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El día en el que Santander, BBVA y CaixaBanc dieron un portazo a Eurovegas
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LA BANCA ESPAÑOLA DECLINÓ PARTICIPAR EN EL PROYECTO

El día en el que Santander, BBVA y CaixaBanc dieron un portazo a Eurovegas

Hubo un día en el que Sheldon Adelson llamó a Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé para que participasen en el megaproyecto. Los tres dijeron no.

Foto: El magnate estadounidense, Sheldon Adelson. (EFE)
El magnate estadounidense, Sheldon Adelson. (EFE)

Las negociaciones han saltado por los aires hace escasas semanas, después de años de conversacionesy decenas de reuniones privadas entreSheldon Adelsony distintos políticos y empresarios españoles. Sin embargo, hubo un díano muy lejano en el que la cúpula de Eurovegas pidió a Emilio Botín, Francisco González e Isidre Fainé que participasen en la financiación del ya naufragado proyecto de Eurovegas. El encuentro, del que se vierten distintas versiones, coincide en un punto: la negativa de la gran banca española a participar en un macrocomplejo de lujo y ocio que necesitaba 12.000 millones de los 18.000 millones de euros que iba a costar.

Fuentes cercanas a la multinacional Las Vegas Sands asegura que el encuentro se produjo de una manera informal, para “presentar formalmente” a la banca española los planes que tenían en España e invitarla a formar parte de un grupo de más de treinta bancos para financiar el proyecto. La versión que ofrecen los representantes de la banca española es bien distinta. Según su testimonio, Adelson y su equipo les brindó liderar y llevar el peso fundamental del pool bancario que necesitaba Eurovegas. Solo para abordar la primera fase, prevista para colocar la primera piedra antes de terminar 2013, Las Vegas Sands necesitaba un préstamo de 4.000 millones de dólares, además de los 2.000 que adelantaría la multinacional del juego.

En público, los mandatarios de Las Vegas Sands siempre han negado problemas de financiación. En privado es donde se han esforzado en matizar esas palabras. Como ejemplo está la reunión que Adelson mantuvo con inversores en Londres a principios de octubre, donde reconoció abiertamente no tener la financiación para levantar el proyecto español. Fue entonces cuando se dispararon todas las alarmas sobre que el proyecto pendía de un hilo.

placeholder Francisco González y Emilio Botín. (EFE)

Entre las razones que los grandes banqueros españoles encontraron para negarse a respaldar la megaoperación es que el multimillonario no aportaba acciones de su multinacionalpara respaldar los préstamos. Lo único que Adelson ponía sobre la mesa de los banqueros eran los propios hoteles y los casinos que iban a construirse, unos activos de puro tocho de los que precisamente la banca española anda muy sobrada en sus propios balances.

Con estas perspectivas, los grandes de la banca se vieron obligados a decirle que ‘no’ a uno de los hombres más ricos del planeta, en uno de los momentos en los que el sistema financiero español pasaba sus horas más bajas. Por otro lado, el Banco de España nunca hubiera permitido que la banca española aumentase todavía más su exposición al mercado inmobiliario español. Sus cuentas de resultados no hubieran soportado un traspiés en un proyecto de tal envergadura.

Peor para Madrid, mejor para España

En esta coyuntura, es cierto que Madrid ha perdido la mayor inversión extranjera que se había planteado en los últimos años. Recibir 17.000 millones de dólares de aquí a 2020 hubiera supuesto insuflar de aire fresco las delicadas cuentas regionales y la más que probable reválida del PP en las elecciones de 2015. Sin embargo, el esfuerzo para financiar este megaproyecto hubiera desviado recursos de crédito que ya eran muy escasos a un proyecto de lujo y ocio en detrimento de pymes y economía industrial espalola. Así, fuentes financieras aseguran que, dada la sequía que sufre la economía española, el adiós de Eurovegas ha sido “lo mejor que podía pasar” para la economía española. Su aterrizaje “hubiera retraído todavía más la financiación a la actividad empresarial”.

La espantada de los grandes bancos a la operación no fue razón de peso para que los dueños de Eurovegas rompiesen todas sus conversaciones con España. La especulación sobre la aprobación de una ley que legalice el juego en casinos en Japón, unido a que el Comité Olímpico Internacional eligiese a Tokio como ciudad olímpica en 2020, parece haber sido una razón de peso para que Adelson se decante por construir su megacomplejo en Asia, y no en Europa.

Riesgo más que evidente

En octubre, cuando desde este medio ya se empezó a cuestionar la viabilidad del proyecto, el vicepresidente de Las Vegas Sands, Ron Reese, declaraba a preguntas de este diario que “si los criterios de desarrollo se cumplen, la realización de un proyecto no influye en la viabilidad del otro. Cada uno de ellos tiene sus propias necesidades financieras y su marco legal. Las Vegas Sands ya ha realizado proyectos simultáneos en el pasado, como cuando entramos en Macao y en Singapur a la vez”.

placeholder Casino de Macao. (EFE)

Sin embargo, en 2009 ese esfuerzo financiero puso en una situación muy delicada a Las Vegas Sands. El consejo del grupo tenía muy reciente la experiencia como para volver a caer en el mismo error y verse atrapado en la puesta en marcha de dos proyectos al mismo tiempo, con los elevados costes financieros que ello supone.

Adelson también quería que el Gobierno de Mariano Rajoy blindase el megaproyecto ante cualquier cambio hipotético futuro. Además de toda la inversión, el magnate quería que España le abonara el montante correspondiente a las hipotéticas pérdidas si éstas se producían, además de los intereses de dicho montante. Una pretensión a la que las autoridades españolas no accedieron.

Las negociaciones han saltado por los aires hace escasas semanas, después de años de conversacionesy decenas de reuniones privadas entreSheldon Adelsony distintos políticos y empresarios españoles. Sin embargo, hubo un díano muy lejano en el que la cúpula de Eurovegas pidió a Emilio Botín, Francisco González e Isidre Fainé que participasen en la financiación del ya naufragado proyecto de Eurovegas. El encuentro, del que se vierten distintas versiones, coincide en un punto: la negativa de la gran banca española a participar en un macrocomplejo de lujo y ocio que necesitaba 12.000 millones de los 18.000 millones de euros que iba a costar.

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