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Rajoy pide silencio sobre el aborto mientras Gallardón se estrella contra los barones
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el debate de la recuperación, eclipsado

Rajoy pide silencio sobre el aborto mientras Gallardón se estrella contra los barones

Rajoy pide silencio y Gallardón recula. Así se puede resumir la larga reunión del Comité Ejecutivo Nacional celebrada ayer en Génova 13 con los barones.

Foto: Rajoy, en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP celebrada ayer. (EFE)
Rajoy, en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP celebrada ayer. (EFE)

Rajoy pide silencio y Gallardón recula. Así se puede resumir la larga reunión del Comité Ejecutivo Nacional celebrada ayer en Génova 13, en la que si algo quedó de manifiesto es que la contrarreforma del aborto presentada por Alberto Ruiz-Gallardón ha aguado la fiesta del segundo aniversario del Gobierno de Rajoy y ha echado por tierra todos los intentos por centrar el debate, única y exclusivamente, en los brotes verdes de la economía de los que el presidente presumió en su balance total del 2013. La rebelión de los barones y, sobre todo, el escaso apoyo que Gallardón ha encontrado en el seno del PP han eclipsado las buenas nuevas de la recuperación económica que el Gobierno quiere vender de cara a las europeas. Y así las cosas, Rajoy tiró ayer de las orejas a todos con una llamada al silencio y a no ventilar los trapos sucios: “No sigamos debatiendo en público este asunto”, les dijo. “Es una mezcla de sentimientos y es difícil debatir con sentimientos”, añadió.

Mensaje interno a los barones que, sin embargo, han sacado tajada política de su rebelión contra el ministro, que ha ido por libre hasta estrellarse de forma estrepitosa contra el muro del partido en las apenas dos semanas que el anteproyecto lleva en la calle. Gallardón habló largo y tendido en la reunión interna, defendió una reforma que, dijo, se siente “legitimado” a llevar a cabo por el apoyo de las urnas y por el recurso que el partido presentó contra la ley Aído en 2010. Pero antes de que nadie le obligara a rectificar, Gallardón tomó la iniciativa de abrir la puerta de su despacho para recibir a todos los que tengan algo que decir sobre el texto. Idea que, después, Rajoy ratificó animándole a “enriquecer” y “mejorar” la propuesta inicial escuchando a todos los sectores del partido.

Todo apunta, pues, a que a lo largo de los próximos meses se corregirán aspectos sustanciales del anteproyecto para alcanzar el anhelado consenso interno. Cambios que podrían pasar, sobre todo, por redefinir el tema del tercer supuesto, el relativo a las malformaciones del feto, que estaba despenalizado en la ley de 1985 y que Gallardón ha eliminado ahora para cumplir con convenios suscritos por España con Naciones Unidas, tal y como el ministró trató de explicar a sus compañeros sobre el tema de la discapacidad. Gallardón también alegó que al anteproyecto es “humanista” y reclamó que este debate no se convierta en un patrimonio de la izquierda, reclamación que, de momento, ha caído en saco roto ante la escasa defensa que los suyos, la derecha, le han brindado de momento. “El debate es si la izquierda tiene el monopolio e impide que los demás puedan entrar en esos asuntos”, les dijo.

La llamada de Rajoy al orden tuvo su efecto en algunos dirigentes autonómicos como José Ramón Bauzá o Alberto Núñez Feijóo, que, a su salida, quisieron centrar sus intervenciones en la situación económica para aparcar las discrepancias sobre el aborto. De hecho, el gallego llegó a decir, a puerta cerrada, que era un “horror” que ese Comité Ejecutivo se convirtiera en el del aborto, algo parecido a lo que también expresó el riojano Pedro Sanz, que pidió “cohesión, unidad y poner el acento en la economía”: “No puede convertirse en un comité para hablar del aborto”, dijo.

Fotografía de archivo de Mariano Rajoy y Alberto Ruiz-Gallardón. (EFE)Las palabras de ambos llevaban, implícitamente, al igual que lo hiciera en público el día anterior el valenciano Alberto Fabra, un reproche a José Antonio Monago por su posición en contra del texto en su mensaje navideño. El extremeño fue el primero en sacar el tema en la reunión para acallar así a Fabra, que no tomó la palabra, y ser “coherente” al decir dentro lo que dice fuera. “A mí no me ha hecho ningún reproche ningún compañero… Al menos en presencia mía”, se excusó Monago a la salida, después de haber pedido consenso para llegar a una ley que dure otros 20 años. Juan Vicente Herrera, por su parte, le dio su apoyo al decir, ante sus compañeros, que los “líderes sociales tienen que dar su opinión y buscar consenso para debates de carácter social”.

Sea como fuere, lo cierto es que los diferentes dimes y diretes del Comité Ejecutivo Nacional se pudieron seguir en directo gracias a las filtraciones que unos y otros fueron llevando a cabo en tiempo real hasta arruinar por completo, para estupor de los más veteranos, la estrategia con la que se había montado, originalmente, esta reunión. El debate fue fecundo, aunque la más estruendosa fue Celia Villalobos, vicepresidenta segunda del Congreso, quien reclamó libertad de voto cuando este asunto llegue a las Cortes. Minutos después, fue su jefe, Jesús Posada, quien aseguró que esta libertad de voto no cabe cuando se trata de votar un proyecto de ley y recordó que a este anteproyecto, todavía en fase de borrador, todavía le queda mucho recorrido hasta llegar a la Cámara. “Hay sensibilidades distintas. Estamos en un anteproyecto que debe tener informes muy numerosos todavía”, explicó. Cospedal apagó después este fuego explicando que no hubo respuesta de Rajoy ni de nadie a la propuesta de Villalobos. “No ha habido debate sobre esa cuestión. Hoy por hoy, ese tema no lo vamos a tocar”.

Mariano Rajoy empezó su intervención centrando el tema en lo que él habría querido que fuera el debate de ayer. “La economía va a ser mi discurso y debe ser el vuestro, les dijo a todos nada más abrir la reunión. Las quejas de los barones y la carrera por libre de Gallardón en torno al aborto han dividido al partido como no lo habían hecho hasta ahora otros temas de intenso calado político. Y así las cosas, hasta la propia Cospedal tuvo que recordar, en la rueda de prensa, que “el PP es el partido que apoya al Gobierno”. Por si alguno no le había quedado claro.

Rajoy pide silencio y Gallardón recula. Así se puede resumir la larga reunión del Comité Ejecutivo Nacional celebrada ayer en Génova 13, en la que si algo quedó de manifiesto es que la contrarreforma del aborto presentada por Alberto Ruiz-Gallardón ha aguado la fiesta del segundo aniversario del Gobierno de Rajoy y ha echado por tierra todos los intentos por centrar el debate, única y exclusivamente, en los brotes verdes de la economía de los que el presidente presumió en su balance total del 2013. La rebelión de los barones y, sobre todo, el escaso apoyo que Gallardón ha encontrado en el seno del PP han eclipsado las buenas nuevas de la recuperación económica que el Gobierno quiere vender de cara a las europeas. Y así las cosas, Rajoy tiró ayer de las orejas a todos con una llamada al silencio y a no ventilar los trapos sucios: “No sigamos debatiendo en público este asunto”, les dijo. “Es una mezcla de sentimientos y es difícil debatir con sentimientos”, añadió.

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