Es noticia
"La Constitución envejece amablemente, pero estamos ante el fin de un ciclo"
  1. España
debate ante un nuevo 6-D

"La Constitución envejece amablemente, pero estamos ante el fin de un ciclo"

El Círculo Cívico de Opinión organizó en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales el debate sobre la refroma de la Constitución ante otro 6-D

Foto: Ejemplar de la Constitución conservado en el Congreso de los Diputados. (http://es.wikipedia.org/)
Ejemplar de la Constitución conservado en el Congreso de los Diputados. (http://es.wikipedia.org/)

Juan José Toharia, presidente de Metroscopia, acudió al debate sobre regeneración democrática celebrado el lunes en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, organizado por el Círculo Cívico de Opinión, bien pertrechado de datos. “Nuestra constitución envejece amablemente”, dijo, pero con un alto grado de disenso social. Desde 1988, la imagen y percepción de la Constitución es “ambivalente”, es decir, con valoraciones positivas y negativas, pero en los últimos tres años se “han disparado las reticencias” hacia la Carta Magna. Según relató Toharia, el 61% de los ciudadanos, según encuestas recurrentes, cree que requiere de una reforma “grave y profunda”. Estamos “ante el fin de un ciclo”, según el sociólogo.

Hay un fuerte cuestionamiento del modelo territorial (82%) aunque por razones distintas y divergentes. El 45% cree que hay “que parar y dar marcha atrás”, es decir, recentralizar devolviendo competencias al Estado; un porcentaje similar se muestra conforme con el Estado autonómico y en Cataluña y País Vasco (en porcentajes superiores al 65%) se produce una demanda de mayor autogobierno. Para el presidente de Metroscopia se han producido, además, algunos efectos colaterales después de treinta y cinco años de vigencia de la Constitución: ha desaparecido el clima de consenso propio de la Transición y se mantieneirresuelto el modelo territorial porque la cuestión vasca y catalana se camufló en el “café para todos”, lo que resultó “vejatorio” para un nacionalismo “incluyente” como el catalán.

Por otra parte, Juan José Toharia, advirtió de que los ciudadanos saben qué desean cambiar de la Constitución: el Consejo General del Poder Judicial está politizado y carece de credibilidad; lo mismo le ocurre al Tribunal Constitucional y se desea, entre otros extremos, el desarrollo del Título II referido a la Corona. El sociólogo se mostró crítico con la situación creada por la enfermedad del Rey, que “para el Estado”, y con la ausencia de una normativa que ampare su sustitución en la persona del Príncipe de Asturias.

José Luis García Delgado, catedrático de Economía y presidente del Círculo Cívico de Opinión, se congratuló de la mejoría económica en estos dos últimos años gracias, entre otras medidas, a una devaluación interna que ha permitido un superávit en las cuentas públicas exteriores. De seguir así, señaló García Delgado, el crecimiento de nuestras exportaciones y el superávit podría prolongarse hasta 2020. Noobstante, el catedrático lanzó algunas advertencias, y dos de ellas muy rotundas: la eventual superación de la crisis económica no garantiza en modo alguno la de la crisis institucional y la de gobernanza –en las que no se ha avanzado como en la económica– y hay que evitar comportamientos con el actual régimen constitucional como los que se produjeron en los años finales de la Restauración en los años veinte del siglo pasado, que fueron auténticos “hachazos” al sistema con las consecuencias indeseables posteriores.

Ignacio Torreblanca, profesor de Ciencia Política en la UNED, especialista en cuestiones europeas y publicista, negó que exista en el ADN de los españoles alguna especificidad que nos distinga negativamente de lo que ocurre en otros países. Observando la situación de España desde el derecho comparado, insistió Torreblanca, no somos radicalmente diferentes, en nuestras crisis, a otros países. Aunque subrayó que el reformismo parece más arraigado en los padres de la Constitución que en las actuales generaciones de dirigentes políticos que han de enfrentarse a graves retos como la reformulación del Estado del bienestar, la reforma constitucional requiere de consensos que ahora no se producen y una nueva valoración de la europeidad que en cierto modo “se nos ha caído”.

Un visitante realiza una fotografía durante la jornada de Puertas Abiertas del Congreso .Para Benigno Pendás, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, los españoles tendemos a una cierta “ciclotimia” ante la acumulación de problemas que “se han presentado todos a la vez”, después de que en épocas de bonanzas no hiciésemos reformas que quizás habrían sido necesarias. Constató, no obstante, que en España el sistema político dispone de grandes fortalezas, como lo demostraría el hecho de que no han emergido fuerzas populistas como en otros países, aun constatando el desafecto hacia la clase dirigente.Pendás consideró que la política es muy propicia para descargar tensiones. “Los políticos siempre son los malos”, dijo, a la vez que se interrogaba por la responsabilidad de la propia sociedad. Se mostró contrario, ahora, a una reforma constitucional y puso en valor las reformas que se están llevando a efecto (citó específicamente la Ley de Transparencia) y en las que se están trabajando en el propio Centro de su dirección para responder eficazmente a la corrupción y a otros fenómenos indeseables. “Lo que ocurre es que la gente no se las cree”, sostuvo.

Al final del acto, se repartió entre los asistentes que llenaron la sala el documento del Círculo Cívico de Opinión de octubre de este año sobre “Un compromiso nacional de regeneración democrática. Lo que pide la sociedad española”, que se puede consultar en la página web de la asociación (www.circulocivicodeopinion.es).

Juan José Toharia, presidente de Metroscopia, acudió al debate sobre regeneración democrática celebrado el lunes en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, organizado por el Círculo Cívico de Opinión, bien pertrechado de datos. “Nuestra constitución envejece amablemente”, dijo, pero con un alto grado de disenso social. Desde 1988, la imagen y percepción de la Constitución es “ambivalente”, es decir, con valoraciones positivas y negativas, pero en los últimos tres años se “han disparado las reticencias” hacia la Carta Magna. Según relató Toharia, el 61% de los ciudadanos, según encuestas recurrentes, cree que requiere de una reforma “grave y profunda”. Estamos “ante el fin de un ciclo”, según el sociólogo.

Constitución Crisis Ciudadanos Política
El redactor recomienda