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El PP reafirma su unidad con apelaciones a Fraga y una muestra de poder ante militantes
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COSPEDAL SIENTA A SU MARIDO EN PRIMERA FILA

El PP reafirma su unidad con apelaciones a Fraga y una muestra de poder ante militantes

Frente a las turbulencias internas de los últimas semanas, gran ceremonia de exaltación de la unidad, las tradiciones y homenaje a la militancia

Frente a las turbulencias internas de los últimas semanas, gran ceremonia de exaltación de la unidad, las tradiciones y homenaje a la militancia. La Convención Nacional del PP arrancó ayer en Valladolid con un lema machacón (“Todos somos el Partido Popular”) en clave interna y un mensaje de reconciliación de tintes patrióticos dirigido hacia su electorado: “Como está el país, es el PP o la nada". María Dolores de Cospedal, autora de esa frase, protagonizó la primera jornada de la asamblea y exhibió su control del aparato del partido flanqueada en primera fila por Mariano Rajoy, a un lado, y su marido, Ignacio López del Hierro, al otro. Un detalle sin precedentes en el PP dirigido a responder de forma gráfica a las últimas acusaciones sobre la actividad privada del esposo de la secretaria general.

La Convención, sin contenido programático ni organizativo, se convierte en un acto de toma de temperatura de la situación interna en el PP y sobre su capacidad para levantar el ánimo de militantes y simpatizantes. Empieza la segunda parte de la legislatura, que el Gobierno aborda obligado a reconciliarse con su electorado. De entrada, destaca la obsesión por dar imagen de unidad después de la renuncia de Jaime Mayor Oreja a encabezar la candidatura europea, la ausencia de José María Aznar, las críticas de algunas víctimas del terrorismo o el nacimiento de Vox.

“Don Manuel Fraga me dijo pocos días antes de morir que le transmitiera a Rajoy que tenía que preservar dos cosas: la unidad del partido y la unidad de España”. Esa cita del fundador de Alianza Popular en voz de Carlos Argos, con el carné número dos del PP, fue el momento culminante del rosario de discursos para apelar a la fortaleza del partido y su obligación de cerrar filas para ocuparse de sacar a España de la crisis y enfrentarse al reto independentista en Cataluña.

Los organizadores de la Convención innovaron en el desarrollo de este tipo de actos y, después de los saludos de rigor de las autoridades locales, dieron la palabra en el pleno a representantes de la militancia más comprometidos en las responsabilidades básicas.

Una concejal de Baracaldo, Zoe Nubla, habló de la presencia del PP vasco en primera línea frente a los nacionalistas y ETA, de Miguel Ángel Blanco y de Gregorio Ordóñez. Diego Bengoa, alcalde de Ezcaray, trató sobre el trabajo de los alcaldes en las localidades más pequeñas. Argos, primer secretario general de AP, remató esos discursos encadenados que terminaban con la misma frase: “Todos somos el Partido Popular”.

Las novedades introducidas en la Convención Nacional, atribuidas a Esteban González Pons, sirvieron para palpar el ambiente de la asamblea. Triunfó, por encima de todos, Carlos Argos con las referencias a Fraga y la secuencia de imágenes de dirigentes del pasado como las de Loyola de Palacio o Gerardo Fernández-Albor.

Tímidos aplausos para Aznar y elogios a Mayor Oreja

La convención se convierte en un acto de toma de temperatura de la situación interna en el PP y sobre su capacidad para levantar el ánimo de militantes y simpatizantes

Sobre los ausentes por voluntad propia también hubo detalles reveladores. Cuando María Dolores de Cospedal transmitió el saludo de José María Aznar, “que no ha podido venir”, los aplausos se quedaron en un tímido arranque acompañado por murmullo de comentarios entre los asistentes. No ha gustado en Valladolid, donde arrancó una etapa decisiva en su carrera política, que el expresidente del Gobierno declinara la invitación.

Mayor Oreja recibió un trato muy distinto. El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, le puso como ejemplo de coherencia y servicio, además de destacar su proclama de que quien contribuyó desde los años 80 a unir al centro derecha español no puede dividir ahora al PP. Lo contrapuso con la actitud de Alejo Vidal-Quadras, que después de ser “pastor durante 30 años en el partido” dice ahora que es una organización de ovejas. Cospedal también citó a Mayor Oreja en los mismos términos “por haber hecho de la libertad de todos los españoles el trabajo diario de toda una vida”.

Mariano Rajoy se reserva para el domingo pero estuvo todo el tiempo en la convención para seguir los discursos y recorrer una exposición de fotografías sobre la historia del PP plagada de imágenes de Aznar y de él mismo. El jefe del Ejecutivo se detuvo en el quiosco de FAES para alabar el documento elaborado por la fundación que preside Aznar sobre la secesión de Cataluña. La diputada Cayetana Álvarez de Toledo estaba al frente del stand.

Cospedal hizo toda una exhibición de poder interno. Sentó a su marido en primera fila, a su lado, hecho sin precedentes en la historia del PP. Su discurso fue una constante apelación a la unidad. “Todos somos el Partido Popular”, repitió para seguir con el guión del acto ante los 2.000 afiliados presentes y definir a la formación como un partido de centro derecha “en el que caben muchos, todos aquellos que pensamos que la democracia se tiene que centrar en la defensa de las personas”.

La secretaria general proclamó el apoyo de toda la organización al PP vasco, clamó contras las mentiras y manipulaciones de los independentistas catalanes, reafirmó la apuesta por el Estado de las autonomías y propuesto una reforma de la ley para garantizar que el candidato más votado en las elecciones municipales sea alcalde. También ha elogiado a Rajoy por haber evitado el rescate económico de España, por haber defendido su soberanía y poder ahora decidir sobre su futuro. Sobre las escisiones (Vox), se limitó a comentar y sin citar que España no está para operaciones extremistas o estrafalarias.

Frente a las turbulencias internas de los últimas semanas, gran ceremonia de exaltación de la unidad, las tradiciones y homenaje a la militancia. La Convención Nacional del PP arrancó ayer en Valladolid con un lema machacón (“Todos somos el Partido Popular”) en clave interna y un mensaje de reconciliación de tintes patrióticos dirigido hacia su electorado: “Como está el país, es el PP o la nada". María Dolores de Cospedal, autora de esa frase, protagonizó la primera jornada de la asamblea y exhibió su control del aparato del partido flanqueada en primera fila por Mariano Rajoy, a un lado, y su marido, Ignacio López del Hierro, al otro. Un detalle sin precedentes en el PP dirigido a responder de forma gráfica a las últimas acusaciones sobre la actividad privada del esposo de la secretaria general.

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