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“El presidente de la Generalitat sabe de mi predisposición al diálogo. Con él y con todos. Dentro de la ley democrática. Le he dicho que en mi caso el diálogo no tiene fecha de caducidad, pero le he dicho que no es posible negociar sobre algo sobre lo que uno mismo no dispone. No tenemos capacidad de decisión sobre los pilares básicos de nuestra convivencia, que les corresponde en exclusiva al pueblo español”, explicó.

Esta voluntad, eso sí, no está exenta de dudas y de perplejidad por lo que, razona el presidente, han sido sus dos únicas experiencias con Mas en este sentido: la propuesta de pacto fiscal, planteada en septiembre de 2012, y, después, la convocatoria unilateral de la consulta. En este sentido, Rajoy se mostró especialmente dolido con quienes tachan su actitud política de inmovilista y explicó que no le encontrarán fuera de lo que es el cumplimiento estricto de su deber como presidente. “Yo no soy inmovilista. Yo intento ser realista y responsable. Pero yo sí quiero decirle algo. Hay quien entiende el diálogo como un diálogo unilateral de adhesión preceptiva y de cumplimiento obligado”, le explicó a Duran.

“Si la solución a la que usted se refiere tratar de reconducir esta dolora situación, reforzar los lazos de todos los españoles y dialogar, mi disposición es máxima. Si pasa por incumplir mi deber como presidente del Gobierno y autorizar ese referéndum, no pueden contar conmigo. Me parece injusto que se me acuse de inmovilismo o que se me presione desde otras filas para resolver los problemas que otros han creado”, añadió.

El líder de CIU, por su parte, reconoció que algunas de las máximas planteadas por el president de la Generalitat pueden ser inasumibles en Moncloa, como la propia del pacto fiscal, pero emplazó a Rajoy a mover ficha y que reconociera que fue la actitud del PP en el Estatut de Cataluña la que ha originado todos estos problemas. “Señor presidente, siéntese a hablar, haga una propuesta, su silencio no es respuesta, y al igual que algunas de sus palabras, es más bien un estímulo para radicalizar posiciones”, avisó Durán.

“Si yo fuera presidente, a lo mejor podría entender que no se podría aplicar el mismo sistema de financiación en el País Vasco que en Cataluña, pero le diría al president: lo que hago es reconocerte que estás muy mal financiado (…). Vamos a hablar de ello para poder llegar a un acuerdo al respecto”.

Algo se ha movido en la pétrea posición de Moncloa sobre el problema catalán. Al menos, algo se ha avanzado en la dirección de una salida dialogada al camino de no retorno iniciado por Artur Mas con su propuesta de consulta independentista. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reconoció este lunes que está dispuesto a entablar un “diálogo sin fecha de caducidad” con el president de la Generalitat. Eso sí, sin partir de una premisa unilateral previa o una “hoja de adhesión” innegociable, que es lo que hasta ahora ha recibido, se quejó. “Yo he querido hablar y dialogar, pero se me ha puesto encima de la mesa un contrato de adhesión que, como presidente, no puedo aceptar de ninguna de las maneras”, resumió el jefe del Ejecutivo.

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