Rajoy encaja el debate en el Congreso de la rebaja de impuestos en la campaña europea

El Gobierno, después de liarse con la reforma del aborto, empieza a encajar sus proyectos legislativos con el próximo calendario electoral. La reforma fiscal, con la promesa de bajar impuestos, entrará en trámite parlamentario justo con la campaña de los comicios europeos previstos para el 25 de mayo. Para esas fechas, el anteproyecto para modificar la ley sobre interrupción voluntaria del embarazo seguirá en el debate interno del gabinete para incluir las aportaciones de los órganos consultivos y no habrá entrado en el Congreso, según las previsiones del propio Ejecutivo. Alivio fiscal sí, pero aborto no para encarar las urnas.

Mariano Rajoy quiere administrar la buena nueva de que llega la bajada de impuestos (y empieza a cumplir el programa electoral de 2011) entre el próximo debate sobre el estado de la nación (25 y 26 de este mes) y la próxima campaña. La parte conocida del calendario para esa reforma general del sistema fiscal consiste en que la comisión de expertos emitirá su propuesta en forma de informe a finales de este mes, para que a partir de marzo el Ministerio de Hacienda redacte los primeros textos que debe elevar al Consejo de Ministros para hacer el anteproyecto de ley.

En fuentes gubernamentales apuntan ahora que el Consejo de Ministros lo aprobará en abril para que sea en mayo cuando empiece su andadura parlamentaria: primer debate en pleno para su admisión a trámite y apertura del posterior periodo de presentación de enmiendas parciales.

Las dos primeras semanas de pleno empiezan el 5 y el 12 de mayo; la primera es la previa al arranque de la carrera electoral y la segunda ya es en plena campaña. El Gobierno se asegura un debate de plena actualidad y de seguimiento interesado por la opinión pública: nuevos tramos de IRPF, desgravaciones, incentivos para pymes y demás cuestiones que abarca la reforma.

Rajoy en persona se guarda para sus discursos de las próximas semanas el adelanto de los detalles que pueden ser más populares del nuevo sistema fiscal que el Gobierno se propone que sirva para apuntalar la recuperación económica y fomentar la creación de empleo, pero también para intentar reconciliarse con su electorado después de dos años de recortes y subidas de impuestos, que era lo contrario a lo prometido en los comicios.

Combatir la abstención y congraciarse con el electorado más fiel son los dos objetivos que se ha fijado el Partido Popular hasta el 25 de mayo para que el retroceso en los comicios sea el menor posible y quedar al menos por delante del PSOE.

El presidente del Gobierno no quiso dar ningún detalle de esa bajada de impuestos en la pasada convención nacional del partido, pero en fuentes gubernamentales dan ahora por hecho que sí avanzará algo la próxima semana en el debate sobre el estado de la nación.

De momento, Rajoy se queda en recitar los principios genéricos de la reforma fiscal cuando le recuerdan que es el jefe de Ejecutivo que más impuestos ha subido. "Efectivamente, he subido muchos impuestos, pero nadie se encontró el país en una situación en la que me lo encontré yo", reconoció ante el pleno del Congreso, además de recordar que hubo quien le pidió (desde Berlín y Bruselas) que los subiera más, como en el caso del IVA de restaurantes y hostelería.

El presidente del Gobierno insistió en que la reforma fiscal, que entrará en vigor el 1 de enero de 2015, favorecerá la tributación del ahorro, así como de las familias y los dependientes, y además tratará de promover el crecimiento económico y la creación de empleo. En respuesta al diputado de CiU Josep Sánchez Llibre, Rajoy insistió en que el nuevo modelo impositivo “estimulará la contratación, mejorará la competitividad en línea con las medidas de estímulo fiscal introducidas en la ley de emprendedores, será más equitativa, favorecerá la lucha contra el fraude y aumentará la recaudación”.