De víctimas del terrorismo... a cartel electoral
El nuevo partido de Ortega Lara no ha sentado nada bien en el PP. Atrás quedan los tiempos en que las víctimas se colaban en el cartel electoral del PSOE-PP.
El nuevo partido de José Antonio Ortega Lara y Santiago Abascal ha disparado de lleno en el corazón del Partido Popular. Un día después de que se anunciase la creación de VOX, cuyos pilares ideológicos serán la unidad de España y una dura política antiterrorista, ha hecho recordar a más de un militante del PP que esas son precisamente las señas de identidad del partido de Mariano Rajoy. Que Ortega Lara, el hombre que pasó 532 días en un zulo, la persona que escenifica la barbarie de ETA, se vea en la necesidad de abanderar una nueva formación política para barrer a los dos grandes políticos es prueba de que los puentes entre las víctimas y PP-PSOE, si no están demolidos, están a punto de destruirse.
Atrás quedan los tiempos en que el PP hacía piña en la calle con las asociaciones de víctimas. Los populares contaron durante mucho tiempo con el aval del propio Ortega Lara, que dio una sonora espantada en 2008 por discrepancias con el rumbo que tomó el partido. En las elecciones municipales de 2003, aceptó presentarse por la candidatura del PP, el partido en el que militaba desde 1987, a la alcaldía de Burgos, encabezada entonces por Juan Carlos Aparicio, en solidaridad con los concejales del País Vasco amenazados por ETA. Su presencia fue simbólica, ya que iba en el penúltimo puesto, por lo que no salió elegido. En 2007, en la primera entrevista que concedió tras su secuestro, se mostró frontalmente en contra del proceso negociador emprendido por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con la banda terrorista.
Ahora, vuelve a la política convencido de que España le necesita "en estos momentos tan convulsos" para la nación. "Yo podía quedarme en mi casa, que estaba mucho más cómodo sin meterme en líos. Pero vino un día mi hijo y me dijo: '¡Vaya país nos habéis dejado!'". Fue entonces cuando decidió meterse en la aventura de crear VOX.
Pese a que Ortega Lara arremete duramente contra las acciones del PP, el partido cuenta en sus filas con otros iconos de la lucha antiterrorista. La más acérrima a las convicciones del PP es Mari Mar Blanco, hermana del concejal de Ermua asesinado por ETA en 1997, la única de los representantes del colectivo de víctimas que ha salido en defensa del Gobierno después de la manifestación convocada por las asociaciones en Madrid tras la derogación de la doctrina Parot. “En este proceso, el Ejecutivo hizo lo que tenía que hacer. Los abogados del Estado hicieron su trabajo, y si el Gobierno hubiera tenido margen de maniobra para no acatar la sentencia de Estrasburgo lo hubiera hecho”, alegó. Blanco ha formado parte del PP en la Cámara vasca y ha sido presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, la entidad sin ánimo de lucro que se creó en 2001 gracias a un pacto entre PP y PSOE.
Teresa Jiménez Becerril se convirtió en una luchadora activa contra el terrorismo tras la muerte de su hermano, Alberto JiménezBecerril, en 1998 a manos de ETA. El PP la convenció para que se presentara a las elecciones europeas de 2009... y ahora es europarlamentaria. Esta misma semana, ha sido la portavoz europea popular que ha defendido con uñas y dientes por qué no se debe retirar la ley del aborto en España, un polémico asunto que ya ha traspasado las paredes de la Eurocámara.
La lucha de Consuelo Ordóñez es prácticamente la misma que la de Jiménez Becerril. ETA acabó con la vida de su hermano Gregorio (PP) en vísperas de las elecciones municipales de 1995 mientras comía en un restaurante de San Sebastián junto con otros compañeros del ayuntamiento, entre ellos María San Gil. Su hermana es ahora la portavoz del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (COVITE) y, desde entonces, un símbolo histórico de los 'populares' vascos.
En junio de 2012, se armó de valor y se reunió con Valentín Lasarte, uno de los responsables del asesinato de su hermano, para pedirle al terrorista que colaborara con la justicia en la identificación de otros terroristas y con ello, en la resolución de crímenes sin resolver. El año pasado, tras criticar duramente las últimas decisiones del Gobierno de Mariano Rajoy en materia antiterrorista, apareció públicamente en un acto preelectoral de Unión Progreso y Democracia (UPyD), el partido de Rosa Díez. Otro gran disgusto para el PP.
Irene Villa, la 'apolítica'
En la memoria colectiva de España quedará para siempre grabada la imagen de Irene Villa, la niña de 12 años que perdió las dos piernas y tres dedos al explotar una bomba que la banda terrorista colocó en su coche, dejando herida también a su madre, funcionaria de la Dirección General de la Policía. Desde entonces, Irene es una de las víctimas del terrorismo más escuchadas y admiradas y un símbolo de la superación personal. Ha salido “tan escaldada” de hablar de la política antiterrorista del Gobierno, tanto del PP como del PSOE, que ha optado por otra vía de escape y aboga por una educación en valores que permita a los ciudadanos tener “bien amueblado el interior” para garantizar una libertad que, a su juicio, no merecen quienes no comparten los valores de la convivencia. Villa, aunque sigue apoyando a las organizaciones de víctimas de ETA, hoy ya no pertenece a ninguna de ellas.
Ahora que la relación entre los populares y las víctimas de ETA atraviesa por momentos complicados, Rosa Díez, a quien ETA mandó un paquete bomba a casa –por fortuna, no estalló–, ha querido pescar votantes en ese río tan revuelto. La jugada política que Unión Progreso y Democracia tenía en mente era que Maite Pagazaurtundua, quien fuera presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo y hermana del jefe de policía local de Andoain asesinado por ETA en 2003, ocupara la cabeza de lista para la candidatura europea. Una opción que ‘Pagaza’, íntima de Rosa Díez, ha declinado a última hora.
El nuevo partido de José Antonio Ortega Lara y Santiago Abascal ha disparado de lleno en el corazón del Partido Popular. Un día después de que se anunciase la creación de VOX, cuyos pilares ideológicos serán la unidad de España y una dura política antiterrorista, ha hecho recordar a más de un militante del PP que esas son precisamente las señas de identidad del partido de Mariano Rajoy. Que Ortega Lara, el hombre que pasó 532 días en un zulo, la persona que escenifica la barbarie de ETA, se vea en la necesidad de abanderar una nueva formación política para barrer a los dos grandes políticos es prueba de que los puentes entre las víctimas y PP-PSOE, si no están demolidos, están a punto de destruirse.