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Rajoy sólo admitiría cambios en la Carta Magna si se llega a un consenso muy amplio
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SIMILAR AL LOGRADO EN EL AÑO 1978

Rajoy sólo admitiría cambios en la Carta Magna si se llega a un consenso muy amplio

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado hoy que la Constitución está en pleno vigor, aunque ha admitido que se puede reformar

Foto: El presidente del Congreso, Jesús Posada junto al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy (Efe)
El presidente del Congreso, Jesús Posada junto al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy (Efe)

El Congreso ha celebrado el XXXV aniversario de la Constitución con la tradicional recepción y discurso a cargo del presidente de las Cortes -esta vez Jesús Posada-,el habitual amago de debate en los salones sobre si ha llegado o no el momento de reformarla y una discreta media entrada de autoridades. Nacionalistas y comunistas se volvieron a dar de baja; CiU porque apuesta ahora por el separatismo e IU, heredero del PCE de la Transición, porque ahora está en contra de lo que aprobó Santiago Carrillo en 1978: Monarquía, unidad de España, occidente y capitalismo.

Visto el panorama (del pacto constitucional quedan PP y PSOE), Mariano Rajoy insiste en que la Constitución está bien como está y, aunque es evidente que se puede cambiar, primero habría que saber con qué fin y con qué apoyos se podría hacer. “Se puede reformar como cualquier obra humana”, comentó el jefe del Gobierno en la hora larga de corrillos que hizo en el Congreso después del discurso de Posada. Pero al mismo tiempo que admitía la posibilidad de la remodelación, destacaba que su principal promotor, Alfredo Pérez Rubalcaba, sigue sin presentar los planes de la reforma. El secretario general del PSOE no se lo ha explicado ni en las conversaciones semisecretas que ambos mantienen.

Rajoy pide que cualquier propuesta de reforma sirva para “unir a los españoles” y que se diseñe con el mismo apoyo que tuvo la ley de leyes hace ahora 35 años. El ejemplo que puso el jefe del Ejecutivo fue contundente: “¿Sería para incluir el derecho de autodeterminación?, se preguntó. La respuesta era obvia, los fundamentos de la Constitución española, como los del resto de las naciones de Europa, no se tocan, entre otras cosas porque para la inmensa mayoría de los ciudadanos son sagrados, empezando por el principio de la unidad nacional.

La relación de autoridades presentes para celebrar el aniversario de la Constitución deja claro que el consenso de 1978 está lejos: todos eran cargos o ex altos cargos de UCD, AP, PP, PSOE y UPyD, medio Gobierno, la dirección del PSOE, regionalistas de UPN y Coalición Canaria y cinco presidentes de Autonomía: María Dolores de Cospedal, Alberto Fabra, Luisa Fernanda Rudi, Ramón Luis Valcárcel y Paulino Rivero. Ni un solo nacionalista ni representante de la extrema izquierda con escaño y sueldo en las Cámaras. Los nacionalistas no piden la reforma de la Constitución sino que trabajan, desde dentro, en la creación de estados propios y en la voladura del actual Estado autonómico nacido de la misma Constitución. Pero los partidos presentes en el acto suman casi el 90%de los representantes de la soberanía nacional.

En su discurso, que fue muy aplaudido por todos los asistentes y de todos los partidos, Posada defendió la vigencia de la ley de leyes al mismo tiempo que dejaba abierta la puerta a su desarrollo y modificación, pero “con cautela y gran sentido de la responsabilidad”.

El presidente de la Cortes recordó que en el actual modelo de convivencia, resultado del esfuerzo y de la búsqueda de un proyecto común, “hemos cabido y cabemos todos los españoles”. Por eso insistió en que cualquier intento de reforma debe incluir claridad en los objetivos que persigue, “acreditar y justificar su oportunidad”, “estudiar y analizar sus consecuencias” y, además, “convencer y concitar un consenso similar al de 1978”. Es lo mismo que Rajoy explica a Rubalcaba cuando el líder socialista insiste en su genérica oferta de federalismo que en el PP no entienden pero que al jefe de la oposición le resulta muy útil para quedar bien con el PSC.

El Congreso ha celebrado el XXXV aniversario de la Constitución con la tradicional recepción y discurso a cargo del presidente de las Cortes -esta vez Jesús Posada-,el habitual amago de debate en los salones sobre si ha llegado o no el momento de reformarla y una discreta media entrada de autoridades. Nacionalistas y comunistas se volvieron a dar de baja; CiU porque apuesta ahora por el separatismo e IU, heredero del PCE de la Transición, porque ahora está en contra de lo que aprobó Santiago Carrillo en 1978: Monarquía, unidad de España, occidente y capitalismo.

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