La salida de la crisis y el desafío catalán vuelven a protagonizar el balance de Rajoy

“El presidente se ha mostrado abierto al diálogo con Cataluña y ha afirmado que hará todo ‘cuanto esté en mis manos para reconducir las cosas’ porque ‘hablar me parece muy bien, siempre dentro del marco constitucional’. Considera que no se han roto los puntos de encuentro y ha anticipado que, cuando se lo solicite, recibirá a Artur Mas. En cuanto a una posible reforma de la Constitución, el presidente ha señalado que al ‘amparo de la Constitución, España ha progresado muchísimo’ y ha considerado que no es prioritaria su modificación, que ‘está preparada para resistir perfectamente’ diez años más. No obstante, ha puntualizado que cuando ésta se aborde habrá que saber muy bien el objetivo, contar con un consenso –‘cuanto mayor mejor’- y valorar la oportunidad del momento.

En la parte económica, “el presidente ha argumentado que ‘no estamos donde quisiéramos estar, pero, gracias a la corrección de rumbo, gracias a los sacrificios realizados, no nos vemos ahora obligados a enfrentarnos’ a problemas mayores. El presidente ha elogiado a la sociedad española por la forma en que está afrontando estos tiempos de crisis, y ha reconocido de forma especial los sacrificios hechos por los funcionarios públicos y los pensionistas. Por otra parte, ha adelantado algunas de las medidas y reformas que se adoptarán el próximo año, entre las que ha citado la relativa a las Administraciones Públicas y las encaminadas a favorecer el crédito a pequeñas y medianas empresas...”.

Los dos párrafos anteriores son extractos literales de la nota de prensa que Moncloa colgó en su página web el 28 de diciembre del pasado año y que, punto por punto, podrían valer para anticipar los dos asuntos centrales de la conferencia de prensa de balance de fin de año que Mariano Rajoy abordará hoy. El eterno desafío nacionalista catalán –con fecha y pregunta de la consulta ilegal como novedades- y la situación económica de España centrarán, doce meses después, su comparecencia en Moncloa.

Con respecto al primer punto –la marcha de la economía- el presidente del Gobierno quiere hacer valer como un triunfo el no haber solicitado el rescate, algo de lo que ya se vanaglorió hace doce meses, y el comienzo de la mejoría macroeconómica que también aventuró en su discurso de aquel 28 de diciembre. Según fuentes de Moncloa, “reiterará que lo peor de la crisis ya ha pasado, que se ha dejado atrás la recesión y que 2014 va a ser el año de la recuperación, con la confianza en que ya se empiece a generar empleo”.

Con respecto al tema catalán, el presidente del Ejecutivo va a volver a decir casi milimétricamente lo que ya anunció el año pasado: “No aceptará negociación alguna sobre la celebración de una consulta porque ha explicado que la soberanía de España la deciden todos los españoles y no sólo una parte de ellos”.

En el turno de preguntas –un escabroso problema entre algunos medios de comunicación y la Secretaría de Estado de Comunicación que Carmen Martínez Castro debe solucionar ante una de las ruedas de prensa más importantes del año- Rajoy deberá afrontar el problema del ‘tarifazo’ eléctrico, la ley del aborto, el nuevo choque de Madrid con Montoro y, aunque con pocas probabilidades de saber algo, cuál es su decisión sobre las listas electorales a las europeas y si tendrá influencia en un posible ajuste en el Gobierno dependiendo de quién sea el elegido.

Rajoy presidió ayer la Comisión Delegada para Asuntos Económicos tras regresar el día de Navidad de unas minivacaciones en Galicia, donde llegó procedente de Somalia y su visita a las tropas españolas. Rajoy pasó el día 24 en Sanxenxo –se mostró “impresionado” por las consecuencias del huracán en la ría donde tiene su apartamente- y la Navidad en Pontevedra en el domicilio de sus suegros. Hoy terminará de preparar la rueda de prensa con sus colaboradores más cercanos.